Osvaldo Riganti—
Esto de que “todavía no tocó fondo” lo dicen
hombres que conocen los pasillos de la calle Viamonte
Bajo el título “La FIFA en alerta por
los manejos polémicos de la Comisión regularizadora de la AFA”, Facundo Chávez,
en Infobae describe. “Despidos con
juicios laborales en curso, agresiones y maltrato, polémicos cambios de
contratos, clubes al borde de la quiebra y el fútbol paralizado son algunas de
las diez anomalías que llegaron a oídos de funcionarios clave en Zúrich” “Las controversias se suscitan en torno a la Comisión Regularizadora que
preside Armando Pérez”, agrega. Precisamente de Pérez “Página 12” cuenta el 20 de julio, que “Acumula decenas de demandas
sobre todo en los tribunales comerciales y laborales. Cualquier banco de datos
del sistema financiero lo corrobora”.
El presidente de Barracas Central,
Claudio “Chiqui” Tapia, su vice, Diego Turnes y el vice de Nueva Chicago,
Daniel Ferreiro, cuestionan –según ese periódico– a los pretendidos
normalizadores haciendo hincapié en que están “trabajando en un proyecto para
construir un hotel de cinco estrellas y un museo temático en el predio que
tiene la AFA en Ezeiza” mientras los recursos escasean.
Esto no es sino una de las
exteriorizaciones del malestar imperante en las instituciones de la divisional
de ascenso, que tienen muy pocos medios para afrontar los encarecidos gastos de
seguridad y transporte que demandarán sus respectivas competencias. Al punto
que directivos y jugadores de esas categorías habían amenazado con una huelga
por tiempo indefinido, el estado de movilización y una marcha a Plaza de Mayo
si no se resolvían sus demandas.
Más allá de la recurrente declamatoria
sobre adecuación de estructuras y transparencia, no se ha avanzado demasiado en
la entidad madre del fútbol. Todo ha sido hasta ahora confuso, como confuso fue
el proceder de los presidentes de los principales clubes que renunciaron a sus
cargos en la Mesa Directiva de AFA, con lo que aceleraron el proceso que
desembocó en la caída de Luis Segura y la instalación de la Comisión
Regularizadora, al estilo de “un golpe de Estado” (lo define Página 12), una secuencia de hechos y
procedimientos que retrotraen a las épocas más oscuras del más popular de los
deportes, con gente que no la eligió nadie, como cuando Onganía, después de derrocar
a Illia, sacó de la AFA al hermano del ex vicepresidente Perette, iniciando un
desordenado desfile de interventores que tuvo su punto culminante cuando uno de
ellos, Martín Oneto Gaona, al asumir confesó: “La verdad que yo no sé nada de
fútbol”.
Hoy no se presenta muy disímil la
situación. De ello parece percatarse la jueza Servini de Cubría que, según
Infobae, “comienza a cansarse”. La magistrada fue comisionada como parte de
este intento de desordenamiento, pero hoy ve trabas. En el programa “Animales
Sueltos” planteó sus inquietudes sobre el manejo desordenado de fondos. “Hasta
el día de hoy no se sabe que hicieron (…) Pensé que iba a normalizar, pero le
soy sincera, cuando hablé con ellos me di cuenta que no íbamos a llegar a mucho (…). Estoy muy
preocupada, leí los otros días que se estaban peleando, que se agarraron a
trompadas”.
Expresó también su preocupación por el
destino de “Fútbol para Todos”, cuyo contrato de emisión gratuita es hasta el
2019 y corre peligro de romperse.
La actitud de los clubes más poderosos,
queda dicho, ha tenido particular incidencia en este desenlace. Resulta difícil
desligar sus actuales manejos de lo acaecido hace medio siglo atrás, cuando la
dictadura de la llamada Revolución Argentina abolió la autonomía afista y
Alberto J. Armando, entonces presidente de Boca Juniors, aplaudió calurosamente
la intervención. En cambio su par riverplatense Antonio Liberti se mantuvo
totalmente al margen de un episodio que la historia del país en general y del
fútbol en particular han condenado.
En
los tiempos que corren es pública y notoria la sintonía entre Mauricio Macri y
el mandamás del club de la ribera, Daniel Angelici. A su vez River, a
diferencia de lo sucedido en 1966, no estuvo desconectado de la orientación de
su tradicional rival. Su titular, Rodolfo D´Onofrio, también dimitió al cargo
en la casa de la calle Viamonte, dando pie a una inmediata desestabilización en
su seno y se mostraba entusiasmado con el estado de cosas que se iba gestando.
Así se explayó sobre las causas de su optimismo en el programa “Almorzando con
Mirtha”. “Vamos a contar con el apoyo del presidente Macri, que hizo una muy
buena presidencia en Boca”. Hasta ahora los vaticinios de un porvenir venturoso
en ese y otros programas efectuados por el hombre que rige los destinos del
club de Núñez, no han tenido correlación con la realidad.
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