Mauricio Epsztejn—
Cuando
6-7-8 no es un programa de televisión
Al momento de escribir esta nota —fin de marzo de
2017 —sólo en este mes se han producido una cantidad impresionante de
movilizaciones a lo largo y ancho del país cuestionando las políticas públicas
del gobierno macrista, en particular las económicas y de derechos humanos, muchas
de las cuales convergieron sobre la Plaza de Mayo, transformándola en epicentro
del malestar general nacional subyacente, que debido a su masividad le fue imposible
ocultar al oficialismo y a su aparato de propaganda público, sumado a la cadena
privada de medios hegemónicos aliada.
La seguidilla comenzó con el paro nacional docente
del 6 y 7 de marzo, que le impidió a Macri inaugurar normalmente el ciclo lectivo,
lo obligó a intentarlo desde los pagos del radical Gerardo Morales, carcelero
de la presa política Milagro Sala.