miércoles, 30 de septiembre de 2015

Dos proyectos

Mauricio Epsztejn—
A menos de un mes de elecciones cruciales, el planteo de que la disputa es sobre dos proyectos de país adquiere particular relevancia porque no se trata de una consigna propagandística, sino de un dilema profundo, como pocas veces letocó enfrentar a los argentinos, en medio de un mundo particularmente complicado. Es que el tsunami que sufrió el sistema político de nuestro país en 2001 recién podría encontrar en las próximas elecciones el instrumento para consolidar el definitivo rumbo iniciado en 2003 o dar un salto atrás en dirección a profundizar aquella crisis. Por eso es tan polarizado y duro el debate entre quienes, se resisten a ceder poder sin escatimar recursos ilícitos y la democracia.
Es que la debacle de 2001 no fue una simple crisis política, sino la implosión de un sistema político y económico dominante por muchas décadas, sin que en ese momento la sociedad tuviera a su disposición uno alternativo con capacidad para reemplazarlo, porque los procesos sociales y sus instituciones se construyen con el tiempo y en ardua lucha entre intereses opuestos.

Derecha: Frustraciones e incógnitas

Osvaldo Riganti—
Se identifica a la derecha con tendencias propensas al mantenimiento del “status quo”, con las posturas neoliberales de achicar el estado, desregular la economía, defender el libre comercio y estimular la avanzada de las multinacionales.
Identificada con posturas reaccionarias, aparece opuesta al cambio social que beneficie a los desposeídos y buscando ahogar los reclamos en ese sentido.
“La derecha argentina surgió a la escena política del siglo XX como una expresión claramente reaccionaria frente a hechos internacionales como la democracia liberal en Europa y la Revolución Rusa y nacionales como la sanción de la Ley Sáenz Peña, la llegada al poder del radicalismo y la organización del movimiento obrero argentino” escribió Felipe Pigna el 23.12.2007 en “Clarín” en una nota titulada: “Las ideas de la derecha argentina”.

Un Ovillo de trazos para reafirmar el Día del Derecho a la Identidad

Mario Méndez—
Hará unos cuatro meses, promediando el mes de abril, la muy querida y reconocida escritora Paula Bombara convocó a varios amigos, colegas entre los que tengo la suerte de estar, a colaborar con una campaña de Abuelas de Plaza de Mayo. El objetivo era ayudar a que se consolidara un viejo anhelo: que el día 22 de octubre (día en que las Abuelas comenzaron su lucha), declarado Día Nacional del Derecho a la Identidad, cambie su estatus en las celebraciones escolares: que esta efeméride, que hoy por hoy no implica una obligatoriedad para el tratamiento del tema en el ámbito escolar, se convirtiera en una fecha significativa en ese calendario y fuera objeto de reflexión y trabajo.
En Abuelas, como es obvio, están convencidos de que pensar la identidad desde las aulas, con nuestros futuros ciudadanos, para elaborar reflexiones y actividades creativas, implicará un crecimiento de nuestra sociedad. Los autores invitados por Paula opinamos lo mismo, sin duda. Incluso, me permito agregar, nos preocupamos cuando escuchamos que, en algunas escuelas, a veces hay resistencias para conmemorar el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

El debate sobre los debates

Mauricio Epsztejn—
Dialogando
Faltan poco más de tres semanas para que en las urnas se cierre la duda sobre cuál es el proyecto político de país preferido por la mayoría de los ciudadanos para conducir sus destinos durante los próximos cuatro años: si la continuidad actualizada del que hoy encabeza al Estado o el propugnado por la oposición.
Esa es la verdadera disyuntiva y dado que los números no le dan bien, pareciera que todo el espectro antikirchnerista se hubiera puesto de acuerdo en instalar el tema de un supuesto debate televisivo entre los candidatos, como lo prioritario y paradigma de la democracia. A esta altura del partido, exaltar en abstracto la necesidad e importancia de tal evento entre los seis aspirantes que superaron las PASO refleja, cuanto menos, falta de realismo y sentido práctico, cuestión que esta nota descarta, atento a la batería de artimañas utilizadas por esos mismos actores para deslegitimar todo el proceso electoral en curso, a partir de los resultados que en general hasta ahora no cubren sus expectativas.

Drácula vencido por la cruz

Por el profesor José Pecora—
Muchos finales y problemas de ajedrez, para hacerlos un poco más interesantes, vienen rodeados de algún cuento o historia. Es bien conocida la historia de Drácula, personaje de una novela publicada en 1897 por el irlandés Bram Stoker, quien ha convertido a su protagonista en el vampiro más famoso. Algunos aspectos del personaje están basados en Vlad III, el Empalador, príncipe de Valaquia del siglo XV .

El actor Christofer Lee personificando al Conde Drácula
Valakia junto con Moldavia y Transilvania constituían el reino de Rumania. Es un héroe en su tierra, por la resistencia feroz que opuso al avance de los otomanos. Sin embargo, fue extremadamente cruel con sus enemigos, a los que condenaba a la pena capital de empalamiento. Cuenta la historia, y de hecho hay grabados que lo avalan, que Vlad El Empalador echaba en un cuenco sangre de sus víctimas y mojaba en ella el pan mientras comía.

Jugando sin ver el tablero

Por el profesor José Pecora—
El ajedrez a ciegas es una de las formas más espectaculares de jugar al ajedrez, y una de las que más asombro causa entre los neófitos. Como su nombre lo indica, consiste en jugar sin mirar el tablero, con lo que cada jugador ha de retener la posición en su mente. Las jugadas se comunican de palabra, mediante algún sistema de notación, como por ejemplo la notación algebraica.
De esta manera, también vienen escritas las partidas en los libros, lo que permite reproducirlas y estudiarlas. Debido a esto, el ajedrez ha podido perdurar durante varios siglos, permitiendo a los lectores, admirar las grandes producciones realizadas por maestros de todos los tiempos. 
Salvo los simples aficionados, todos los ajedrecistas conocen los sistemas de notación de partidas y el sistema algebraico desde 1995 es el que debe usarse obligatoriamente en todas las competencias oficiales, ya que así lo fija el reglamento internacional.
Para los que no lo conocen, va continuación una breve explicación.
El mismo consiste en asignarle a cada casilla del tablero una letra y un número, mediante coordenadas (letras en el sentido horizontal, desde la a hasta la h y números en el sentido vertical, desde 1 hasta 8) 
  
El tablero de ajedrez según el sistema algebraico

San Telmo: una persistente identidad

Osvaldo Riganti—

Enclavado en el corazón de la Isla Maciel, el club San Telmo configura una persistente  identidad.
Fundado el 5 de marzo de 1904 con 400 socios, empezó usando casacas que alternaban bandas verticales azules y blancas, pero la mala calidad de la tela hizo que después de algunos lavados el azul destiñera y transformara el blanco en celeste, que es como quedó definitivamente.
El primer presidente fue Francisco Pantarotto. El nombre original era San Telmo Footbal Club, cuyos fundadores se reunían en la sede que fijaron en una casona de Paseo Colón al 1400. Luego la mudaron a Av. Juan de Garay 342.
La primera cancha estuvo ubicada en Garay y Azopardo, en la ciudad de Buenos Aires, donde hoy está el diario “Crónica”.
En 1926 instaló su cancha en la Isla Maciel, frente al lugar donde habitaba un club de corta trayectoria: Boca Alumni. El estadio fue inaugurado en 1929, en un partido contra Alvear, igualado en 3 goles. Estaba construido entre General Rivas, Alberti, Las Heras y Vieytes.
A raíz del apoyo que brindaron años después para el mejoramiento del estadio, Perón y Evita fueron designados presidentes honorarios.

Barrios de Buenos Aires, vecinos y hermanados

Osvaldo Riganti—

La Paternal

El ferrocarril
La Paternal limita con Villa Ortúzar al norte, Chacarita al noreste, Villa Crespo al este, Caballito al sudeste, Villa Mitre al sur, Villa del Parque al oeste, Agronomía y Parque Chas al noroeste.
El 1º de marzo de 1901 (algunos citan el año 1904) marca el día en que surgió el barrio a partir del comienzo de la construcción de la estación del hoy llamado ferrocarril San Martín. Sin embargo se celebra el 12 de julio como el Día del Barrio La Paternal, nacido en una zona de Chacras después que las tierras fueran compradas por la Sociedad Cooperativa “La Paternal”, tras fracasar el proyecto del Pueblo de Chorroarín.
Como otros barrios pasó por tiempos de malevos y murgas, cuyas historias poblaron los carnavales y corsos que cruzaban la Avenida San Martín, entre Juan B. Justo y Nicasio Oroño.
Sobre la Avenida San Martín, entre Linneo y Chorroarín, se edificó un puente entre 1906 y 1923, debajo del cual corre el tren de dicha línea.