martes, 31 de mayo de 2016

¡Ni una menos! ¡Vivas nos queremos!

María Clara García—
Durante los gobiernos de Néstor y Cristina se produjo un gran avance en el diseño de políticas públicas con perspectiva de género y diversidad sexual, impulsando la ampliación de derechos políticos y sociales e incrementando la atención y prevención de la violencia de género.
Un Estado que trabajó para construir una sociedad más justa
A continuación hacemos un breve repaso por algunas de las medidas más significativas de la última década, que demuestran la decisión política de incluir y mejorar la calidad de vida de muchxs ciudadanxs excluidxs y marginadxs históricamente.
En 2006, se creó la figura de las Comisarías de la Mujer, que junto con la creación de la Dirección General de Coordinación de Políticas de Género (dependiente del Ministerio de Seguridad bonaerense) trabajan con un equipo interdisciplinario entrenado para abordar la problemática de violencia de género.

En el año 2007, se creó el Programa “Las Víctimas contra las Violencias” (Línea 137) en CABA con el objetivo de actuar en situaciones  de urgencia y emergencia. Puede llamar cualquier víctima de violencia familiar, vecinxs que escuchen o presencien violencias en otros domicilios, familiares y cualquier otra persona que necesite orientación en violencia familiar.
Mediante el Decreto 1011/2010, en Julio de 2010 se reglamentó la ley que aprueba la adhesión de Argentina a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer (OEA). Dicha convención explicita los comportamientos que alientan la discriminación, haciendo foco en conceptos como la discriminación y la revictimización así como la relación de desigualdad de poder. También se nombró al Consejo Nacional de Las Mujeres como el ente de control sobre la difusión de mensajes o imágenes que atenten contra los fundamentos de la ley.
En 2013, se formalizó la creación de “la línea 144” una línea telefónica disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con el fin de proporcionar atención y asesoramiento a víctimas de violencia de género de manera gratuita. La línea 144 depende del Consejo Nacional de Las Mujeres y fue ampliada la semana siguiente a la movilización de Ni Una Menos el 3 de Junio de 2015 debido al incremento de las solicitudes de atención.
En materia de legislación, la Ley de Identidad de Género aprobada en 2012 fue producto de un largo debate en el movimiento LGBTIQ en conjunto con organizaciones de mujeres y hoy en día es reconocida como una de las leyes más progresistas a nivel mundial y destacada por la
Organización Mundial de la Salud. Esta ley apunta a eliminar el estigma, la discriminación y la violencia. A su vez, es destacable el objetivo de despatologización del colectivo, ya que busca que la salud pública pueda dar respuesta a las necesidades de uno de los sectores más postergados, otorgando tratamientos médicos y atención integral. Actualmente cualquier persona trans puede obtener su DNI a propia elección.
En 2015, se actualizó el protocolo de aborto no punible. El documento se denomina “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo” y busca actualizar las regulaciones en los casos de aborto no punibles (violaciones o casos en los que la salud de la mujer esté en peligro), pero aún no logra una aplicación amplia y efectiva a lo largo del país. A pesar de estos avances, hoy la legalización del aborto seguro y gratuito parece ser un objetivo aún más lejano.
La restauración conservadora: exclusión y marginación para todxs
Hoy todos estos avances en materia de género están en peligro, ya que el nuevo gobierno está decidido a multiplicar la desigualdad y la marginación. Este 3 de Junio,  tal como versa el Documento Oficial, Ni Una Menos:
“Decimos Ni Una Menos frente a la reacción conservadora y el cambio de gobierno que nos desprotege todavía más. A partir del 22 de diciembre de 2015, los observatorios  puestos en práctica dejaron de existir y programas como el de Salud Sexual y Reproductiva empezaron a ser desmantelados. Los contenidos de la ley de Educación Sexual Integral, ley fundamental para prevenir la violencia machista, se están modificando para conformar a los sectores más retrógrados. El ajuste, el tarifazo, los despidos masivos, el fin de la moratoria previsional que desprotege sobre todo a las mujeres que dedicamos nuestras vidas al cuidado de los otros y las otras sin que nuestra tarea sea remunerada, el escandaloso achique del Estado, golpean sobre todo a las mujeres, recortan nuestra autonomía, nos dejan más inermes frente a la violencia. Cuando la pobreza aumenta, las primeras perjudicadas somos las mujeres. Cuando el conflicto social se mete dentro de las casas, las más perjudicadas somos las mujeres. El ajuste y la inflación golpean directamente sobre nuestra capacidad de decir Basta. La ley de Patrocinio Gratuito no ha sido reglamentada y desde el Ministerio de Justicia ya se alertó sobre la falta de presupuesto para ponerla en práctica en una escandalosa vuelta atrás de un derecho básico para poder acceder a la Justicia. El disciplinamiento de la protesta social y el encarcelamiento de una dirigente de los pueblos originarios como Milagro Sala, habla claramente de una revancha misógina y racista que nos golpea a todas”.
No hacen falta muchas reflexiones para decir que nos encontramos frente a un Estado que banaliza y despolitiza nuestra lucha, desmovilizando y borrando los conflictos y las asimetrías de poder de la sociedad patriarcal. Un Estado que considera a las mujeres como “complemento y valor agregado del hombre”, que nos reduce a objetos “decorativos”. Para el macrismo, las mujeres que se organizan y reclaman están locas hasta que se demuestre lo contrario.
Solo en la última semana, tres niñas de 12 años fueron asesinadas, víctimas de la violencia machista. 66 nuevas muertes en los primeros 100 días de 2016 nos exigen tomar las calles nuevamente. Una joven presa en Tucumán, condenada a ocho años de prisión por homicidio en una causa armada cuando en realidad tuvo un aborto espontáneo, nos obligan a actualizar la consigna “Sin aborto legal no hay Ni Una Menos” e instalarla en las plazas con más fuerza todavía. A la violencia machista y a quienes la perpetran les decimos: Ni Una Menos, contra nuestros cuerpos Nunca Más. Sumemos y construyamos colectivamente, transformemos el dolor y organicémonos.
En las calles queremos encontrarnos, como una cita conmemorativa y alegre, furiosa, libre.

¡Ni Una Menos! ¡Vivas nos queremos!

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