miércoles, 31 de julio de 2013

Los niños prodigio en el ajedrez

Por el profesor José Pecora—
La humanidad, durante buena parte de su existencia, se ha quedado asombrada por los niños prodigio, que son aquellos seres que a una temprana edad, pueden hacer lo que a un ser humano normal le insume varios años de su vida. La música, el ajedrez y las matemáticas, son tres de las ramas en la que con más frecuencia se dan estas capacidades.
Mozart compuso música de indudable calidad y encanto antes de los ocho años y se dice que a los tres años Karl Friedrich Gauss hacia cálculos matemáticos de cierta complejidad y antes de cumplir los diez demostró ser un aritmético prodigiosamente veloz y serio.
Wolfang Amadeus Mozart
El Mozart del ajedrez fue sin ninguna duda Capablanca, quien a los cuatro años, sin que nadie le hubiese enseñado nada, le corrigió un movimiento incorrecto a su padre en una partida que estaba disputando. Cuando el niño cumplió los cinco años, su progenitor comenzó a llevarlo al Club de Ajedrez de La Habana. A los mejores jugadores del club les fue imposible derrotarlo. En diciembre de 1901, a la edad de trece años, derrotó al campeón nacional cubano Juan Corzo, alcanzando el título de campeón de Cuba.
Ex Campeón mundial José Raúl Capablanca 
Otro niño prodigio destacado fue Paul Charles Morphy, quien a los doce años venció a todos sus contrincantes en Nueva Orleans, resultado nada desdeñable en una ciudad que hacía bastante tiempo que contaba con ajedrecistas de primer orden.
De Paul Charles Morphy podemos decir además que se recibió de abogado a los veinte años con las mejores calificaciones y como aún era menor y no podía ejercer la profesión decidió invertir su tiempo libre en el ajedrez, llegando en menos de un año a ser el mejor jugador del mundo. Tenía una retentiva extraordinaria, que le permitía recitar el código civil de los Estados Unidos de memoria.
Paul Charles Morphy
En épocas más actuales no podemos dejar de citar al genial  Robert  James  Fischer, más conocido como  Bobby Fischer, quien se comenzó a destacar en el ajedrez superior a los 13 años y tenía un coeficiente intelectual de 187, superior incluso al de Albert Einstein. Sus triunfos son muy conocidos y llegó a ser campeón mundial de ajedrez en 1972.
Bobby  Fischer
De todos ellos, nos referiremos con mayor profundidad en futuras notas.
Aquí no deseo dejar pasar la oportunidad de puntualizar el caso de Szmul Rezezewski, nacido en Ozerkow, cerca de Lodz en Polonia, el 26 de noviembre de 1911, que fue más conocido como Samuel  Reshevky, una vez que se trasladó a los Estados Unidos con su familia. 
Aprendió a jugar a los cuatro años y sus progresos fueron muy rápidos. Fue, en su época, el niño prodigio más famoso del mundo del ajedrez. Sus padres lo explotaban, mostrándolo como niño de feria, dando simultáneas y exhibiciones por toda Europa.
Samuel Reshevsky niño dando simultáneas
Las duras condiciones que se vivían en su Polonia natal, después de la primera guerra mundial, motivaron que sus padres decidieran emigrar a Estados Unidos donde inicio una nueva gira por diversas ciudades durante dos años, jugando unas 1.500 partidas de las que solamente perdió nueve. Esta intensa actividad motivó que no supiera leer ni escribir ya que nunca había estado escolarizado.
Un suceso interesante ocurrió en 1921, en ocasión de una sesión de partidas simultáneas que Reshevsky  tenía que dar en el Athletic Club  de Hollywood.  
Fue llevado a visitar los estudios de cine y en el set de filmación conoció a Charles Chaplin, que se encontraba filmando la película El Pibe.
Cuenta Chaplin en la biografía sobre su vida, como fue su encuentro con  Reshevsky: “Tenía un rostro pequeño, pálido y delgado, con grandes ojos que clavaba desafiante cuando estaba reunido con gente. Yo había sido advertido que era temperamental y que raras veces daba la mano a alguien.”
Chaplin le preguntó al niño si le gustaban los duraznos. “Sí”, contestó Reshevsky. “De acuerdo, agregó el actor, tenemos un árbol lleno de ellos en el jardín, tú puedes trepar y conseguir algunos y puedes traer uno para mí.” Quince minutos después regresó, contento, con muchos duraznos. Ese fue el comienzo de nuestra amistad.” 
El gran Carlitos Chaplin  jugando con Reshevsky  al ajedrez
En 1922, cuando Reshevsky contaba con once años, el gobierno de los Estados Unidos le quitó la patria potestad a sus padres y lo obligó a para ponerse al día con los estudios, por lo que tuvo que dejar el ajedrez durante diez años. Es admirable como pudo recomponer su vida, transformándola en  una vida normal,  quedando totalmente adaptado a la sociedad, llegando a graduarse en contabilidad en la universidad de Chicago en 1934.
Retomó luego su actividad ajedrecística, siendo un excelente jugador a lo largo de toda su vida.
Reshevsky pudo por suerte liberarse de sus aprovechados padres, pero no siempre es así. Cada vez más, se nota en la sociedad en que vivimos, la desesperación que tienen los padres por lograr que sus hijos consigan destacarse en el ámbito deportivo o artístico, con el fin de conseguir mucho dinero de manera fácil. Todos piensan que su hijo es Messi o Del Potro y desde muy pequeños los ponen a trabajar para eso, presionándolos indebidamente y no dejándolos disfrutar adecuadamente de su infancia.

Esto está muy bien reflejado en la película que en nuestro medio se conoció como Jaque a la Inocencia, también llamada Buscando desesperadamente a Bobby Fischer, que relata hechos de la vida real de un maestro de ajedrez llamado Joshua Waitzquin, en la cual se muestra como el padre presiona a su hijo para que trate de ser como su ídolo Bobby Fischer.

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