Por el profesor José Pecora--
A través de los tiempos, el ajedrez se vio reflejado en muchísimos aspectos culturales y de la vida cotidiana, por lo que su presencia e influencia pueden encontrarse en los ámbitos más diversos. A modo ilustrativo, veremos varios ejemplos de ello, haciendo notar que en la actualidad sucede lo mismo.
Para introducirnos en el tema hablaremos un poco de las metáforas.
La
Metáfora, del griego
meta (fuera o más allá) y
pherein (trasladar), es una figura retórica
que consiste en expresar una palabra o frase con un significado distinto al habitual entre los cuales existe una relación de semejanza o
analogía. Es decir,
se identifica algo real con algo imaginario.
La metáfora es una de las formas más empleadas por escritores y poetas para expresar hechos, circunstancias, sentimientos, sensaciones, ideas, etc., sin hacerlo directamente, para que el lector de su obra, entre otras cosas, se vea en la necesidad de tener que prestar una mayor atención para comprenderlo y conseguir así atrapar su interés.
Está presente no solo en el lenguaje escrito, sino también en el oral, en la vida cotidiana. Por ejemplo, todos alguna vez hemos escuchado frases como “Su padre se fue al cielo” para representar la muerte de esa persona, o “hasta el cielo se ha puesto a llorar”, para simbolizar alegóricamente la caída de lluvia.
Los campos que abarca la utilización de las metáforas son infinitos y el ajedrez no podía quedar al margen de ello. Esto muchas veces se ve expresado en los titulares de los diarios o en el desarrollo de las noticias y podemos observar frases como “se efectuó un ENROQUE de ministros” o “dicha actitud PUSO EN JAQUE al gobierno”.
Esta forma de manifestación, con metáforas ligadas a conceptos ajedrecísticos (tanto el enroque como el jaque lo son) la gente común los conoce y entiende perfectamente, aunque no sepan ni siquiera mover los trebejos.
La metáfora se distingue de la comparación en que no usa el nexo "como". Ejemplos de comparación serían “es fuerte como un roble” o “se quedó clavado como un poste”. Las comparaciones también las encontramos en la literatura ligadas al ajedrez.
Una muy buena y profunda comparación relacionando el ajedrez con la vida, la incluyó don Miguel de Cervantes Saavedra, en un diálogo de su célebre obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. En ella Cervantes pone en boca de Sancho Panza la siguiente reflexión: “que no es una comparación tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego cada pieza tiene su particular oficio, y en acabándose el mismo, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura”.
Don Quijote y Sancho Panza