jueves, 31 de julio de 2014

Las invasiones inglesas

Osvaldo Riganti—

El político venezolano Francisco Miranda concebía la rebelión de Tupac y otros hechos reveladores de la oleada independentista que animaba al continente como una limitada voluntad adversa a España. Sabedor que en Londres buscaban nuevos mercados elaboró un plan de conquista de las colonias americanas para transformarlas en una monarquía constitucional por medio de la coronación de un descendiente de los incas como emperador de América. Decía su informe al Primer ministro inglés de la época que en estas latitudes se podía "ofrecer con preferencia a Inglaterra un comercio muy vasto".
En 1806 Miranda intentó una invasión a Venezuela desde los Estados Unidos, pero no encontró eco en su tierra. En "El Historiador" Felipe Pigna dice que Miranda "convenció a su amigo Popham de que ningún español americano se opondría a ninguna invasión inglesa al Río de la Plata". Así las cosas el 25 de junio de 1806 los ingleses desembarcaron en Quilmes y en pocas horas llegaron a Buenos Aires.

Pero comenzaba a ponerse de manifiesto lo que San Martín referiría en el sentido de que los hombres de este pueblo "no son empanadas que sólo se comen con abrir la boca". En la precitada publicación, Pigna señala que "la mayoría de la población, que era hostil a los invasores y estaba indignada por la ineptitud de las autoridades españolas, decidió prepararse para la resistencia". Santiago de Liniers, marino francés al servicio de la corona española, se trasladó a Montevideo y organizó las tropas para reconquistar Buenos Aires. Con esas fuerzas derrotó a los ingleses comandados por Beresford, que se rindieron el 12 de agosto de 1806.
Como consecuencia, una pueblada erigió a Liniers en máxima autoridad del Virreinato ante la claudicación del virrey Sobremonte, que cuando se produjeron estos hechos sólo atinó a huir con los caudales públicos a Córdoba, sin intentar resistir a la invasión.
En junio de 1807 una nueva expedición inglesa volvió a intentar apoderarse de Buenos Aires, donde Liniers y Álzaga, alcalde de la ciudad, alistaron 8000 hombres y organizaron a los vecinos. "Los improvisados oficiales habían sido civiles hasta pocos meses antes, como el hacendado Cornelio Saavedra" cuenta Pigna.
El jefe inglés Whitelocke había errado al elegir el método que menos lo favorecía: combatir en la ciudad. Las casas coloniales fueron fortalezas desde donde todo tipo de  de elementos contundentes y baldes de agua hirviendo llovieron sobre los ingleses, a lo que había que agregar en las esquinas de todas las calles metrallas, fuego de fusil y granadas de mano.
El 7 de julio Liniers desestimó un pedido de Whitelocke por 24 horas de tregua para recoger heridos. Este debió capitular y aceptar la condición impuesta por Liniers, a propuesta de Martín de Álzaga, de abandonar el Río de la Plata.
La ciudad había triunfado, dejando en el camino alrededor de 2.000 víctimas, cinco veces más que la reconquista del año anterior.
El 10 de febrero de 1807 el Cabildo Abierto de Buenos Aires depuso a Sobremonte, apoyándose en el antecedente de que los funcionarios considerados corruptos, cobardes e ineficientes pueden ser removidos por el pueblo organizado.
Las invasiones inglesas dejaron una huella notable en el Virreinato del Río de la Plata. Se formaron cuerpos militares nativos que más adelante participarían de la Revolución de Mayo. El gobierno español cayó en el desprestigio, con un virrey destituido y los habitantes del virreinato defendiéndose sin su ayuda. A su vez, la humillación se generalizó en Londres. "The Times" calificaba a los dos intentos como teñidos de "avaricia y pillaje" y los comparaba con "las vergonzosas expediciones de bucaneros". Whitelocke era expulsado por "inepto e indigno".
Durante el juzgamiento a los responsables del fracaso, el fiscal británico reflejó los móviles de la acción: "Con este desgraciado suceso se han desvanecido todas las esperanzas que, con razón y  uniformidad, se acariciaban de descubrir mercados para nuestras manufacturas, de abrir un horizonte nuevo a la inclinación y actividad de nuestros comerciantes".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar, compartir y opinar