Osvaldo Riganti—
Carlos F. Arroyo |
Mar del Plata a comienzos del siglo XX
presentaba una fisonomía social disímil: hacia el mar y sobre el Cabo
Corrientes, lujosas residencias; hacia el sur el humilde pueblo de pescadores,
mayormente italianos. La ciudad estaba volcada al turismo. Luego creció la organización
del movimiento obrero, pero también fueron años en que se reprimió duramente las
manifestaciones de trabajadores.
El 21 de febrero de 1940 si bien se
demolió la Rambla Bristol, símbolo de una época de esplendor, empezó otra Mar
del Plata, pujante, simbolizada por el levantamiento del edificio Casino.
La temporada 1943 comenzó con una
celebración que se convertiría en tradición: la Fiesta Nacional del Mar. El
cardenal Copello por primera vez bendijo las aguas y el 30 de enero de 1943 se inauguró
la torre tanque de Obras Sanitarias.
El hito de la llegada del sector laboral
a la ciudad fue al inaugurarse, en 1948, el complejo turístico de Chapadmalal,
distante del centro de la ciudad, para evitar manifestaciones de rechazo de una
sociedad que se creía propietaria de la arena y el mar. “Con el peronismo los
obreros descubrieron las sierras y el mar” escribió Abelardo Ramos en “30 años
de peronismo”. “La Argentina era una fiesta”, tituló un libro Félix Luna.
Y esa fiesta mostraba a Perón compartiendo
con lo más selecto del cine mundial el Festival de Cine.
En 1973 los sindicatos llegaron a tener
62 hoteles propios. Remontando los tiempos de dictaduras y democracias
proscriptivas, la fisonomía del lugar era cada vez más atractiva. Luego llegó
el llamado “Proceso” y más tarde Menem, cuyas políticas provocaron el
desmantelamiento de los hoteles gremiales.
Con el nuevo milenio volvió una Mar del
Plata entusiasta y con muestras de integración social.
Así las cosas, en medio del retorno
neoliberal llegó a estas playas el intendente Carlos Arroyo y con él, Mar del
Plata cambió su rostro.
El candidato de Cambiemos es de origen
conservador. Viene de la UCD, cuya nueva versión es el PRO, al cual pertenece.
Está denunciado por su pasado relacionado con la dictadura militar. El
dirigente del PST Marcelo Roldán manifestó: “Carlos Arroyo es un candidato de
la derecha que no esconde su ideología retrógrada y de mano dura”. Existen
denuncias por su permanente actitud discriminatoria, que se puso de manifiesto,
entre otros casos, cuando en marzo de 2015, aun siendo concejal, votó en contra
de un proyecto para declarar “Visitante notable” al cantante Manu Chao por sus
ideas anarquistas, como lo expresó ante “FM Residencias”.
También provocó críticas de la comunidad
boliviana, que tiene mucha presencia en la ciudad. “La Capital” recogió otras en
tal sentido contra Arroyo, que siendo concejal también presentó proyectos
prohibiendo las murgas. En 2007 –detalla diario “Izquierda”– integró la lista
de Luis Patti, actualmente condenado por delitos de lesa humanidad.
“Página 12” del 20 de diciembre de 2015
bajo el título “La perla de los neonazis” expone sobre “ataques a personas
homosexuales, agresiones a punks, pintadas xenófobas, daños a recordatorios de
la represión ilegal. Grupos neonazis avanzan con acciones violentas en la
ciudad. Organizaciones sociales denuncian que el actual intendente de Cambiemos
está vinculado a ellos”. En el mismo artículo el dirigente de Derechos Humanos
marplatense José Luis Zerrillo relaciona los acontecimientos a “los tiempos
políticos, con un intendente de “Cambiemos”, Carlos Fernando Arroyo, ex funcionario
de la dictadura militar vinculado a esos mismos grupos neonazis que están
sembrando el terror en la ciudad balnearia”. Zerrillo sostuvo que la Fiscalía
Federal Marplatense debe unificar las denuncias que apuntan “a un mismo grupo
nazi que se maneja sobre la base del odio”.
También recibieron todo tipo de
agresiones de parte de estos grupúsculos que hoy gozan de piedra libre, las
mujeres que participaron en el Congreso Feminista realizado en esa ciudad.
Y la filial marplatense de La Alameda ha
denunciado al grupo que lidera el dirigente neonazi Carlos Gustavo Pampillón.
A su vez hay una caída de las ventas en
los comercios, retraimiento turístico y temor por el auge de la violencia. “Arg
Noticias” titula: La peor temporada de Mar del Plata en 20 años, un 35 % de turistas
menos” y “Tiempo” del 11 de enero pasado señala: “El tradicional balneario
argentino acusa una caída ocupacional del 50% en los primeros días de enero
respecto a 2015”.
Desde ya que tal acumulación de
calamidades no es totalmente imputable al ex interventor en la CGT local en
tiempos de la dictadura, devenido hoy intendente. Aclara el periódico otras causas
como: “La inflación y Brasil, en detrimento del verano marplatense”.
Pero este es el panorama en la Mar del
Plata actual de Carlos F. Arroyo.
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