Osvaldo Riganti—
Fernando Marín-Encargado de privatizar Fútbol para Todos |
Los clubes vienen formulando reiteradas expresiones de malestar
ante la permanencia de los “Normalizadores” que comanda Pérez en la AFA. Sin
rodeos ha dicho el vicepresidente de la B Nacional, Daniel Ferreiro, titular de
Nueva Chicago. Para salir del pantano el régimen que agobia a la Argentina,
apunta a sentar en la poltrona principal de la calle Viamonte, como presidente
legal, a Daniel Vila, el controvertido zar de América TV. Confían en que con él
Macri podría dar más impulso a sus obsesivos planes para privatizar los clubes.
A todo esto desde distintos puntos del globo terráqueo llegan evidencias de la
panacea privatista. “Tiempo Argentino” Nº 2079 da cuenta que Atlético Madrid —club
que se rige por sus imposiciones— figura al tope de los deudores al fisco entre
los clubes de la liga española, por un monto de 107 millones de euros.
Paradójicamente Barcelona, Real Madrid, Athletic Bilbao, que son asociaciones
civiles, están sin deuda.
La nota de Ezequiel Fernández Moore en
“La Nación” del 2 de noviembre informa que en Italia “los clubes-empresa
perdieron 525 millones de euros en 2014/15”. No escapa a tales padecimientos el
sistema chileno que, según ese artículo, ha sufrido en 2015 un déficit de 24
millones de dólares, un 407% más que en 2009.
Acá algunos creen ver en Boca una
sociedad anónima encubierta. El libro “El Tano” (apodo del mandamás xeneize) da
cuenta que “Angelici jugó a la timba financiera. Maneja a Boca –protestó la
oposición– como si fuera una sociedad anónima”. Pese a su publicitado
“saneamiento” el club de la Ribera debe 34 millones de dólares, conforme se
informó en la última asamblea.
En River, su presidente, D´Onofrio, con
firme respaldo de la Asamblea de Representantes se ha pronunciado enérgicamente
contra las S.A. en el fútbol argentino. Sin embargo, la cuestión tiene sus
bemoles ya que su frente interno amenaza resquebrajarse por la embestida de los
macristas que se alojan en sus pagos. “La banda roja PRO” titulaba “Página 12”
hace 2 años, citando la proliferación de personajes insertos en la estructura
dirigencial del club de Núñez y se explayaba sobre el amplio abanico que iba
desde Adrián Varela “vocal titular y hombre cercano a Diego Santilli”, pasando
por Agustín Forchieri (asambleísta, legislador del PRO y primo hermano de
Diego) hasta el controvertido Alberto Orlandoni, asambleísta, abogado y
controlador de faltas del PRO. En los comicios que desembocaron con el aterrizaje
de la Revolución de la Alegría en la Argentina y por lógica también en AFA,
Orlandoni se paseó por el estadio ampulosamente con una bandera de Macri, en
medio de la irritación de no pocos consocios que lo resisten por viejas
expresiones de desdén hacia el club y porque nunca se había visto en la entidad
un proselitismo tan abierto en más de un siglo de existencia. La clausura de la
pileta hace varias semanas es vista en los corrillos como un pase de factura a
D´Onofrio por haberse plantado frente a la embestida de Balcarce 50.
El presidente de River se floreó ante un
Congreso futbolero al que acudió la flor y nata del establishment futbolero el
5 de octubre: “Somos uno de los clubes más importantes de América y del mundo
también. Con una gran infraestructura social y deportiva, como la que tienen
Banfield, Vélez, Independiente y Lanús ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a privatizar
el fútbol para que todo desaparezca?” se despachó. Poco después de tales
palabras vino la andanada contra la “gran infraestructura social y deportiva”
que enorgullecen a D´Onofrio y los socios de su club. “Tiempo Argentino” dio
cuenta el 30 de octubre de la queja de un dirigente riverplatense que consideró
pueril el argumento de que debieron clausurar el natatorio porque se estaban
realizando obras. “Si fuera por eso tendrían que clausurar todos los estadios
de la Capital y también las piletas”. La nota de Federico Amico conjetura que
“D´Onofrio prefiere evitar las miradas conspirativas en público, pero a su
alrededor creen que nada es casual”.
La anteriormente citada nota de “La
Nación” pone de manifiesto que los clubes argentinos están dispuestos a
resistir como ya hicieron en los ‘90 bajo la batuta del entonces secretario de
River, José María Aguilar. Explica que “resistieron en los ‘90 al presidente
Carlos Menem, cuando un joven Macri propuso los Clubes S.A. que funcionan en
casi todas las Ligas top pero tienen rechazo histórico en la Argentina”,
ejemplificando con la “votación 39-1 que fulminó en 1999 el primer proyecto
privatizador”.
“Mauricio Macri es mi jefe” ha dicho sin
pudor Armando Pérez, como cuenta la aludida nota de “Tiempo”. Y las distintas
instituciones no quieren “tu tía”. “Todos, salvo Boca, el bunker del PRO,
hicieron causa común contra el enemigo: la Casa Rosada, decidida a seguir
metiendo sus pies en la AFA, como si se tratara una dependencia más dentro de
la órbita del P.E.”, apunta la publicación.
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