Durante los gobiernos de Néstor y Cristina se produjo un gran
avance en el diseño de políticas públicas con perspectiva de género y
diversidad sexual, impulsando la ampliación de derechos políticos y sociales e
incrementando la atención y prevención de la violencia de género.
Un Estado que trabajó para construir una sociedad más justa
A continuación hacemos un breve repaso por algunas de las medidas
más significativas de la última década, que demuestran la decisión política de
incluir y mejorar la calidad de vida de muchxs ciudadanxs excluidxs y marginadxs
históricamente.
En 2006, se creó la figura de las Comisarías de la Mujer, que junto con la creación de la Dirección
General de Coordinación de Políticas de Género (dependiente del Ministerio de
Seguridad bonaerense) trabajan con un equipo interdisciplinario entrenado para
abordar la problemática de violencia de género.
En el año 2007, se creó el Programa “Las Víctimas contra las
Violencias” (Línea 137) en CABA con el objetivo de actuar en situaciones de urgencia y emergencia. Puede llamar
cualquier víctima de violencia familiar, vecinxs que escuchen o presencien
violencias en otros domicilios, familiares y cualquier otra persona que
necesite orientación en violencia familiar.
Mediante el Decreto 1011/2010, en Julio de 2010 se reglamentó la
ley que aprueba la adhesión de Argentina a la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la violencia contra la Mujer (OEA). Dicha convención
explicita los comportamientos que alientan la discriminación, haciendo foco en conceptos como la
discriminación y la revictimización así como la relación de desigualdad de
poder. También se nombró al Consejo
Nacional de Las Mujeres como el ente de control sobre la difusión
de mensajes o imágenes que atenten contra los fundamentos de la ley.
En 2013, se formalizó la creación de “la línea 144” una línea telefónica disponible las 24 horas
del día, los 7 días de la semana, con el fin de proporcionar atención y
asesoramiento a víctimas de violencia de género de manera gratuita. La línea
144 depende del Consejo Nacional de Las Mujeres y fue ampliada la semana
siguiente a la movilización de Ni Una
Menos el 3 de Junio de 2015 debido al incremento de las solicitudes de
atención.
En materia de legislación, la Ley de Identidad de Género aprobada en 2012 fue producto de
un largo debate en el movimiento LGBTIQ en conjunto con organizaciones de
mujeres y hoy en día es reconocida como una de
las leyes más progresistas a nivel mundial y destacada por la
Organización
Mundial de la Salud. Esta ley apunta a eliminar el estigma, la discriminación y
la violencia. A su vez, es destacable el objetivo de despatologización del
colectivo, ya que busca que la salud pública pueda dar respuesta a las
necesidades de uno de los sectores más postergados, otorgando tratamientos
médicos y atención integral. Actualmente cualquier persona trans puede obtener
su DNI a propia elección.
En 2015, se actualizó el protocolo de aborto no punible. El
documento se denomina “Protocolo
para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal
del embarazo” y busca actualizar las regulaciones en los casos de aborto
no punibles (violaciones o casos en los que la salud de la mujer esté en
peligro), pero aún no logra una aplicación amplia y efectiva a lo largo del
país. A pesar de estos avances, hoy la legalización del aborto seguro y
gratuito parece ser un objetivo aún más lejano.
La restauración conservadora: exclusión y marginación para todxs
Hoy todos estos avances en materia de género están
en peligro, ya que el nuevo gobierno está decidido a multiplicar la desigualdad
y la marginación. Este 3 de Junio, tal
como versa el Documento Oficial, Ni Una Menos:
“Decimos
Ni Una Menos frente a la reacción conservadora y el cambio de gobierno que nos
desprotege todavía más. A partir del 22 de diciembre de 2015, los observatorios
puestos en práctica dejaron de existir y
programas como el de Salud Sexual y Reproductiva empezaron a ser desmantelados.
Los contenidos de la ley de Educación Sexual Integral, ley fundamental para
prevenir la violencia machista, se están modificando para conformar a los
sectores más retrógrados. El ajuste, el tarifazo, los despidos masivos, el fin
de la moratoria previsional que desprotege sobre todo a las mujeres que
dedicamos nuestras vidas al cuidado de los otros y las otras sin que nuestra
tarea sea remunerada, el escandaloso achique del Estado, golpean sobre todo a
las mujeres, recortan nuestra autonomía, nos dejan más inermes frente a la
violencia. Cuando la pobreza aumenta,
las primeras perjudicadas somos las mujeres. Cuando el conflicto social se
mete dentro de las casas, las más perjudicadas somos las mujeres. El ajuste y
la inflación golpean directamente sobre nuestra capacidad de decir Basta. La
ley de Patrocinio Gratuito no ha sido reglamentada y desde el Ministerio de
Justicia ya se alertó sobre la falta de presupuesto para ponerla en práctica en
una escandalosa vuelta atrás de un derecho básico para poder acceder a la
Justicia. El disciplinamiento de la protesta social y el encarcelamiento de una
dirigente de los pueblos originarios como Milagro Sala, habla claramente de una
revancha misógina y racista que nos golpea a todas”.
No hacen falta muchas reflexiones
para decir que nos encontramos frente a un Estado que banaliza y despolitiza
nuestra lucha, desmovilizando y borrando los conflictos y las asimetrías de
poder de la sociedad patriarcal. Un Estado que considera a las mujeres como
“complemento y valor agregado del hombre”, que nos reduce a objetos “decorativos”.
Para el macrismo, las mujeres que se organizan y reclaman están locas hasta que
se demuestre lo contrario.
Solo en la última semana, tres niñas de 12 años
fueron asesinadas, víctimas de la violencia machista. 66 nuevas muertes en los
primeros 100 días de 2016 nos exigen tomar las calles nuevamente. Una joven
presa en Tucumán, condenada a ocho años de prisión por homicidio en una causa
armada cuando en realidad tuvo un aborto espontáneo, nos obligan a actualizar
la consigna “Sin aborto legal no hay Ni Una Menos” e instalarla en las plazas
con más fuerza todavía. A la violencia machista y a quienes la perpetran les
decimos: Ni Una Menos, contra nuestros cuerpos Nunca Más. Sumemos y
construyamos colectivamente, transformemos el dolor y organicémonos.
En las
calles queremos encontrarnos, como una cita conmemorativa y alegre, furiosa,
libre.
¡Ni Una
Menos! ¡Vivas nos queremos!
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