jueves, 30 de junio de 2016

Lanús hoy un modelo futbolístico e institucional

Osvaldo Riganti—
Lanús fue fundado el 3 de enero de 1915. A su cancha le dicen “La Fortaleza” y fue inaugurada con un partido en que perdió 2-0 con Boca.
Tuvo dentro de campañas sin mayor relieve, equipos que dejaron la impronta de un fútbol excelso. Como aquel de los Globetrotters de Guidi, Nazionale, el “Tanque” Rojas, “Poncho Negro” Cejas  en 1956 que sólo pudo ser “primereado” en su marcha hacia el título por aquel River casi imbatible que “Pepe” Minella dirigía desde el banco y en el que dentro de la cancha Labruna llevaba los hilos. En la década siguiente también lució la clase de los “albañiles” Silva y Acosta, con Martín Pando, ya en los últimos tramos de su carrera, ordenando el juego.
En 1977 un polémico desempate con Platense lo llevó al descenso tras una definición por penales. Y siguió cayendo. En 1979 el “granate” yacía abatido en la C, con sólo 2.000 socios.

Y justo allí comenzó el despegue, cuando se unieron las diferentes líneas y desarrollaron una política equilibrada, en ajuste a los lineamientos de una sociedad civil, con un trabajo concienzudo a partir de las divisiones inferiores.
Eso se tradujo en un vigoroso despegue institucional y fue escalando categorías. En 1981 ascendió a 1ª B. Quintuplicaba ya la cantidad de socios desde el momento de la debacle.
En todos estos años asentó una línea futbolística en base a técnicos como Cabrero, Barros Schelotto y ahora Almirón, que impulsaron un juego acorde con el fútbol clásico, de buena circulación de pelota y contundencia ofensiva, a partir de lo cual logró holgadamente este campeonato. Siguiendo ese derrotero alcanzó su punto culminante en 2007 cuando se consagró campeón local dando la vuelta olímpica nada menos que en la Boca. Desde entonces, en 2013 obtuvo un lauro internacional de envergadura, la Copa Sudamericana y ahora, tras una campaña brillante, con fútbol de la mejor escuela venció en la final a San Lorenzo, de forma aplastante: por 4 a  0, lo cual le permitió acceder al segundo título local de su historia.
La calidad de Lautaro Acosta, la capacidad goleadora del veterano Sand y la vigencia en la defensa de otro longevo, Velázquez, sustentan a un cuadro que se asienta en una política permanente de promoción de valores.
La intensa acción desplegada en distintas épocas por sus hombres a través del Foro Social del Deporte ya contribuyeron a frenar la oleada privatista a fines del milenio pasado y hoy su presidente Russo rechaza la nueva embestida por introducir las Sociedades Anónimas en las instituciones deportivas, particularmente en el fútbol, que el presidente Macri pilotea desde Balcarce 50, el mismo objetivo que guió a Menem en un intento similar hace ya más de una década y media.
Los fundadores
Sin fideicomisos, sin sociedades anónimas, sin gerenciamientos, hoy Lanús es una de las realidades más gratas del fútbol argentino. Con intensa actividad social, con disciplinas como atletismo, hockey, patín, handball, gimnasia artística, colonia de vacaciones infantil, disciplinas en que el club alcanzó un vasto desarrollo que hoy le permitió alcanzar los 40 mil socios. Una institución que por sobre todas las cosas funciona con sentido comunitario. Como dice “El Cronista” del 30 de mayo: “Lanús es un ejemplo a seguir. Siempre  el deporte ayuda a sacar a los  chicos de la calle, los cobija, te contiene, te educa, te hace crecer. A veces también enseña el camino a dirigentes políticos, lo que excede el marco del deporte”. 
Lanús ha canalizado excedentes económicos hacia el deporte y la cuestión social, filosofía a todas luces distinta del proyecto de Sociedades Anónimas Deportivas, guiadas por la finalidad excluyente de lucrar con la pasión de los adictos a los clubes.

Entre los presidentes que cimentaron su crecimiento, los granates han tenido a Emilio Chebel (en la actualidad importante protagonista del Foro Social del Deporte), que manifestó en los tiempos de lucha contra la anterior embestida privatizadora y/o gerenciadora: “Cada club que se cierra es una cárcel que se abre. Con una realidad social como la nuestra, los clubes son un espacio de contención muy importante para miles de chicos que, si no, estarían en la calle. Hay que preguntarse por qué se boicotea este carácter social y se instala la supuesta necesidad de que intervengan empresarios”.

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