lunes, 18 de diciembre de 2017

A medio siglo de la primera consagración mundial de un equipo argentino: Racing Club

Osvaldo Riganti—
Aquel  inolvidable gol de Cárdenas
En setiembre de 1965 Juan José Pizzutti se hizo cargo de la conducción técnica de Racing Club, el club en que había sido artífice de los campeonatos de 1958 y 1961.
Atrás había quedado el ambicioso proyecto del presidente de Racing, Santiago Saccol, de armar un  cuadro a la usanza del “fútbol espectáculo” del cual eran cultores Alberto J. Armando y Antonio Liberti, presidentes de Boca y River, los dos clubes más importantes. Con suerte dispar pasaron adquisiciones como Dorval, Menotti, Pastoriza y otros. Ahora el club estaba en una posición  económica difícil y sumergido en el último lugar de la tabla. Pero el día del debut de Pizzuti le ganó al puntero,  River, permitiéndole a Boca alcanzarlo en la cima de la tabla.
Allí nació un grito de guerra. “Y ya lo ve… y ya lo ve, ¡es el equipo de José!” Ese día dejó de llamarse Juan José y —para la Guardia Imperial (como se bautizó a la hinchada de Racing) — empezó a ser sólo “José”.
Se iniciaba una racha espectacular, que fue quebrada paradójicamente por River al año siguiente, cuando lo venció en el Monumental por 2-0 y terminó con la racha invicta de 39 fechas. Pero cuando todos esperaban que River (que ese día pasó a compartir la punta con Racing) despegara hacia el título (cuando empezaba a apremiar la racha sin campeonatos) emprendiera una marcha avasallante  hacia el título, se cayó, y Racing sacó fuerzas de flaquezas, adjudicándose  holgadamente el campeonato. Entonces el país vibró. “Los hinchas de Racing florecieron  como hongos después de la lluvia” dijo un diario.
En el Metropolitano 1966 fue subcampeón. Mientras en el desempate ante Nacional de Montevideo jugado en el estadio Nacional de Chile se clasificó campeón de América al ganar por 2-1.
Era ahora el momento de intentar conquistar la Copa Intercontinental, que  Independiente  —primer campeón argentino de América (bicampeón, además) —había visto escurrírsele en 1964 y 1965.
El primer partido con el Celtic Football Club, de Escocia, se jugó en el Hampden Park de Glasgow, que los escoceses ganaron 1a 0.
Pintaba feo cuando en la revancha (una jornada en que la presencia del dictador Onganía en el  Cilindro desató una estruendosa rechifla), el Celtic se colocó en ventaja, pero los goles de Raffo y Cárdenas le dieron el triunfo a Racing, que así tuvo acceso al desempate jugado en el Centenario de Montevideo.
En un partido pródigo en asperezas y ante un público uruguayo hostil a la “Academia” que, a la tradicional rivalidad rioplatense hay que agregar que el cuadro argentino le había “soplado” la Libertadores a los nacionalófilos. A poco de iniciado el segundo tiempo Racing obtuvo el único gol del partido, con un memorable zurdazo conectado desde lejos por Cárdenas, su Nº 9, que aún perdura hoy en las evocaciones de los hinchas académicos. Cejas, Martín, Perfumo, Basile y Chabay, Cardoso, Rulli y Maschio (el hombre que tras su exitoso paso por el fútbol italiano durante una década había retornado el año anterior y llevaba de la mano al conjunto que protagonizó el histórico resultado), Raffo, Cárdenas y J.J. Rodríguez, integraron la memorable formación. En el segundo tiempo fueron expulsados Basile y el escocés Johnstone. La imagen de Basile saliendo y golpeándose el pecho en actitud desafiante ante un público uruguayo que no paraba de silbarlo, suscita también una evocación permanente.
Una multitud se volcó a Ezeiza a recibir al primer campeón mundial argentino. Juan José Pizzutti y sus dirigidos vivían su mayor momento de gloria. Ese sucedió el 4 de noviembre de 1967.
En su reintegro a la disputa del campeonato Nacional, el campeón del Mundo fue vapuleado por River en su escenario: le ganó 4-2. El “millonario” estuvo en los hitos de aquel equipo de José. Cuando en 1964 se produjo su inicio triunfal ganando en Avellaneda la “Academia” por 3-1; cuando el cuadro de la banda roja le sacó su invicto en el Monumental ganándole 2-0 y cuando le infligió esa categórica derrota a los recién consagrados campeones mundiales.
Pero esto último no afectaba mayormente a la hinchada racinguista. Sin embargo, al año siguiente, tras ganar la Interamericana, para la Academia comenzaría gradualmente un largo período de penurias.

1 comentario:

  1. Don Osvaldo, vengo siguiendo sus notas de fútbol e historia Argentina, que me acompañaron en este blog estos últimos años. Le agradezco sus notas y tambien lo voy a extrañar. De despedida le quiero recomendar el libro LOS DESAPARECIDOS DE RACING, del sociólogo Julián Scher que describe pasión futbolistica y terrorismo de estado. Un abrazo. Pedro c. Fernandez

    ResponderEliminar

Gracias por participar, compartir y opinar