Osvaldo Riganti—
Situado en Avenida San Martín 5125 de la
Ciudad de Buenos Aires, el Club Comunicaciones fue fundado el 15 de marzo de
1931 como Club Atlético de Correos y Telégrafos por iniciativa del teniente
coronel Manuel Thorne con el objetivo de “fomentar el deporte dentro del
personal de la repartición”, según consigna el acta de fundación. Los empleados
del correo querían un espacio para poder reunirse, realizar actividades sociales
y practicar deportes. A raíz de ello la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires,
les concedió un terreno en el Barrio Agronomía, que el 29 de octubre de 1953
pasó a llamarse Club Comunicaciones. En esa fecha también obtuvo el actual predio
de Agronomía por una concesión del gobierno del General Perón.
En 1960 se afilió a la AFA y ha sido
desde entonces animador de las jornadas sabatinas en distintas categorías de su
oscilante trayectoria. El equipo vistió colores amarillo y negro en alusión a
la vestimenta usada por los carteros.
Como el ministro Cavallo le quitó al
club los aportes que realizaban los empleados de Correo de sus salarios, la
institución quedó sumida en una grave crisis, agudizada por la abrupta caída de
socios en consonancia con un problema similar que padecían otros clubes, debido
a la situación socio económica que se vivía y que llevó a muchos hogares a borrarse
de los mismos.
Una deuda de alrededor de 15 millones de
pesos lo puso frente a una situación inmanejable en 2000. El 28 de noviembre de
ese año un operativo policial de la comisaría 47 a cargo del subcomisario
Insaurralde (el mismo que organizaba la seguridad en el estadio) efectivizó una disposición del juez Juan Manuel
Gutiérrez Cabello, desalojó a los que se hallaban en el predio y puso las fajas
de “clausura” en las puertas.
La Comisión Directiva fue desplazada por
las autoridades judiciales que instalaron un triunvirato integrado por el
Estudio Matossi y Tasco, para las tareas contales, por el arquitecto Ángel
Consentini, en Deportes y por el abogado Luis Porcelli.
Así se restableció provisionalmente la
actividad gerenciando su fútbol, pero con un presupuesto modesto. De todos
modos con esfuerzo se realizaron obras en el estadio, refaccionando vestuarios
y tribunas. La mano de obra fue aportada por socios y simpatizantes. Además, un
circo usó las instalaciones y dejó algún dinero.
En 2010 se estimó en 30 millones de
dólares el valor inmobiliario de sus 17 hectáreas.
Hubo proyectos de la Asociación Mutual
de Camioneros y del empresario periodístico Hadad, que provocaron fricciones
con los socios.
La revista “La Unión de Amigos de la
Avenida Nazca” de marzo de 2015 dice: “En el año 2012 el club que supo tener 30
mil socios y se vanaglorió en varios aspectos entre los clubes de la ciudad vio
como la decisión de un juez dispuso su venta a la Mutual del Sindicato de
Camioneros”.
La movilización de los socios hizo
naufragar tal disposición, haciendo prevalecer una disposición de la
Legislatura que impedía enajenar el club.
El Gobierno de la Ciudad terminó
entregando el dinero necesario, debiendo el club como contraprestación ceder un
espacio de 130 metros de largo por 30 de ancho a los efectos de instalar un
paso a nivel sobre la Av. Beiró.
El citado número de “La Unión” termina mostrando
un presente más halagador: “Hoy el club está mejor. No han sido años fáciles y
los embates judiciales dejaron sus secuelas. Sin embargo y gracias a su gente
Comunicaciones mantiene estoicas sus más de 20 actividades deportivas, realizó
y planifica obras de reconstrucción y mejoras en las instalaciones”.
El club se ha levantado gracias al
trabajo de su gente y del 27 al 28 de noviembre presentará un nuevo escenario
con partidos amistosos contra equipos de todo Buenos Aires. Se habilitará un micro
estadio para partidos de futsal masculino y femenino, fundamentalmente, aunque
también habrá otras actividades. Será una obra de 40 x 20 metros conforme a las
exigencias de la FIFA para partidos internacionales.
Daniel Díaz, presidente de la
Subcomisión de Futsal de Comunicaciones, declaró a la revista que “Sin dudas
marcará un antes y un después”.
“Obras como estas generan más socios y esto representa más
crecimiento, que haya más socios levanta al club” explicó Laura Díaz, que
coordina fútbol femenino.
“Un gigante dormido que se despertó y
crece para quedarse”, concluye esa publicación.
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