miércoles, 30 de abril de 2014

Crónica de una muerte anunciada

Sebastián Jablonka—

Javier Cantero
Poco más de dos años pasaron desde la asunción como Presidente de Independiente de Javier Cantero, quien encontró un club pobre en casi todos los aspectos: económico, institucional y deportivo. La herencia dejada por Julio Comparada era una bomba de tiempo con la mecha muy corta.
La venta de Sergio Agüero por un dineral había servido para iniciar la construcción del nuevo estadio, pero este no solo no se terminó sino que, en medio de denuncias de sobreprecios y corrupción, le ha generado al club deudas altísimas, imposibles de pagar.

En el plano institucional, el club se encontraba con diversos problemas: la creciente intromisión de la barra comandada por “Bebote” Álvarez y el interés político de otros sectores, especialmente el que conduce Hugo Moyano.
Deportivamente la situación no era mejor: el Torneo Final 2012 terminado en junio de ese año dejaba a Independiente en una ubicación inédita, ya que debido a la pérdida de una temporada de 68, la tabla de promedios lo situaba en una posición de descenso directo tras dos pobres en sumatoria de puntos. A eso le debemos sumar, si de nombres se trata, las debilidades del plantel.

Deudas impagables, conflictos institucionales que impiden manejar un club con comodidad y la posibilidad del descenso, fue la situación compleja con que se encontró Cantero al asumir la presidencia... y él lo sabía.

Antecedentes

Varios ejemplos tenía el Rojo que no hacía muy auspicioso su futuro. Sin duda el caso de River es el más emblemático. Si bien el descenso del equipo millonario fue más abrupto y sorpresivo, varios síntomas se repetían: deudas, manejos dirigenciales como mínimo turbios, plantel de bajo nivel. Otros equipos como Huracán, Banfield, Rosario Central, Gimnasia de La Plata e incluso San Lorenzo (que se salvó por muy poco gracias a la caída del Taladro) se vieron en la misma situación. La actualidad de estos es diversa, pero tal vez lo que resulta especial en Independiente es la política.

Solo buenas intenciones

Javier Cantero asumió con buenas intenciones, siendo la pelea contra la barra brava como la más emblemática y a que recibió el apoyo de diferentes sectores, tanto de la prensa como de la gente. Pero las cosas no se solucionan sólo con buenas intenciones y lo que parecía ser una lucha terminó siendo un padecimiento. Cantero no supo y no pudo encontrar el respaldo real de otros sectores, ya sea de los gobiernos, de la justicia o de partidos políticos diferentes al suyo en Independiente. La polémica renuncia de Florencia Arietto, encargada de la seguridad del Rojo y mano derecha en esta batalla sólo empeoró la situación.

Cuando las cosas no están bien, los buitres no se hacen esperar. Las internas políticas fueron debilitando al presidente y lo convirtieron en carne de cañón para los que (todavía) intentan llegar al poder.

El plano económico

Las deudas no dejan de aparecer en el club de Avellaneda. Pero cuando parece que se ha tocado fondo, todavía hay lugar para seguir cayendo. Hace unos meses, un ex-jugador, Luciano Leguizamón, le embargó las copas por sueldos adeudados. Un nítido retrato sobre el presente en Independiente. El pasivo del Rojo no para de ascender y ya no hay figuras que permitan ventas salvadoras. Incluso el club se encuentra pagando sueldos de directores técnicos que se fueron hace ya varios años.

Los resultados mandan

Un ejemplo típico es el de Newell’s, que comenzó la temporada 2012-2013 en la misma situación que Independiente, pero a diferencia del Rojo, la Lepra cosechó a lo largo de ese año 35 puntos más y se salvó de todo, ganando incluso el Torneo Final 2013.

En cambio Independiente nunca pudo hacer pie en la batalla por escaparle al descenso y finalmente cayó al Nacional B a mediados del año pasado por primera vez en su historia.

El comienzo en dicha categoría no comenzó de la mejor manera, y tras la ida de Miguel Brindisi como Director Técnico, llegó Omar De Felippe, quien obtuvo buenos resultados que ubicaron al equipo en posiciones de ascenso durante buena parte del torneo.

Sin embargo el comienzo del 2014 no fue positivo. De los 13 partidos jugados este año, Independiente sólo ganó 2 y obtuvo 12 puntos de los 39 en juego. Esto permitió que sus rivales inmediatos se le acercaran y lo superaran, y si no fuera por el irregular desarrollo del torneo, las consecuencias de tan magra cosecha de puntos hubiesen sido peores.

Como siempre, el fútbol se define por los resultados y los ánimos en Independiente, como en cualquier otro club, dependen de ellos. Sin duda la situación sería distinta si el club se encontrara en posiciones de ascenso y con buena ventaja, pero actualmente el Rojo se ubica fuera de ese lugar, lo que provoca un clima totalmente negativo.

Un futuro sombrío

Los malos resultados, las deficiencias para tomar decisiones y la nula ayuda externa provocó la salida de Javier Cantero. Y las condiciones en las que queda Independiente son peores a las que existía cuando asumió: chances concretas de que el ascenso no se consume, dos barras en lugar de una, embargos económicos y deudas reclamadas.

Independiente
Todo indica que Moyano se hará cargo, personalmente o por intermedio de personeros, de las riendas del club y a través de un acuerdo político que es más un disfraz que otra cosa.

A esta altura es difícil predecir el rumbo que tomará esa institución con tanta historia en Avellaneda, en el fútbol y en la sociedad argentina. Sinceramente, esperamos que socios e hinchas, protagonistas de los mejores momentos del club, puedan recuperar ese rol para reinstalar a Independiente en el lugar social y deportivo que se merece.

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