lunes, 30 de junio de 2014

Páginas de historia: Asesinato de Vandor

Osvaldo Riganti—

Augusto Timoteo Vandor nació el 26 de febrero de 1923 en Bovril, Entre Ríos. Fue suboficial de la Armada y pidió su pase a retiro a los 24 años. Luego comenzó a trabajar en la fábrica Philips, en Saavedra, en el límite de la Capital. Allí le afloró rápidamente su vocación gremial y fue ocupando posiciones al revelarse como un hábil luchador y negociador. En 1954 tuvo protagonismo en una huelga por mejora de salarios.

Instalada la Libertadora, su creciente prestigio entre las bases movió a los tiranos a perseguirlo, encarcelarlo y hacerlo despedir de Philips.

Al triunfar Frondizi la actividad gremial volvió a desarrollarse, al principio sin problemas. Así Vandor quedó al frente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y, en 1968, ocupó puestos destacados en la Confederación General del Trabajo. Por entonces su trayectoria era pródiga en sonados episodios.
Pronto despertó juicios de respaldo y otros adversos. El Che Guevara lo veía como el hombre más lúcido del movimiento obrero a nivel latinoamericano. Dentro del peronismo, cobró fuerza el vandorismo, la línea por él encarnada.

Hacia fines de 1964 tuvo lugar el frustrado Operativo Retorno. Vandor había sido uno de los principales responsables del mismo. La escasa movilización de los gremios fue vista por algunos como un sabotaje de su parte para que la figura del líder se debilitara y él copara al movimiento que desde Madrid dirigía el ex presidente exiliado. Corrían tiempos que él lanzaba la consigna de "estar contra Perón para salvar a Perón"

Durante el gobierno de Illia, la presión de los gremios con Vandor a la cabeza fue uno de los factores que entorpeceron y debilitaron al gobierno radical. Con su gran poderío, la UOM adquiría era vista como un factor capaz de afectar la estabilidad de la administración del viejo partido de Alem e Yrigoyen.

Hacia fines de 1965 el vandorismo jugó una carta brava apostando a llevar a Serú García a la gobernación de Mendoza a pesar de la opinión de Perón, que movió hábilmente sus piezas e impulsó a su esposa Isabel, presente en el país, a motorizar otra candidatura partidaria, la de Corvalán Nanclares. Las dos fuerzas peronistas obtuvieron el segundo y tercer lugar, los que facilitó el triunfo del partido Demócrata. Era un golpe muy fuerte a las alternativas de lo que se daba en llamar neoperonismo. Y el prestigio de Vandor quedó seriamente deteriorado. Entonces comenzó su apuesta a la confluencia con los sectores que se agrupaban en torno al hasta hacía poco comandante en Jefe del Ejército, Juan Carlos Onganía. Un acto en Luz y Fuerza mostró a la flor y nata de las cúpulas militar y sindical confraternizando ostensiblemente.

El 13 de mayo de 1966 en la confitería "La Real" de Avellaneda se produjo un tiroteo entre grupos opuestos del sindicalismo. Allí murieron los dirigentes del sector "combativo" Domingo Blajaquis y Juan Zalazar, y también Rosendo García, un gremialista cercano a Vandor, que aparecía con posibilidades de candidatearse a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Se dijo que todos los crímenes eran imputables a partidarios del líder metalúrgico, cuya presencia en el lugar dio pie a conjeturas en el sentido de que él había sido el ejecutor directo. El libro "¿Quién mató a Rosendo?", de  Rodolfo Walsh sobre los trágicos hechos ganó gran notoriedad.

A fines de junio de 1966 las Fuerzas Armadas derrocaron al doctor Illia y entronizaron a Onganía. Vandor y otro jefe gremial de preponderancia, Alonso, asistieron a la jura del flamante dictador.

El 30 de junio de 1969 se desarrolló el "Operativo Judas". El comando que se adjudicó el asesinato en la sede de la UOM de La Rioja al 1900, respondía al nombre de Ejército Nacional Revolucionario. Otros lo atribuyeron al grupo "Descamisados", de Dardo Cabo, luego integrado a Montoneros. Vandor estaba en esos momentos hablando con Antonio Cafiero sobre un paro convocado por la CGT para el día siguiente. Escuchó un gran bochinche y salió de su despacho a preguntar "qué c... pasa". Le efectuaron 5 disparos a quemarropa y, antes de huir, le dejaron una bomba a los pies.

Aunque había retaceado su apoyo al reciente "Cordobazo", oscilaba hacia posiciones de mayor confrontación con el régimen de Onganía, en contraposición a los adictos al "participacionismo" de Rogelio Coria. Sus actitudes zigzagueantes hacían que crecieran duros cuestionamientos hacia su figura. Preocupado, fue a ver a Perón en el exilio. El libro sobre el Movimiento Obrero de Claudio Díaz  relata que éste le dijo sin rodeos que lo iban a matar. "Creía que se iba a fumar a los de la CIA", explicaba el fundador del justicialismo y eso a su juicio lo había colocado "entre la espada y  la pared". "Si usted le falla al Movimiento, el Movimiento lo mata y si usted le falla a la CIA, la CIA lo mata", le señaló con crudeza. Vandor lloró y Perón le dijo: "Usted no es tan habilidoso como se cree, no sea idiota",

El comunicado hacía referencia a que el Comando "Héroe de la Resistencia Domingo Blajaquis", del citado Ejército Nacional Revolucionario, había procedido al ajusticiamiento "del traidor Augusto Timoteo Vandor", al que le atribuía "haberse confabulado con el integracionismo en la entrega de la huelga revolucionaria del Lisandro de la Torre", "haber aceptado las cláusulas de productividad impuestas por los monopolios metalúrgicos en el convenio colectivo firmado el 30 de octubre de 1959", "formar grupos de matones a su servicio, con apoyo policial en armamento y credenciales", "haber mantenido al movimiento obrero en la pasividad cuando el gorilismo desconoció el triunfo de la voluntad popular del 18 de marzo de 1962", brindar "colaboración activa al golpe militar de Campo de Mayo, encabezado por el cipayo general Onganía el 20 de setiembre de 1962”, "haber entregado el plan de lucha del 21 de mayo al 24 de junio de 1964", "sus vinculaciones con la sección gremial de la SIDE", su ligazón "con la CIA, como lo denunciara oportunamente el general Perón", "por haberse complotado con el gobierno gorila-radical en mantener pasivo al Movimiento obrero cuando el General Perón inició el Operativo retorno el 2 de diciembre de 1964", "por su alianza con el neoperonismo a partir de las elecciones del 14 de marzo de 1965", haberse opuesto a la acción que "Isabel Martínez cumpliera por orden del general Perón contra la alianza vandorista neoperonista a partir del 10 de octubre de 1965", "haber participado activamente en el asesinato de los compañeros Domingo Blajaquis y Juan Zalazar", “haber impuesto  la traición a la huelga portuaria de octubre-noviembre de 1966", "haber traicionado la huelga petrolera" y la participación en el golpe que instauró la dictadura de Onganía.

El gobierno decretó el estado de sitio. En el velatorio, sus adictos llamativamente impidieron el ingreso de los jerarcas de Onganía que llegaron hasta el mismo.

Se tejieron versiones coincidentes sobre las fortunas que "quemaba" en los hipódromos, dada su condición de jugador empedernido por "los burros" y de una posición patrimonial amasada con licitaciones y negociados vinculados a la política. Abelardo Ramos en su libro "La era del peronismo" resta entidad a tales manifestaciones, ejemplificando con que su esposa trabajó como enfermera en la obra social del sindicato para mantener a la familia tras su muerte. Así como el "Che" había exaltado sus dotes antes que acentuara sus pliegues y repliegues, el historiador lo definió como "táctico impar".

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