jueves, 31 de marzo de 2016

A 40 años del golpe cívico-militar

Mauricio Epsztejn—
El reciente 24 de marzo se conmemoró con actos, marchas y concentraciones en todo el país el 40º aniversario del golpe de estado que dio nacimiento a la dictadura cívico- militar más sangrienta de la historia argentina. En el multitudinario acto de Plaza de Mayo se leyó un documento elaborado por las organizaciones convocantes, cuyo texto completo se publica en otro lugar de esta edición.
Este aniversario se desarrolló en un contexto nacional y regional muy particular, donde los países de este subcontinente que durante las últimas dos décadas vienen tratando de abrirse paso hacia un camino de desarrollo independiente y favorable a sus pueblos, sufre el ataque convergente del poder plutocrático y concentrado mundial. En esta lucha, los movimientos nacionales, populares y democráticos que encabezaron esos procesos han sufrido reveses en Honduras, Paraguay y recientemente en Argentina, nuestro país. Ahora aquellos grupos de poder concentrado van por más: tienen en la mira a Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. La novedad es que en lugar de recurrir a los tradicionales instrumentos desgastados, como las Fuerzas Armadas, ejecutan los mismos fines con instrumentos más sutiles, pseudo democráticos: tuercen el mandato de parlamentarios y cooptan a un sector de jueces aristocráticos y con mucho poder, unificados ambos bajo el control de la prensa hegemónica y el comando transnacional que apunta a restablecer el anterior poder omnímodo usando medios adecuados a cada situación y país.
Sin embargo, en Argentina este objetivo no les resulta fácil porque enfrentan una resistencia creciente, como se demostró este 24 de Marzo de 2016 donde las plazas del país receptaron multitudes, muchos de cuyo individuos se empiezan a recuperar del efecto derrota y que tuvieron como epicentro la histórica Plaza y sus alrededores donde se congregaron unas 300.000 personas, cálculo cuya veracidad respaldan especialistas y el absoluto silencio de Clarín junto al coro de la prensa dominante.

¿Qué mostró la Plaza?

Lo que se vio en la Plaza y su entorno hasta la Avenida 9 de julio, además del abigarrado gentío, fue una diversificada concurrencia donde alternaban desde pequeños grupos y familias con chicos, hasta compactas columnas de gremios, agrupaciones políticas, centros de estudiantes, asociaciones profesionales, artistas y demás representantes de la cultura, que en conjunto aportaron al variado y multicolor espectro de la concurrencia donde convivían el dolor por el recuerdo de las víctimas, con la alegría y esperanza al verse multitud.
Una novedad destacable fue la participación conjunta de dos importantes centrales obreras: por primera vez estuvo la CGT, varios de cuyos dirigentes marcharon codo a codo en acuerdo con los de la CTA de los Trabajadores, de reiterada presencia en estos eventos, y lo hicieron detrás del mismo cartel, a la cabeza de columnas gremiales que dieron el presente con sus estandartes, banderas y dirigentes.
Esta presencia también tuvo su expresión en el documento que las organizaciones de Derechos Humanos convocantes leyeron al finalizar el acto que, junto a las tradicionales y permanentes demandas de Memoria, Verdad y Justicia, incorporaron las nuevas, propias de una etapa donde el cambio de gobierno avanzó sin escrúpulos a favor de los grupos del privilegio y en contra del salario, las fuentes de trabajo y los derechos adquiridos por los trabajadores y el pueblo.
Otra fue la adhesión y presencia del Partido Justicialista, sobre todo de los dirigentes bonaerenses como Daniel Scioli, Fernando Espinosa, Verónica Magario, Cristina Álvarez Rodríguez y otros.
En el conjunto, se destacó sobre todo la presencia juvenil, lo que, en palabras de Taty Almeida, garantiza la continuidad de la memoria.

Acerca de verdad, justicia y soberanía

El documento leído al cierre expresa la preocupación de los organismos de Derechos Humanos por la continuidad de los juicios a los represores uniformados y a los civiles involucrados, a pesar de las promesas del gobierno macrista intentando despejar dudas, sobre todo teniendo en cuenta que si la acción de los jueces no es concreta y prácticamente respaldada por otros organismos del Estado, tales compromisos se transforman en palabras huecas. Y el desmantelamiento de las estructuras estatales y las cesantías del personal que venían investigando y reuniendo pruebas en respaldo de la acción judicial desde la Comisión Nacional de Valores, el Banco Central y el Ministerio de Justicia, abonan las más que sospechas de que Macri intenta clausurar el desarrollo de los juicios.
Las intenciones están mucho más claras cuando por parte del oficialismo reimpulsa la teoría de los dos demonios, mantiene a Lo Pérfido en el gabinete porteño, nombra como “violencia política” lo que fue el terrorismo de Estado, desfinancia los espacios estatales de memoria y avanza en el intento de reimplantar la doctrina de la seguridad nacional.
Por si hacía falta un respaldo a ese mensaje, llegó Obama precedido por un mensaje de su gobierno en el que habla de “guerra sucia”, ergo, la misma teoría de los dos demonios, términos que el huésped recién enmendó en suelo argentino sin aclarar el supuesto equívoco ni hacer una autocrítica de la acción de los gobiernos norteamericanos de promoción y apoyo a las dictaduras anteriores ni a la acción desestabilizadora que su país lleva a cabo en el presente. El contenido que hasta ahora se conoció sobre los acuerdos que Macri y Obama firmaron respecto a la nueva injerencia en nuestro país de la DEA, la CIA y las Fuerzas Armadas norteamericanas, refuerzan las prevenciones que los organismos de DDHH mantienen respecto a la sinceridad y eficacia de los documentos secretos a desclasificar por parte de Estados Unidos. El explícito respaldo al gobierno de Macri, respecto al retaceo de colaboración con los gobiernos kirchneristas no necesitan más explicación de por qué el gobierno macrista nombra como “relaciones maduras”, lo que en tiempos menemistas se designaba de manera menos elegante como “carnales”.




















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar, compartir y opinar