jueves, 24 de mayo de 2012

Desde el Altiplano al Bajo de Flores…

                                                                                                                             Víctor Daniel Domast--

…ó  veinte años que no son verduritas

En nuestro país viven muchos habitantes de la comunidad boliviana, nos interesaba saber cómo vivían, de qué se ocupaban, cuáles son las comidas típicas de su país, entre otras cosas.

Porque pensamos que cuando más conozcamos de otra comunidad vamos a estar más cerca de la inclusión y mucho más lejos de la discriminación. Con estas ideas desde “unoytres” nos acercamos un domingo soleado, cerca del mediodía, al Bajo de Flores para conocer a Teresa. Llegamos a su verdulería,  por suerte para poder hacer nuestro trabajo no había clientes. Las frutas y las verduras estaban acomodadas, vistosas.

Teresa tiene unos cuarenta años, está casada con Leo y tienen tres hijos. El hijo mayor nació en Bolivia y cuando tenía un año y medio llegó con sus padres a la Argentina.  Las otras dos hijas ya nacieron acá, una va al colegio secundario y la más chica a la escuela primaria.

Teresa y Leo vinieron desde el departamento de Oruro hace unos veinte años. Oruro es una región que está en la meseta del Altiplano a unos  4000 metros sobre el nivel del mar y limita al norte con el departamento de La Paz.

En Oruro Teresa trabajaba en el mercado, trayendo frutas y verduras desde el campo para venderlas en la ciudad, pero “trabajaba muchas horas y nunca llegaba a reunir buen dinero“.  Entonces el matrimonio tomó la decisión de venir a la Argentina en busca de un mejor porvenir económico.

Sus primeros tiempos en Buenos Aires fueron difíciles, con trabajo, sacrificio y solidaridad de mucha gente que le brindó lo que ella necesitaba.  Teresa dejó en Oruro a sus padres y a sus seis hermanos, su familia es lo que más extraña de su lugar de nacimiento.

Teresa, con sus casi cuarenta años y su hablar bajito y pausado, me cuenta que se siente muy bien en nuestro país. Saca a relucir su sentimiento de madre y dice que está muy feliz “porque mis hijos están contentos, estudian todos y están muy bien aquí “. Está agradecida con la Argentina y considera que puede ser su segunda patria.

Teresa y Leo cumplen largas jornadas de trabajo, de lunes a sábados atienden la verdulería desde la mañana hasta la noche. También abren los domingos hasta el mediodía.

“unoytres” quiso conocer una típica receta boliviana y ella nos la explicó: es el rico “picante de pollo”.

—Se prepara una salsa con mucha cebolla rehogada —empieza a explicar y gesticula como si la estuviera revolviendo en la olla —, después se agregan los distintos ajíes en vaina, grandes y molidos en piedras que se dejan cocinar un poco; entonces se añaden los condimentos: orégano, pimentón y laurel para que quede bien sabrosa; y por último se le echa el pollo crudo cortado en dados, para que se cocine en esa salsa picante. Este plato generalmente se sirve acompañado con arroz blanco ó con papa deshidratada (que es muy común en Bolivia) rebosada con maní. ¿Te quedó claro?

Hubo algo que se le olvidó a Teresa y que completamos desde “unoytres”:  a los comensales les recomendamos tener un buen vino blanco en la heladera para saborear junto al picante de pollo. ¡Salud amigo lector!

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