Osvaldo Riganti—
Los tiempos de
Broda
Atlanta fue fundado el 12 de octubre de
1904. La fecha se eligió por el Día de la Raza.
La historia comenzó a escribirse con una
reunión celebrada por jóvenes de aquella época en casa del comerciante Tomás
Elías Sanz, en la calle Alsina 1119.
Fue bautizado como Atlanta Athletic
Club. Prima la opinión que el nombre fue elegido por el terremoto acaecido en
Estados Unidos poco antes. Pero otra versión da cuenta que era por un barco de
guerra norteamericano que vino al país cuando Manuel Quintana asumió como
presidente.
Los toldos de los negocios comerciales
de la zona tenían un fuerte componente amarillo y azul a rayas y eso determinó
sus colores.
Tomás Elías Sanz presidió su primera
Comisión Directiva y tuvo su primera cancha en Juan Bautista Alberdi y Escalada,
en el barrio porteño de Villa Luro. La falta de recursos lo llevó a cambiar de
lugar varias veces, lo que derivó en el apodo de “Bohemios”.
En 1922 inauguró su estadio en Humboldt 470
con un partido ante River, que terminó empatado 1 a 1. A su vez perdió 3 a 1
con River el 31 de mayo de 1931 al jugar su primer partido en el
profesionalismo.
En 1934, por problemas económicos y
administrativos, Atlanta-Argentinos Juniors se fusionaron, pero eso duró poco.
El 25 de mayo de 1942 inauguró la sede y
en su apogeo llegó a tener más de 17 mil socios que practicaban variadas
disciplinas.
En 1944, la Comisión era presidida por
Alberto Chisotti y León Kolbowski, un joven con mucho empuje, era el vicepresidente,
que desde ese cargo impulsó la ampliación de la cancha.
En 1947 incorporó a Pedernera y otros
grandes jugadores, cuando el DT era el ex árbitro Bartolomé Macías.
Por Pedernera –en conflicto con el
jerarca riverplatense Antonio Liberti– pagó 140 mil pesos y gastó más de medio
millón en otras grandes figuras, que le permitieron recaudar mucho, a pesar de
lo cual descendió.
A raíz de una huelga de futbolistas en
1949 la AFA reestructuró el fútbol y Atlanta volvió a primera.
En 1952 volvió a descender. Ascendió
nuevamente en1956 bajo la conducción técnica de Victorio Spinetto. Siempre con
Spinetto y Adolfo Mogilevsky de preparador físico, cumplió una destacada
actuación en el círculo superior en 1958. Le ganó al tricampeón River por 3 a 0
en el Monumental y 1 a 0 en Villa Crespo.
Aparecían jugadores como los cordobeses Nº 5 Carlos
Timoteo Griguol y su primo, el Nº 7, Mario Griguol.
En 1958 ganó la Copa Suecia.
El 5 de junio de 1960 inauguró el nuevo
estadio con un partido ante Argentinos Juniors, estadio que llamó León
Kolbowski, el presidente que le dio mayor impulso.
En 1961 cumplió muy buena campaña
dirigido por Osvaldo Zubeldía y figuras
como Errea, Alberto González y Artime, que junto a Mario Griguol pasaron
a River por 16 millones más la cesión de jugadores de 3ª que alcanzaron
notoriedad como Luna, Puntorero y Jorge Fernández. En 1963 se destacan el
arquero Gatti y el defensor Bonczuk que pasaron también al club de Núñez. En
1967 apareció el goleador Roberto Salomone.
Tras años de muy buenas campañas empezó
a declinar y pelear para mantener la categoría. Igualmente el progreso no se
detenía. El 15 de noviembre de ese año en amistoso con Independiente inauguró
la iluminación eléctrica.
Se destacaría otro arquero, Daniel
Carnevali, luego transferido a River Plate, donde se lo desestimó porque no
pasó la revisación médica.
Entonces se lo vendió a Chacarita, que
le dio en pago a Juan Antonio Gómez Voglino, que sería el máximo goleador de Atlanta
con 68 goles. Carnevali lució en el fútbol español y atajó para Argentina en el
Mundial 1974.
Por esos años, de Pedal de Mendoza vino
Rubén Cano, que se destacó y pasó también a España, jugando para ese país el
Mundial 1978.
Surgían
importantes jugadores como Candau y Jorge Ribolzi que fue luego
mediocampista del Boca Campeón de América 1977/78 y Campeón del Mundo 1978.
En 1973 dirigía el plantel Rodolfo
“Pocho” Betinotti (puntal del ascenso en 1956) pero en la fecha 11 renunció en
medio de malos resultados. Asumió Néstor Rossi con quien tuvo un vigoroso
repunte. En su debut le ganó en Villa Crespo 1 a 0 a Boca, un Boca que venía
haciendo “tabla rasa”. Pasó de la última ubicación en el Metropolitano a
dirimir el Nacional con Rosario, River y San Lorenzo, que se lo adjudicó.
En 1979 desfilaron, en medio de malos
resultados, Betinotti, Spinetto y Artime como técnicos. Ganó un solo partido y
se fue al descenso. Pero Artime siguió al frente del equipo. Lo sucedió Manera
y las cosas no mejoraron. Volvió Artime y todo siguió igual.
En 1982 arañó el ascenso. Lo logró al
año siguiente con Juan Carlos Lorenzo. Lo presidía Hugo Masci. Se destacaban
Bianchini y Graciani.
Obtuvo un predio en Villa Madero, donde
hoy practican las inferiores.
Volvió a descender en 1984. Racing lo
postergó en la lucha por el ascenso al año siguiente. Las cosas empeoraron.
Descendió de Nacional B a 1ª B en 1986.
Por un error administrativo quedó libre
Marcelo Carracedo.
En 1989/90 la empresa Excellens tomó
fútbol. Con el ex arquero de River y hoy entrenador de arqueros de ese club, Alberto
Montes, y el Nº 10 Fabián Castro –uno de los mejores jugadores de la historia
en las jornadas sabatinas– ascendió al Nacional B.
En 1990/91 volvió a descender durante un
accidentado partido que precipitó todo. Perdía 1a 0 con Cipolletti y el juez expulsó
a Arce, Fernando García, Corsi y Zappia. Por los parlantes se instó a atacarlo.
Le dieron el partido perdido, le
descontaron 8 puntos, inhabilitaron al presidente Juan Chiarelli por un año y
al vice Bernardo Kravestcky por cuatro.
Descendió y para peor el 25/9/1991 la
Justicia decretó la quiebra por incumplimiento de pagos dispuestos en la
convocatoria de acreedores. Así perdió la sede.
Se formó una Comisión de Apoyo,
presidida por Ezequiel Kristal. El hombre más gravitante era Broda. Manuel
García había sido diputado nacional peronista entre 1946 y 1952. Fue también
vicepresidente de Atlanta. Era tío de Miguel Ángel Broda. Un mes antes de morir
le dijo al sobrino que iba a ser exitoso y ayudara a Atlanta si lo necesitaba.
El
club Villa Crespo le ofreció a Atlanta una sede a 2 cuadras del estadio. Broda
dijo que no era un negocio interesante para Atlanta. Tomaba las decisiones en
su estudio de Ricardo Rojas 401, en Retiro.
Atlanta cedió los derechos económicos de
Martín Herrera (ex Boca) el 12 de noviembre de 1996 al ignoto Jorge Pérez.
Presidía el club Julio Jalboski. Fue una operación muy cuestionada.
“Fútbol limpio, negocios turbios” de
Gustavo Veiga, da cuenta que el tal Pérez era el cuidador de caballos de Broda.
Vinieron años muy complicados. El ex
presidente Carlos Bulaievsky y el ex secretario Carlos Rada según “Página 12”
del 17.9.2006 fueron procesados por administración fraudulenta a raíz del
problema que se desató por la venta de la segunda mitad del pase de Luis Bonnet
a Gimnasia y Tiro de Salta.
En 2001 compró al arquero Negroluqui y
al delantero Bazán Vera, pero la campaña fue pobre. En 2002, en una situación
muy comprometida con Salvador Pasini, tuvo una gran levantada. El 4 de
diciembre de 2003 recuperó su sede social de la calle Humboldt. El club debió ponerlo en condiciones para que
aparte de los socios lo utilicen los vecinos de Villa Crespo y los colegios de
la zona.
Con el presidente Alejandro Korz arrancó
el cambio. Se recuperó la ex sede social. Se reinauguró el Estadio. La
construcción de dos tribunas del estadio estuvo a cargo de Constructora
Deportiva S.A., una empresa dirigida por Gustavo Aversa, un ex florista casado
con Liliana Grondona, hija del presidente de AFA.
En 2004 cumplió 100 años de vida. Jugó
un partido con River. En medio de ascensos y descensos y el 29 de marzo de 2009
inauguró su remodelado estadio con Deportivo Español.
En 2012 renunció el D.T., Ghiso ante
amenazas a su familia.
“Fútbol y negocios turbios” de Gustavo
Veiga da cuenta que un día en la cancha el economista Broda dijo: “Estamos
sentados sobre una mina de oro, algo que puede valer 10,15 millones con
facilidad”.
“Broda era a su club lo que el Fondo
Monetario Internacional a los países del mundo desarrollado. Prestaba dinero
que luego cobraba en condiciones ventajosas, sin resignar ni un centavo” cuenta
el libro.
El libro de Veiga pone en el tapete que
la gestión de Broda fue “pródiga en hábitos irregulares, de los que perdura
alguna huella”. Conserva el cargo de presidente honorario. “Yo tengo la imagen
de que quien recibe esa distinción debe ser un patriarca del club y no creo que
Broda lo sea”.
Así ha dicho el ex presidente Masci,
bajo cuyo mandato Atlanta ascendió a Primera División.
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