miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ofensiva privatista en el fútbol, donde hasta la pileta de River queda de rehén

Osvaldo Riganti—
Fernando Marín-Encargado de privatizar Fútbol para Todos
Los clubes vienen  formulando reiteradas expresiones de malestar ante la permanencia de los “Normalizadores” que comanda Pérez en la AFA. Sin rodeos ha dicho el vicepresidente de la B Nacional, Daniel Ferreiro, titular de Nueva Chicago. Para salir del pantano el régimen que agobia a la Argentina, apunta a sentar en la poltrona principal de la calle Viamonte, como presidente legal, a Daniel Vila, el controvertido zar de América TV. Confían en que con él Macri podría dar más impulso a sus obsesivos planes para privatizar los clubes. A todo esto desde distintos puntos del globo terráqueo llegan evidencias de la panacea privatista. “Tiempo Argentino” Nº 2079 da cuenta que Atlético Madrid —club que se rige por sus imposiciones— figura al tope de los deudores al fisco entre los clubes de la liga española, por un monto de 107 millones de euros. Paradójicamente Barcelona, Real Madrid, Athletic Bilbao, que son asociaciones civiles, están sin deuda.
La nota de Ezequiel Fernández Moore en “La Nación” del 2 de noviembre informa que en Italia “los clubes-empresa perdieron 525 millones de euros en 2014/15”. No escapa a tales padecimientos el sistema chileno que, según ese artículo, ha sufrido en 2015 un déficit de 24 millones de dólares, un 407% más que en 2009.

Acá algunos creen ver en Boca una sociedad anónima encubierta. El libro “El Tano” (apodo del mandamás xeneize) da cuenta que “Angelici jugó a la timba financiera. Maneja a Boca –protestó la oposición– como si fuera una sociedad anónima”. Pese a su publicitado “saneamiento” el club de la Ribera debe 34 millones de dólares, conforme se informó en la última asamblea.
En River, su presidente, D´Onofrio, con firme respaldo de la Asamblea de Representantes se ha pronunciado enérgicamente contra las S.A. en el fútbol argentino. Sin embargo, la cuestión tiene sus bemoles ya que su frente interno amenaza resquebrajarse por la embestida de los macristas que se alojan en sus pagos. “La banda roja PRO” titulaba “Página 12” hace 2 años, citando la proliferación de personajes insertos en la estructura dirigencial del club de Núñez y se explayaba sobre el amplio abanico que iba desde Adrián Varela “vocal titular y hombre cercano a Diego Santilli”, pasando por Agustín Forchieri (asambleísta, legislador del PRO y primo hermano de Diego) hasta el controvertido Alberto Orlandoni, asambleísta, abogado y controlador de faltas del PRO. En los comicios que desembocaron con el aterrizaje de la Revolución de la Alegría en la Argentina y por lógica también en AFA, Orlandoni se paseó por el estadio ampulosamente con una bandera de Macri, en medio de la irritación de no pocos consocios que lo resisten por viejas expresiones de desdén hacia el club y porque nunca se había visto en la entidad un proselitismo tan abierto en más de un siglo de existencia. La clausura de la pileta hace varias semanas es vista en los corrillos como un pase de factura a D´Onofrio por haberse plantado frente a la embestida de Balcarce 50.
El presidente de River se floreó ante un Congreso futbolero al que acudió la flor y nata del establishment futbolero el 5 de octubre: “Somos uno de los clubes más importantes de América y del mundo también. Con una gran infraestructura social y deportiva, como la que tienen Banfield, Vélez, Independiente y Lanús ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a privatizar el fútbol para que todo desaparezca?” se despachó. Poco después de tales palabras vino la andanada contra la “gran infraestructura social y deportiva” que enorgullecen a D´Onofrio y los socios de su club. “Tiempo Argentino” dio cuenta el 30 de octubre de la queja de un dirigente riverplatense que consideró pueril el argumento de que debieron clausurar el natatorio porque se estaban realizando obras. “Si fuera por eso tendrían que clausurar todos los estadios de la Capital y también las piletas”. La nota de Federico Amico conjetura que “D´Onofrio prefiere evitar las miradas conspirativas en público, pero a su alrededor creen que nada es casual”.
La anteriormente citada nota de “La Nación” pone de manifiesto que los clubes argentinos están dispuestos a resistir como ya hicieron en los ‘90 bajo la batuta del entonces secretario de River, José María Aguilar. Explica que “resistieron en los ‘90 al presidente Carlos Menem, cuando un joven Macri propuso los Clubes S.A. que funcionan en casi todas las Ligas top pero tienen rechazo histórico en la Argentina”, ejemplificando con la “votación 39-1 que fulminó en 1999 el primer proyecto privatizador”.

“Mauricio Macri es mi jefe” ha dicho sin pudor Armando Pérez, como cuenta la aludida nota de “Tiempo”. Y las distintas instituciones no quieren “tu tía”. “Todos, salvo Boca, el bunker del PRO, hicieron causa común contra el enemigo: la Casa Rosada, decidida a seguir metiendo sus pies en la AFA, como si se tratara una dependencia más dentro de la órbita del P.E.”, apunta la publicación.

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