sábado, 31 de octubre de 2015

Atlanta: del esplendor a la caída

Osvaldo Riganti—
Los tiempos de Broda
Atlanta fue fundado el 12 de octubre de 1904. La fecha se eligió por el Día de la Raza.
La historia comenzó a escribirse con una reunión celebrada por jóvenes de aquella época en casa del comerciante Tomás Elías Sanz, en la calle Alsina 1119.
Fue bautizado como Atlanta Athletic Club. Prima la opinión que el nombre fue elegido por el terremoto acaecido en Estados Unidos poco antes. Pero otra versión da cuenta que era por un barco de guerra norteamericano que vino al país cuando Manuel Quintana asumió como presidente.
Los toldos de los negocios comerciales de la zona tenían un fuerte componente amarillo y azul a rayas y eso determinó sus colores.

Tomás Elías Sanz presidió su primera Comisión Directiva y tuvo su primera cancha en Juan Bautista Alberdi y Escalada, en el barrio porteño de Villa Luro. La falta de recursos lo llevó a cambiar de lugar varias veces, lo que derivó en el apodo de “Bohemios”.
En 1922 inauguró su estadio en Humboldt 470 con un partido ante River, que terminó empatado 1 a 1. A su vez perdió 3 a 1 con River el 31 de mayo de 1931 al jugar su primer partido en el profesionalismo.
En 1934, por problemas económicos y administrativos, Atlanta-Argentinos Juniors se fusionaron, pero eso duró poco.
El 25 de mayo de 1942 inauguró la sede y en su apogeo llegó a tener más de 17 mil socios que practicaban variadas disciplinas.
En 1944, la Comisión era presidida por Alberto Chisotti y León Kolbowski, un joven con mucho empuje, era el vicepresidente, que desde ese cargo impulsó la ampliación de la cancha.
En 1947 incorporó a Pedernera y otros grandes jugadores, cuando el DT era el ex árbitro Bartolomé Macías.
Por Pedernera –en conflicto con el jerarca riverplatense Antonio Liberti– pagó 140 mil pesos y gastó más de medio millón en otras grandes figuras, que le permitieron recaudar mucho, a pesar de lo cual descendió.
A raíz de una huelga de futbolistas en 1949 la AFA reestructuró el fútbol y Atlanta volvió a primera.
En 1952 volvió a descender. Ascendió nuevamente en1956 bajo la conducción técnica de Victorio Spinetto. Siempre con Spinetto y Adolfo Mogilevsky de preparador físico, cumplió una destacada actuación en el círculo superior en 1958. Le ganó al tricampeón River por 3 a 0 en el Monumental y 1 a 0 en Villa Crespo.
Aparecían  jugadores como los cordobeses Nº 5 Carlos Timoteo Griguol y su primo, el Nº 7, Mario Griguol.
En 1958 ganó la Copa Suecia.
El 5 de junio de 1960 inauguró el nuevo estadio con un partido ante Argentinos Juniors, estadio que llamó León Kolbowski, el presidente que le dio mayor impulso.
En 1961 cumplió muy buena campaña dirigido por Osvaldo Zubeldía y figuras  como Errea, Alberto González y Artime, que junto a Mario Griguol pasaron a River por 16 millones más la cesión de jugadores de 3ª que alcanzaron notoriedad como Luna, Puntorero y Jorge Fernández. En 1963 se destacan el arquero Gatti y el defensor Bonczuk que pasaron también al club de Núñez. En 1967 apareció el goleador Roberto Salomone.
Tras años de muy buenas campañas empezó a declinar y pelear para mantener la categoría. Igualmente el progreso no se detenía. El 15 de noviembre de ese año en amistoso con Independiente inauguró la iluminación eléctrica.
Se destacaría otro arquero, Daniel Carnevali, luego transferido a River Plate, donde se lo desestimó porque no pasó la revisación médica.
Entonces se lo vendió a Chacarita, que le dio en pago a Juan Antonio Gómez Voglino, que sería el máximo goleador de Atlanta con 68 goles. Carnevali lució en el fútbol español y atajó para Argentina en el Mundial 1974.
Por esos años, de Pedal de Mendoza vino Rubén Cano, que se destacó y pasó también a España, jugando para ese país el Mundial 1978.
Surgían  importantes jugadores como Candau y Jorge Ribolzi que fue luego mediocampista del Boca Campeón de América 1977/78 y Campeón del Mundo 1978.
En 1973 dirigía el plantel Rodolfo “Pocho” Betinotti (puntal del ascenso en 1956) pero en la fecha 11 renunció en medio de malos resultados. Asumió Néstor Rossi con quien tuvo un vigoroso repunte. En su debut le ganó en Villa Crespo 1 a 0 a Boca, un Boca que venía haciendo “tabla rasa”. Pasó de la última ubicación en el Metropolitano a dirimir el Nacional con Rosario, River y San Lorenzo, que se lo adjudicó.
En 1979 desfilaron, en medio de malos resultados, Betinotti, Spinetto y Artime como técnicos. Ganó un solo partido y se fue al descenso. Pero Artime siguió al frente del equipo. Lo sucedió Manera y las cosas no mejoraron. Volvió Artime y todo siguió igual.
En 1982 arañó el ascenso. Lo logró al año siguiente con Juan Carlos Lorenzo. Lo presidía Hugo Masci. Se destacaban Bianchini y Graciani.
Obtuvo un predio en Villa Madero, donde hoy practican las inferiores.
Volvió a descender en 1984. Racing lo postergó en la lucha por el ascenso al año siguiente. Las cosas empeoraron. Descendió de Nacional B a 1ª B en 1986.
Por un error administrativo quedó libre Marcelo Carracedo.
En 1989/90 la empresa Excellens tomó fútbol. Con el ex arquero de River y hoy entrenador de arqueros de ese club, Alberto Montes, y el Nº 10 Fabián Castro –uno de los mejores jugadores de la historia en las jornadas sabatinas– ascendió al Nacional B.
En 1990/91 volvió a descender durante un accidentado partido que precipitó todo. Perdía 1a 0 con Cipolletti y el juez expulsó a Arce, Fernando García, Corsi y Zappia. Por los parlantes se instó a atacarlo.
Le dieron el partido perdido, le descontaron 8 puntos, inhabilitaron al presidente Juan Chiarelli por un año y al vice Bernardo Kravestcky por cuatro.
Descendió y para peor el 25/9/1991 la Justicia decretó la quiebra por incumplimiento de pagos dispuestos en la convocatoria de acreedores. Así perdió la sede.
Se formó una Comisión de Apoyo, presidida por Ezequiel Kristal. El hombre más gravitante era Broda. Manuel García había sido diputado nacional peronista entre 1946 y 1952. Fue también vicepresidente de Atlanta. Era tío de Miguel Ángel Broda. Un mes antes de morir le dijo al sobrino que iba a ser exitoso y ayudara a Atlanta si lo necesitaba.
 El club Villa Crespo le ofreció a Atlanta una sede a 2 cuadras del estadio. Broda dijo que no era un negocio interesante para Atlanta. Tomaba las decisiones en su estudio de Ricardo Rojas 401, en Retiro.
Atlanta cedió los derechos económicos de Martín Herrera (ex Boca) el 12 de noviembre de 1996 al ignoto Jorge Pérez. Presidía el club Julio Jalboski. Fue una operación muy cuestionada.
“Fútbol limpio, negocios turbios” de Gustavo Veiga, da cuenta que el tal Pérez era el cuidador de caballos de Broda.
Vinieron años muy complicados. El ex presidente Carlos Bulaievsky y el ex secretario Carlos Rada según “Página 12” del 17.9.2006 fueron procesados por administración fraudulenta a raíz del problema que se desató por la venta de la segunda mitad del pase de Luis Bonnet a Gimnasia y Tiro de Salta.
En 2001 compró al arquero Negroluqui y al delantero Bazán Vera, pero la campaña fue pobre. En 2002, en una situación muy comprometida con Salvador Pasini, tuvo una gran levantada. El 4 de diciembre de 2003 recuperó su sede social de la calle Humboldt.  El club debió ponerlo en condiciones para que aparte de los socios lo utilicen los vecinos de Villa Crespo y los colegios de la zona.
Con el presidente Alejandro Korz arrancó el cambio. Se recuperó la ex sede social. Se reinauguró el Estadio. La construcción de dos tribunas del estadio estuvo a cargo de Constructora Deportiva S.A., una empresa dirigida por Gustavo Aversa, un ex florista casado con Liliana Grondona, hija del presidente de AFA.
En 2004 cumplió 100 años de vida. Jugó un partido con River. En medio de ascensos y descensos y el 29 de marzo de 2009 inauguró su remodelado estadio con Deportivo Español.
En 2012 renunció el D.T., Ghiso ante amenazas a su familia.
“Fútbol y negocios turbios” de Gustavo Veiga da cuenta que un día en la cancha el economista Broda dijo: “Estamos sentados sobre una mina de oro, algo que puede valer 10,15 millones con facilidad”.  
“Broda era a su club lo que el Fondo Monetario Internacional a los países del mundo desarrollado. Prestaba dinero que luego cobraba en condiciones ventajosas, sin resignar ni un centavo” cuenta el libro.
El libro de Veiga pone en el tapete que la gestión de Broda fue “pródiga en hábitos irregulares, de los que perdura alguna huella”. Conserva el cargo de presidente honorario. “Yo tengo la imagen de que quien recibe esa distinción debe ser un patriarca del club y no creo que Broda lo sea”.

Así ha dicho el ex presidente Masci, bajo cuyo mandato Atlanta ascendió a Primera División.

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