Mauricio Epsztejn
… no es lo que le dijo el lobo feroz a Caperucita, sino las primeras palabras para introducirnos en la cuestión de cómo la circulación del lenguaje suele extraviar en sus vericuetos a los poco avisados que lo utilizan a diario. No es tema de esta nota hablar de la grafía o fonética igual o semejante que usan distintos idiomas para referirse a cosas que no tienen relación entre si.Por ejemplo, cuando en castellano decimos “curva”, hablamos de una forma geométrica, sea la de una ruta, de un trazo sobre papel o la silueta de una dama. En cambio, si la misma palabra se pronuncia en un país donde la influencia de la Iglesia católica es muy fuerte, como Polonia, señalando a cualquier mujer, es probable que lo entiendan distinto y hasta que alguna lo tome a mal.