lunes, 1 de abril de 2013

Terremoto en el Vaticano...

…y sus remezones por el territorio de Argentina

Mauricio Epsztejn--
Papa Francisco
Era sabido que el entonces Cardenal Jorge Bergoglio figuraba entre los candidatos con chances de acceder al papado, pero la noticia sobre su designación resultó una sorpresa no sólo para gran parte del catolicismo, sino a nivel mundial.

Desde unoytres.com.ar no vamos a intervenir en la polémica acerca de su actuación durante la
última dictadura en la Argentina y sus responsabilidades o no. Eso no quiere decir que olvidemos el papel que jugó la jerarquía eclesiástica local como soporte espiritual de los genocidas, una situación que aún perdura y que le permite a Videla y al resto seguir perteneciendo a la Iglesia y a curas condenados por tales delitos, como Christian Von Wernich, continuar dando misa.

Sólo queremos marcar tres cosas que a nuestro entender tienen importancia.

1) la reacción de distintos actores de peso ante la noticia:

Sobre este punto, fue evidente que la sorpresa descolocó a opositores y oficialistas. Apenas conocida la noticia, los principales medios opositores (TN, Canal 13, Clarín en todos sus formatos, La Nación y los satélites de ellos) lanzaron una avalancha de imágenes, entrevistas y documentos tendientes a blanquear la imagen del nuevo papa Francisco y presentar su elección como un triunfo contra el gobierno. Cuando al fin se conoció el texto del mensaje que la presidenta le envió en nombre del gobierno argentino, los ninguneos y descalificaciones agotaron la lista de adjetivos y cuando se concretó el inusitadamente largo encuentro entre Cristina y Francisco, terminaron por dar la información en lenguaje neutro.

A su vez, importantes sectores del oficialismo, reaccionaron desde calificarlo como “un papa peronista”, hasta ensalzarlo por su compromiso con los pobres, olvidándose de la oposición que lideró frente a medidas que ampliaron la democracia o de su papel como “principal líder opositor”, según lo identificó Kirchner. Sin embargo, en ese espacio también están incluidos quienes antes y ahora combaten sus posturas políticas.

Los más fervientes partidarios del nuevo papa se encuentran en el macrismo, en la Sociedad Rural, sus entidades satélites y los procesados o ya condenados por delitos de lesa humanidad, que se presentaron ante los tribunales luciendo la escarapela del Vaticano.

Entonces, ¿Francisco, es o no es Bergoglio, con más responsabilidad y poder?

2) una pregunta, nada ingenua, a la que ojalá le podamos encontrar respuesta o por lo menos que el tiempo la vaya aclarando: ¿Qué pasó en la Iglesia romana para hacer renunciar a un papa después de 600 años en que tal cosa no ocurría y qué 115 cardenales, conservadores en su mayoría, trajeran desde el fin del mundo al reemplazante, en lugar de decidirse por uno del círculo más cercano?

Una de las hipótesis sobre lo sucedido con Benedicto XVI y su Iglesia, es que fracasó en querer imponerle a la grey católica y al resto de la humanidad, especialmente a la juventud, su concepción reaccionaria, intolerante, fuera de época, a la que se sumó la corrupción moral de las instituciones vaticanas y su aparato mundial, además de los negocios turbios, los vínculos con la mafia y el lavado de dinero de los bancos vaticanos que los aisló del resto de la banca internacional, al amparo de las máximas jerarquías.

En cuanto a los escándalos sexuales y económicos, hay ejemplos locales como el del corruptor de menores cura Grassi, que sigue ejerciendo; su colega en el delito, obispo santafesino monseñor Storni, que eludió la justicia y encontró refugio en el Vaticano; y el de Monseñor Aguer, que pagó la millonaria fianza para permitirle a los hermanos Trosso andar sueltos por el mundo después de haber vaciado el Banco de Crédito Provincial y estafado a los ahorristas que confiaron en ellos.

Todo eso llevó a que multitudes abandonaran la Iglesia católica a favor de otros cultos, con lo que su poder y autoridad sobre las masas menguó.

¿Francisco podrá corregir ese rumbo? ¿Querrá intentarlo?

3) El Estado Vaticano puede colaborar con el Estado Argentino en temas que para el pueblo son sensibles y trascendentes, donde mueren las palabras y los gestos para hablar sólo con la dura claridad de los hechos:

En primer lugar es necesario que abra los archivos que la Iglesia tiene sobre la represión de la dictadura, sobre los desaparecidos, sobre la complicidad de las jerarquías, para que de una vez por todas se pueda hacer justicia sobre esta Tierra, la Argentina, y dejar que en el más allá, si existe, sus seguidores resuelvan los temas de aquella competencia, una vez que acá los hayan saldado.

La Iglesia también puede ayudar a que Inglaterra cumpla con la ley internacional y se siente a negociar pacíficamente sobre las Malvinas, como lo señalan las múltiples resoluciones de la ONU, de la cual el Estado Vaticano forma parte.

Por último, con su gran poder podría contribuir a que no haya más pobres sobre la Tierra, es decir, a combatir la pobreza, las desigualdades y las causas que los generan.

En cuanto a la necesidad de diálogo, tema tan caro al Vaticano, sería bueno que deje de estigmatizar y agredir, como hizo Benedicto XVI con quienes piensan distinto, porque todos tenemos derecho a vivir en paz sobre este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar, compartir y opinar