jueves, 31 de octubre de 2013

EL POPULISMO

Osvaldo Riganti--
Tres líderes sudamericanos
No son pocos los conceptos que dan lugar a polémicas a nivel de las ciencias sociales.

En tal sentido el populismo sigue sin brindar una definición consensuada. Pero es empleado a menudo para descalificar a los presidentes que han sido elegidos con fuerte apoyo popular.

El populismo latinoamericano ha sido condenado como obstáculo por sectores de izquierda, en buena medida por haberse instalado en su horizonte ideológico. Surgido en la década de 1930, la experiencia de Perón fue la más conocida.
Se lo vinculó a experiencias con contornos nacionalistas y/o socializantes. En los ´90 se innovó.

Apareció asociado a modalidades vinculadas a la irrupción del neoliberalismo, particularmente a las de Menem en Argentina y Fujimori en Perú.

Sin embargo, el término tiene su historia tanto en Europa como en Estados Unidos. En éste último país, las Guerras de la Secesión alumbraron este concepto. Triunfante el Norte, sobre el sur esclavista, sus consecuencias fueron la industrialización y la expansión económica.

El general James Weaver fue candidato del partido populista en la elección presidencial de 1892, cuando canalizó el descontento frente a las desigualdades y el rechazo a los partidos demócrata y republicano. En 1930 el "New Deal " del presidente Franklin D. Roosevelt lo fue también, dando respuesta a las reivindicaciones populares.

Francia conoció varias figuras que encarnaron el populismo en los siglos XIX y XX. Napoleón III tomó el poder como consecuencia de la insatisfacción burguesa con el gobierno republicano de 1848 y representó al hombre providencial que aspiraba a reconstruir la gloria del imperio. Agitó a las clases populares con la revuelta, con su propensión al antiparlamentarismo y cortejó al mundo obrero.

Otra figura del populismo francés fue el general Georges Boulanger. El boulangismo tuvo lugar en medio de una crisis social y del descrédito de los valores republicanos, en el marco de una creciente protesta contra la clase dirigente y del poder del dinero. El 8 de mayo de 1882 Paul Déroulede fundó La Liga de Patriotas que nucleó a quienes no soportaban la política de la derecha y los republicanos moderados. Se sucedieron conflictos sociales donde intervino el ejército y el general Boulanger atrajo al sector obrero con su plataforma antiparlamentaria y su crítica a la ineficiencia y corrupción de los gobernantes, a la par que permanentemente exaltaba a la Nación.

Pierre Poujade fue otro de los que más tarde encarnó al populismo francés, con una posición adversa al régimen parlamentario y al comunismo. Su base fueron los comerciantes. Los mítines se sucedían en Francia y libraban luchas con tintes anti impositivos y descalificatorios hacia los partidos políticos.

Durante el contemporáneo proceso venezolano que encabezó Hugo Chávez y hoy continúa Maduro, se verifica una gran participación de sectores populares, donde se combinan elementos populistas con métodos no convencionales, y les sirvió para enfrentar las catástrofes económicas y políticas de los últimos cuarenta años, que no fueron generadas por el populismo, sino por dictaduras militares y el neoliberalismo.

Si bien hay un debate académico aún no saldado sobre si el populismo es de derecha o de izquierda, lo evidente es que suele darse en situaciones de interpelación a las masas y evita que estas se conviertan en sectores colectivos por fuera del aparato institucional.

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