domingo, 30 de junio de 2013

Día del Periodista-Mariano Moreno

Osvaldo Riganti—
La Gazeta de Buenos Aires fue un periódico escrito en Buenos Aires entre 1810 y 1821 con el objetivo inicial de publicitar los actos de gobierno de la Primera Junta. Inicialmente fue redactada por Mariano Moreno, con la ayuda del sacerdote Manuel Alberti y Manuel Belgrano.
Fue fundada el 28 de junio de 1810 por la Primera Junta de Gobierno mediante un decreto que señalaba que "el pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes": Su primer número apareció el 7 de ese mes, fecha elegida luego como el Día del Periodista. Publicaba resoluciones oficiales, decretos y otros documentos oficiales. Ofrecía noticias de actualidad tanto del extranjero como locales y contenía los ideales del gobierno. . En sus páginas quedaron testimonios de los inicios de nuestra revolución.
Mariano Moreno tuvo participación importante en los hechos de la Revolución de Mayo y como secretario de la primera Junta. Fue ideólogo de la misma, conforme ideales de la época.

Su madre se hallaba emparentada con la alta burguesía porteña del Virreinato del Río de la Plata Merced a sus contactos con el ámbito literario, tras terminar sus estudios secundarios en el Colegio San Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires), donde finalizó sus estudios con título de honor, consiguió contactos dentro del ámbito literario gracias a los cuales pudo continuar sus estudios en la Universidad de Chuquisaca. Se embebió de los libros de Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros pensadores europeos de la época.
Dedicó varios años a traducir "El contrato social". Sólo lo editó en 1810 en "La Gaceta", con un prólogo de su autoría en que se lee que conduciría a "mudar de tiranos sin destruir la tiranía" si ocurriera que "los pueblos no se ilustran”. En el prólogo a la traducción de "El contrato social" declaró su admiración por el ideólogo francés definiéndolo como quizás el primer hombre que "puso en clara luz los derechos de los pueblos".
En 1802 visitó Potosí. Vio la persecución del indio despojado, perseguido por corregidores y encomenderos, rodeado de grandes riquezas
Entre 1803y 1804 realizo sus prácticas profesionales en el estudio de Agustín Gascón, oficiando como abogado defensor de 1805. El retorno de Mariano Moreno a Buenos Aires estaba relacionado con su enfrentamiento con el poder chuquisaqueño. Su permanencia en Buenos Aires se tornaba insegura.
Durante las invasiones inglesas escribió un diario donde tomaba nota de los acontecimientos que sucedían. Su propósito era que sus compatriotas conocieran en el futuro por qué circunstancias tal acontecimiento había tenido lugar.
En 1807 la Audiencia prohibió la circulación del "periódico "La Estrella del Sur” tanto en inglés como en castellano y encargó a Moreno la redacción de artículos que refutaran sus posiciones. Moreno se negó porque aunque rechazaba la dominación inglesa, estaba de acuerdo con algunas críticas que se formulaban al gobierno español.
Por sus vínculos con el alcalde Martín de Alzaga fue asesor del Cabildo de la Ciudad. Acompañó a Martín de Alzaga en la asonada que pretendía reemplazar el 1o de enero de 1809 al virrey Liniers. Fueron derrotados por el coronel Saavedra al mando del Regimiento de Patricios. Moreno fue abogado defensor de Alzaga en el juicio que se le siguió.
A instancias de un grupo de estancieros deseoso de defensa de la apertura económica publicó su Representación de los Hacendados. Promovía el libre comercio, atacaba los privilegios de los monopolistas y defendía el interés exportador de los ganaderos.
Participó en las reuniones secretas previas a la revolución de mayo de 1810. Había expresado su posición públicamente, contra los españoles realistas y Liniers. Tampoco estaba de acuerdo con los criollos monárquicos que querían coronar en estas tierras a la infanta Carlota, regente del Brasil. Encarnaba el sector juvenil y republicano del partido patriota. Sustentó la constitución de una Junta de Gobierno autónoma que enarbolando la sumisión a Fernando VII respetase la voluntad popular. Ocupó el cargo de secretario. Fue autor de la proclama del 28 de mayo anunciando a los pueblos del interior y a los gobiernos del mundo la instalación de la Junta. Convocaba a representantes de las demás ciudades a incorporarse. En "La Gazeta" casi todas las semanas escribía notas de gobierno. Publicó un decreto de prensa según el cual se podía publicar allí cualquier cosa que no ofendiera a la moral pública ni atacara a la revolución ni al gobierno.
Defendió la política económica de la Juta, librecambista en aras de una apertura comercial que aumentara los ingresos públicos y que Inglaterra podía ser conveniente mantener una relación amistosa porque se necesitaba algún aliado poderoso frente a España. Advertía de todos modos en "La Gaceta": "El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su cotización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparta. Pero miremos sus consejos con la mayor reserva" sin seguir el camino de "aquellos pueblos inocentes, que se dejaron envolver en cadenas en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y abalorios".
Ante un movimiento contrarrevolucionario en Córdoba dirigido por el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha y el ex virrey de Liniers, la Primera Junta organizó un ejército al mando del jefe del Regimiento de Arribeños. Francisco Ortiz de Ocampo, que llevaba la orden de fusilar a los líderes contrarrevolucionarios. Ocampo derrotó a las fuerzas sublevadas y a pedido de los habitantes de Córdoba -que quería salvar sus vidas- los envió prisioneros a Buenos Aires en vez de ejecutarlos. Temiendo que allí Liniers hiciera prevalecer su popularidad ordenó a fusilar en el acto a los prisioneros, advirtiendo que si existían dilaciones iría él "si fuese necesario". Fueron fusilados, excepto Rodrigo de Orellana por su condición de obispo.
Ayudó la expedición auxiliadora primera al Alto Perú de Ocampo y Castelli.
Se le atribuye un documento conocido como "Plan de Operaciones" que plantea acciones en defensa de la independencia. A tales fines promueve la cesión de la isla Martín García a la corona británica. Aconseja delación, fusilamiento sistemático de opositores a los fines de la revolución.
Dicho Plan tendría una fundamentación notoria en el Paraguay que llegó a ser una potencia de Sudamérica. Con una fuerte producción algodonera, 800 mil hectáreas cultivadas, no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones. La instrumentación de la Guerra de la Triple Alianza demolería la estructura soberana de la tierra guaraní.
Moreno tuvo posiciones controvertidas en el seno de la Junta durante un banquete en festejo por la batalla de Suipacha. Un centinela que no lo reconoció le impidió entrar al cuartel donde se festejaba el triunfo. Esa misma noche el oficial Atanasio Duarte, en estado de ebriedad ofreció a Saavedra una corona de azúcar y brindó por él llamándolo "el primer rey y emperador de América".
En conocimiento de ello lanzó el "Decreto de Supresión de honores" por el cual se suprimía el ceremonial reservado para el presidente de la Junta. Duarte fue desterrado, presionando mucho él a tal fin. Saavedra para evitar mayores problemas firmó el decreto sin observaciones.
A fines de 1811 llegaron a la Capital los diputados del interior convocados. La tesis de Moreno era reunirlos en el Congreso. Los diputados acaudillados por el cordobés Funes observaron que una Junta puramente porteña gobernaría al país. Saavedra logró imponer la Junta Grande, con apoyo de la mayoría. Moreno, contrario a un ejecutivo colegiado grande, renunció. Solicitó y obtuvo una misión ante las cortes del Brasil y Gran Bretaña, para gestionar el apoyo a nuestra independencia.
Se conjetura acerca de una maniobra de Saavedra para alejar a Moreno, estratega de la revolución. Lo sacó del centro de los acontecimientos.
Falleció en alta mar la madrugada del 4 de marzo de 1811, a bordo de la goleta inglesa "Fame", en viaje a Gran Bretaña. Su cuerpo fue envuelto en una bandera inglesa y arrojado al mar, cerca de la isla de Santa Catalina

Murió debido a una convulsión producida por una sobredosis de un medicamento administrado por el capitán del buque tejiéndose distintas interpretaciones al respecto. Algunos conjeturaron su envenenamiento por el capitán del buque y hasta que fue una orden de Saavedra. Pero Saavedra siempre fue un hombre alejado de este tipo de acciones.

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