José Machain*—
El Presidente Macri, en resiente reportaje al Diario
Perfil(**), consultado por la exposición pública a la que expone
asiduamente a su hija menor en comparación a los otros hijos de la pareja
Presidencial, respondió que por ahora él considera que la pequeña “todavía
no tiene vida propia" y que “decide él" (sic, Mauricio
Macri).
Resulta muy preocupante la conceptualización que
implica tal respuesta de un adulto a cargo de una niña, ya que se desprende de
ello que “el no tener vida propia"
despoja a ese ser humano (en la etapa de “primera infancia") de ser
considerado como “sujeto de derecho" y por lo tanto como “objeto" a
disposición de las necesidades del adulto. Para los que trabajamos en temas de
derechos de infancia, no nos pasa desapercibido sus actitudes y declaraciones
que representan recurrentes desconocimiento y ninguneo de lo que significa la
protección y cuidado integral de la niñez.
Por tal motivo preocupa que, si así trata a
su propia hija, ¿qué podemos esperar por lxs niñxs argentinos?
Para Mauricio Macri, su hija menor NO TIENE VIDA
PROPIA. El Presidente de Argentina NO considera a su propia hija como SUJETO DE
DERECHO; negándole a la niña los plenos derechos que la legislación argentina
le tiene consagrado junto con la Convención de Derechos del Niño.
Grave desprecio de la máxima autoridad del País que
fulmina, ni siquiera por DNU, los mayores avances de ampliación de Derechos que
las infancias tuvieron en la historia de nuestra Nación.
Esta declaración está en coincidencia con los
reiterados sucesos en público protagonizados por Macri, de “avasallamiento"
a la corporalidad de niñxs. En este punto, Macri deja permeable su percepción
personal sobre las “infancias” en general.
Por otra parte, significa de su parte, una
desvalorización y retroceso en la importancia de la etapa de la PRIMERA
INFANCIA, en donde el “cachorro humano" se desarrolla en plenitud.
A la hora de un análisis político sobre sus actitudes
para con NNyA; el problema en su relacionamiento (ya) habitual con niños/as (y
me permito opinar a partir de reiteradas actitudes a lo largo de su vida
política y pública, que no son muy ejemplares), denota de su parte un
avasallamiento recurrente sobre los cuerpos de esas infancias involucradas
ocasionalmente; al estilo: “vení y hacé lo que yo quiero”.
Vale recordar algunas de las situaciones que le hemos
conocido; empezando por aquella ya lejana de su conferencia en una de las
villas de la Ciudad al inicio de su mandato como Jefe de Gobierno, en la que
hace parar a su lado a una niña, ambos sobre un “palet” encima de un piso
embarrado, donde solo habló Macri mientras la niña, cual “florero”, solo tuvo
un rol decorativo, y nunca estuvo en consideración como sujeto activo o co-protagonista
de lo que Macri pretendía anunciar. La niña fue parte de una puesta en escena
en la pretensión de construir un determinado “relato” por parte del
funcionario.
Luego, vale recordar la anécdota contada por el propio
Macri sobre una comunicación que había recibido de la entonces Presidenta Cristina
Fernández de Kirchner. Macri relató públicamente que él atendió a CFK en “calzoncillos”
(sic Macri), cuando la hija pre-púber de su actual pareja con quienes convive,
le acercó el teléfono en el que había recibido esa llamada (para otro debate
queda el análisis de la cuestión de género intrínseca que dicha explicitación
conlleva —qué necesidad de tantos detalles—, enmascarando una puja de poder
entre un hombre, mero alcalde de una Gran Ciudad y una mujer, Primera Mandataria
del País). Pocos advirtieron entonces, que la escena descripta implica que con
total normalidad, Macri como hombre adulto, se pasea por su vivienda en
calzoncillos delante de una niña púber que NO es su hija. No debiera ser
necesario recurrir a ninguna biblioteca de psicología o psicoanálisis para
identificar que ese escenario “naturalizado” no es de lo más recomendable a la
hora de establecer vínculos intrafamiliares virtuosos.
Seguidamente, podemos recordar el spot de su campaña,
donde Macri conversa con una madre y una niña que orgullosamente se esmera en
mostrarle su plantación de rosas, las que reconoce que luego sale a vender para
poder comprarse una bicicleta (remanida alegoría a la que las derechas
conservadoras apelan para ensalzar los valores del esfuerzo individual).
Situación que también amerita otro debate, sobre la apología, banalización e
invisibilidad del trabajo infantil (en todo caso Macri debiera haberle
“prometido” a los padres de la niña que desarrollaría políticas que les
beneficiarían de tal forma a esa familia para que ellos pudieran
comprarle la
bicicleta que la niña deseaba, sin tener que ella salir a “trabajar” vendiendo
rosas, y dedicando ese tiempo a disfrutar de su derecho al juego y recreación).
Pero volvamos al spot en donde en medio del recorrido de los rosales Macri se
empeña en “abrazar” a la niña, quien expresa, mediante su inobjetable
gestualidad, que ese forzamiento NO es de su agrado; a lo cual Macri persiste
en su actitud irrespetuosa hacia el cuerpo de la niña (y lo peor de todo,
diciéndole: “…vení, vení, ya te vas a aflojar.”), que siempre dejó explícita su
negativa, no ya en palabras, que siempre es mucho más difícil de verbalizar un
rechazo, sino mediante la insistente actitud huidiza ante ese forzamiento sobre
su cuerpo y espacio vital. (ver link: http://bit.ly/1Urosbx)
¿Termina la zaga, con la reciente experiencia
vivenciada por un niño en un acto de la empresa Coto, donde de forma sorpresiva
y desde atrás, el ahora Pte. Macri toma por el cuello al niño para situarlo a
su lado a la hora de una foto protocolar? Se advierte claramente que el niño ha
sido sorprendido y desconociendo desde donde proviene tal invasión a su
corporalidad, se resiste con todas sus fuerzas y trata denodadamente de
mantener su lugar al lado de quien parece ser su madre. En tal esfuerzo
finalmente victorioso para el niño, se observa que él ha perdido un calzado,
sobre el que vuelve cerca de Macri para recuperarlo. Nuevamente se
observa que
el actual Pte. Macri reitera la actitud de avasallamiento de los cuerpos de
niños (porque nunca se le vio ninguna actitud similar para con otros pares
adultos, hombre o mujer, a quienes pretenda forzar desde las gestualidades),
con el único objetivo de que sean parte de una puesta en escena de lo que Macri
considera que desea trasmitir. En todos los casos descriptos se puede advertir
que nunca existe una invitación previa, hablada o gestualizada, de convocatoria
a un acercamiento corporal; siempre son arrebatos imprevistos a infantes
desprevenidos. (ver link: http://bit.ly/1XZUbii)
Cabe preguntarnos entonces (más allá del asesoramiento
de los funcionarios y especialistas en el tema que lo rodean), ¿cuáles serán
sus genuinas prioridades a la hora de definir las cuestiones presupuestarias,
de gestión y de políticas pública para las infancias del país, si el Presidente
permanentemente expresa desde su espontaneidad esas reacciones para con las
infancias? Y además (y por sobre todo) ¿NO CONSIDERA RELEVANTE la opinión,
deseos y sentires de su propia hija?
*José
Machain
Consejero
por Legislatura
Consejo
de Derechos de niñas, Niños y Adolescentes – CABA
(**)Reportaje en
PERFIL:
http://www.perfil.com/politica/He-tenido-dias-de-abrumarme-20160319-0100.html
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