Por el profesor José Pecora—
Los días 13,14 y
15 de julio dentro del marco de la Expochess 2016, realizada en la ciudad de
Vitoria-Gasteiz, capital de Alava, sede oficial del parlamento vasco, se
desarrolló el Primer Congreso
Internacional por la igualdad de las Mujeres en el Ajedrez, con el objetivo
de propiciar que participen
en un plano de igualdad con los hombres en toda la temática relativa al
ajedrez, tanto en la faz deportiva como en la organizativa y docente.
Afiche de promoción dela Expochess 2016
Partiendo de la
situación actual, en el congreso se analizaron las causas y se propusieron
métodos y medidas a tomar para alcanzar dicho objetivo.
La realidad es
que si bien hay cada vez más más mujeres que se interesan por el ajedrez, su
participación en todo tipo de actividades relacionadas con este deporte, es
inferior al diez por ciento con respecto a los varones. Y en verdad, si bien esto
representa un gran avance sobre el escenario presente en nuestro planeta en
tiempos pasados, aún es muy poco, porque no existen limitaciones de ningún tipo
para que esto suceda, ya que la mujer está igualmente capacitada como el hombre
para desarrollar esta disciplina.
Magnus Carlsen, actual campeón del mundo junto a la
mejor jugadora de todos los tiempos,
la húngara Judith Polgar
Pienso en lo
personal, que esta situación se debe a una falta de interés de las damas por
desconocimiento de lo que es el ajedrez, los beneficios que brinda y las
oportunidades laborales que presenta. Estas últimas, todavía son pocas en
nuestra patria, pero en los países de Europa, cada vez más se propicia la
enseñanza del ajedrez en las escuelas, donde el género femenino tiene una gran
predominancia y allí aparece una fuente laboral de gran importancia.
Docente
enseñando a niños pequeños
Ajedrez en el
aula
Asimismo, todos
los días recibimos noticias sobre novedades, cambios, modificaciones y avances
que las mujeres van logrando en
el sistema patriarcal que regula a la sociedad existente en el mundo desde que
el ser humano tiene memoria y prácticamente casi no hay actividades en la que
no tomen parte en un pie de igualdad con los hombres, aunque quizás siga
habiendo algún tipo de discriminación en lo relativo a las remuneraciones.
Si nos
remontamos hacia atrás unos cientos de años, muy pocas mujeres jugaban al
ajedrez, por lo menos en público. El
primer torneo de la historia en el que solo intervinieron mujeres, se disputó
en Londres en 1897 para celebrar el jubileo de la Reina Victoria de Inglaterra.
El torneo despertó una gran expectación y también muchas
opiniones en contra, ya que muchos consideraban que las mujeres no podrían
alcanzar el nivel de los hombres frente a un tablero. Uno de los más escépticos
fue el famoso jugador inglés Henry Blackburne, que
pronosticó un completo fracaso para este evento, porque consideraba a las
mujeres como poco idóneas y de escasa resistencia para jugar al ajedrez. Tras
ver la calidad de las partidas que se jugaron, Blackburne se rectificó
públicamente y reconoció su error. Comentó que había seguido con el mayor
interés todas las partidas y que el resultado había sido altamente
satisfactorio y el éxito incontestable.
Dibujo realizado
que muestra a las jugadoras del Torneo de Londres de 1897
La ceremonia
inaugural tuvo lugar en el Hotel Cecil y el discurso de bienvenida fue
pronunciado por el diputado del Parlamento Británico Mr. Plunket.
Hotel Cecil de
Londres
El torneo
comenzó el 23 de junio de 1897 en el Ladies Chess Club y se jugaban dos partidas de cuatro horas
cada una al día, descansando sólo los domingos: la primera de 13 a 17 hs. y la
segunda de 19 a 23 hs. Un esfuerzo bastante importante, lo que deja de lado el
concepto de “sexo débil”.
Imagen del
torneo
Con la creación
de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) se realizó el primer
campeonato mundial femenino en 1927, resultando vencedora Vera Menchik (ver
nota de mayo de 2015 de unoytres) Ella les jugaba de igual a igual a los
hombres y prácticamente no tenía rivales entre las jugadoras de su mismo
género. Retuvo el título hasta su muerte, ocurrida en 1944, durante unos
bombardeos a la ciudad de Londres.
Primera campeona
mundial Vera Menchik
Vera Menchik fue la primera jugadora que se atrevió a
desafiar las normas de la sociedad de principios del siglo XX. Decidió participar
en torneos de ajedrez reservados exclusivamente para hombres, se mostró firme y
demostró mucho valor para enfrentarse a las duras críticas que fueron vertidas
sobre su persona. Además supo sobreponerse a la dura competencia planteada por
unos hombres que no podían permitir que mancillasen su orgullo con una derrota
ante una mujer. Todo esto ocurrió en una época en la que era impensable que una
mujer pudiese competir en cualquier actividad del mundo masculino, de ahí el
mérito de esta auténtica pionera que puso una piedra en el duro camino de la
igualdad entre sexos.
Su gran rival en
el tablero fue la alemana Sonja Graf, (1908-1965) que tuvo una vida bastante
tumultuosa, llena de alcohol y excesos, como resultado de los numerosos abusos
en su juventud causados por su propio padre.
Debido a esto,
quedó bastante afectada sicológicamente. Su nombre de nacimiento era Susann. Se
lo cambió por Sonja y jugaba al ajedrez “vestida de hombre”. Las siguientes
imágenes son bastante elocuentes.
Sonja Graf
Sonja Graf
fumando, siendo observada por Vera Menchik. Realmente parecía un hombre
Sonja Graf junto a la campeona mundial Vera Menchik
Sonja Graf,
considerada como la segunda mejor jugadora del mundo de la época, se quedó
algunos años en Buenos Aires, al igual que muchos otros jugadores por el tema
de la segunda guerra mundial, donde pudo rehacer su vida. En 1947 conoció a un
comerciante marítimo llamado Vernon Stevenson, con el cual se casó.
La jugadora
alemana en 1941 en Buenos Aires, ya con fisonomía femenina
Ambos se mudaron
a California, donde siguió jugando al ajedrez. Sólo se retiró del tablero
durante el período de gestación de su hijo Alexander. Salió campeona de Estados Unidos dos veces:
en 1957 y en 1964, un año antes de su muerte, ocurrida en 1965.
Foto de Sonja poco
antes de su muerte
Curiosamente, el apellido del marido de Vera Menchik,
era el mismo que el del marido de Sonja: Stevenson aunque no eran parientes
entre sí.
En los últimos sesenta años han surgido muchas buenas
jugadoras, como el caso de las georgianas Nona Gaprindashvili, Maia
Chiburdanidze, la sueca Pía Cramling, las hermanas Polgar, y últimamente las jugadoras chinas, como el
caso de la campeona mundial Hou Yi Fan, entre muchas otras. El panorama ha cambiado
bastante, pero como ya hemos mencionado, es necesario todavía ampliar la
participación femenina.
Esperemos, por el bien del ajedrez, que las conclusiones
alcanzadas en el congreso, sean efectivas y se tengan en cuenta para lograr que las mujeres se incorporen
masivamente a su práctica.
Muy interesante. Gracias Profesor
ResponderEliminar