(de Bicentenarios,
“angustias” y mezquindades…)
José Machain—
Como ya nos tiene acostumbrado, el Presidente de los
argentinos Mauricio Macri, dado su rol
institucional de máxima autoridad política de la Nación e inevitable venidero personaje histórico de nuestro País, ha dinamitado de un plumazo –cual fuera un DNU– toda la tradición de las luchas Revolucionarias y Libertarias de los Patriotas de Mayo y de la Patria Grande que significaron aquellas gestas.
institucional de máxima autoridad política de la Nación e inevitable venidero personaje histórico de nuestro País, ha dinamitado de un plumazo –cual fuera un DNU– toda la tradición de las luchas Revolucionarias y Libertarias de los Patriotas de Mayo y de la Patria Grande que significaron aquellas gestas.
Haciendo gala de su habitual vulgaridad, reduccionismo,
ignorancia y simplificación de los procesos históricos, el Presidente Macri ha
“diagnosticado” como una mera fobia (la "angustia", tan frecuente en
nuestro acelerado tiempo del S.XXI; pero seguramente ausente a principios del
S.XIX), o como resultante de algún trastorno psicológico de una minoría intensa
de “pequeños burgueses”, la segura –para él– aventurada y desproporcionada
pretensión de ser una Nación libre, justa y soberana.
Tal banal tratamiento, o mejor dicho “destrato”, es
inmerecido y humillante hacia los verdaderos estadistas y pro–hombres/mujeres
de Mayo y de la Guerra de Independencia que no sólo visionaban, sino que
tuvieron el coraje de pensar, diseñar y ejecutar planes de un proyecto
colectivo como lo es una Nación, una Patria; no solo para sus congéneres, sino
para sus descendencias y la posteridad. Hombres y mujeres que no dudaron, a
pesar del dolor que pudieran significar pérdidas de seres queridos o cercanos,
en emprender una gesta ejemplar para las generaciones futuras de estas tierras,
de nuestra Patria.
Negarles el valor, la voluntad, la decisión, el coraje, la
grandeza, la solidaridad, el ansia de igualdad y libertad a aquellos hombres y
mujeres; representaría una afrenta e indignidad de la generación del
Bicentenario. Pero me resisto a ser cómplice del “negacionismo”. Me resisto a
ser cómplice del “negacionismo” de la humillación de la Metrópoli, de la
esclavitud, del aniquilamiento de pueblos originarios, del sometimiento del
Realista sobre el criollo.
El Presidente Macri, una vez más, ha demostrado su desprecio
e ignorancia del sentido épico que forjara la historia y el destino de esta
Nación. La vocación por lo público de aquellos hombres y mujeres no emanaban de
la mezquina visión empresarial; sino de saberse forjadores de una empresa –otro
tipo de empresa– noble, digna, generosa y para todos.
Difícilmente, el Presidente Macri nunca pueda interpretar
cabalmente a sus antecesores. Hace falta coraje para asumir y emprender una
empresa –de las otras, no solo de las que él conoce– de grandeza. El
“negacionismo” solo es posible fruto de la ignorancia, la vacuidad, la pereza,
el egoísmo, la incultura, la arrogancia, la mezquindad y la tilinguería.
A pesar de él, y como la Patria es el otro: VIVA LA PATRIA
!!!
Buenos Aires, 10 de julio 2016
(a Doscientos años y un día de la Declaración de Independencia)
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