Osvaldo Riganti—
Agustín Tosco |
Mayo pareciera tener una vinculación especial
con hechos históricos, cuyo epicentro son las luchas obreras.
En nuestro país, el 29 de mayo de 1969 estalló
en Córdoba el levantamiento obrero y popular contra la dictadura de Onganía, que
venía precedido por movilizaciones en distintos puntos del país ferozmente
reprimidos por la policía, una constante de esos días. El malestar social
jaqueaba al régimen instaurado en junio de 1966.
Y en Córdoba la gota rebalsó la copa
cuando Caballero, el gobernador de la dictadura, entre otras cosas decidió suprimir
el sábado inglés: fue la chispa que detonó una revuelta sin antecedentes
después que la movilización convocada por los sindicatos SMATA y Luz y Fuerza
fuera reprimida y asesinado el obrero Máximo Mena. A ellos se le sumaron otros
gremios, los estudiantes y el pueblo todo que salió a la calle y tomó la ciudad,
desbordando a la policía de la docta. Fue necesaria la intervención del
Ejército para controlar el estallido, pero hasta los principales hombre de la
jerarquía castrense quedaron consternados. Según declaró luego el general
Sánchez Lahoz, que entonces comandaba el 3er Cuerpo de Ejército encargado de la
contención de la avanzada popular. “Me
pareció ser el jefe de un ejército británico durante las invasiones inglesas.
La gente tiraba de todo de sus balcones y azoteas”.
A partir de ahí comenzó la cuenta
regresiva para el dictador militar Onganía. Vinieron hechos conmocionantes como
el secuestro de Aramburu, la toma de ciudades. Onganía fue depuesto por sus
pares pero la acción ensamblada de las organizaciones populares continuó
avanzando. El régimen se vio obligado a llamar a las elecciones que derivaron
en el retorno del peronismo.
El Cordobazo marcó el inicio de los
meses finales de Onganía, durante los cuales, como señala el periodista García
Lupo en uno de sus libros, “Enhiesto y
soberbio el déspota contemplaba impotente el derrumbe de su régimen”.
Más atrás en el tiempo había tenido
lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) la llamada revuelta de
Haymarket que derivó en la condena a muerte de 5 trabajadores anarquistas que
lideraban el reclamo por limitar la jornada de trabajo a 8 horas.
Esa jornada dio lugar al establecimiento
del 1º de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.
Las luchas obreras tienen una
vinculación histórica con el nacimiento de varios clubes de fútbol, con caso
como el de Argentinos Juniors, surgido el 15 de agosto de 1904 de la fusión de
los clubes “Mártires de Chicago” (revelador del componente obrero del club de
La Paternal, como otros) y “Sol de la Victoria”. Es más,
la camiseta de los
llamados “bichitos” es roja y así se dispuso como símbolo de adhesión a la
gesta de los trabajadores comunistas y anarquistas.
Los clubes del más popular de los
deportes son de raigambre notoriamente
popular y con un vínculo pronunciado por los sectores del trabajo. Por
eso tienen una vigencia irreversible como sociedades civiles y jamás pueden
tener lugar las sociedades anónimas, contrarias a su razón de ser y esencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar, compartir y opinar