miércoles, 21 de octubre de 2015

Felipe Vallese y la memoria histórica

Habla un hijo de Felipe Vallese
Felipe Vallese, es uno de los primeros desaparecidos que registra la historia argentina después que en 1955 fue derrocado el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. Vallese fue secuestrado por un grupo policial el 23 de agosto de 1962 mientras circulaba frente al 1776 de la calle Canalejas (hoy  Felipe Vallese) en el barrio de Flores de la Ciudad de Buenos Aires, mientras en el país había un gobierno de facto con fachada legal ejercido por José María Guido.
Nacido el 14 de abril de 1940, a los 22 años era afiliado a la Unión Obrera Metalúrgica y delegado de sus compañeros de la fábrica TEA. A su vez militaba en los primeros grupos de la Juventud Peronista que participaban de la resistencia contra la dictadura surgida del golpe autoproclamado Revolución Libertadora.
Cuando aquella noche volvía a su casa y Vallese se vio acorralado por la patota, se abrazó al árbol que tenía delante y del que fue arrancado y desaparecido. Un árbol que se mantuvo como emblema de resistencia hasta hace no mucho el gobierno de la ciudad lo sacó sin plantar en ese lugar un sustituto.
Lo que a Vallese le sucedió después, las torturas que sufrió, sus asesinato y el destino de sus restos, ya forman parte indisoluble de la historia, cuya memoria se va recuperando, al mismo tiempo que la verdad y la justicia se abren paso como una condición esencial para que aquella tragedia argentina no se repita.
El acto barrial del jueves 15 representó otro homenaje al 17 de octubre, organizado por la Cámpora de la Comuna 7, el PJ, junto a otras organizaciones de Unidos y Organizados, a quienes acompañaron vecinos de la zona que plantaron en el mismo lugar un arbolito, lo rodearon con plantas de flores y descubrieron dos placas recordatorias.







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