viernes, 30 de septiembre de 2016

La Marcha Federal y la revolución de la alegría que se escabulle por el foro

Disculpe el señor
(Juan Manuel Serrat-fragmentos)
………………
Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.
………………
Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballeros
……………...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.
Mauricio Epsztejn—

Reflexiones sobre la nueva, ¿nueva?, CGT

La  pregunta que encabeza este párrafo no es retórica, sino cargada de dudas sobre la posibilidad de las expectativas que la reunificación creó en el campo nacional, popular y democrático Camino al décimo mes de Cambiemos en el gobierno, la cúpula de la CGT reunificada se otorga tiempos vaticanos para seguir dilatando la puesta en marcha de un plan de lucha contra las medidas antipopulares que ya tomó el gobierno, mientras sólo lo exhorta a “reflexionar”. En los hechos tal postura le sigue permitiendo seguir aplicando lo fundamental de sus políticas de ajuste y precarización. Si hasta ahora hubo alguna fuerza que se plantó con firmeza ante el gobierno de los más ricos y los Ceos de multinacionales y frenó algunas de sus medidas antiobreras y antipopulares o las hizo retroceder, cabe exculpar por tal herejía a la cúpula cegetista, que sólo da señales de vida bajo la presión todavía no suficientemente organizada que recibe de sus bases, y emite algún documento crítico, sin acompañarlo con medidas de resistencia y movilización. Es la estrategia que viene desarrollando desde el acto del 29 de abril y que los resultados del reciente Confederal confirman: palabras fuertes, algún ladrido contra los tobillos del poder como para salvar la ropa y casi nada más.

Sin embargo, dado que la movilización desde abajo se incrementa a pesar de las maniobras dilatorias o simplemente cómplices de lo que en otra época se llamó burocracia sindical, algunos creen que con sólo subirse a la ola la podrán domesticar. En épocas anteriores hubo intentos semejantes que la masa trabajadora terminó haciendo volar, como sucedió durante el Cordobazo. Por aquellos años, a los que ahora son dirigentes dialoguista se llamaba participacionistas y actuaban igual: tratar de enfriar a las bases para ganar tiempo y permitirle a los sectores concentrados de la economía ajustar los mecanismos para consolidarse en el poder, destruir los sectores productivos que pudieran resultar un obstáculo a sus planes y amarrar al país a los dictados y planes importados desde el FMI.
Sin embargo, tal como sucedió entonces, en esta época los perjudicados por la política de Cambiemos tampoco espera ni necesitaron la bendición o aquiescencia de dirigencias miopes o simplemente cómplices para empezar a resistir. Son los que, como señala con ingenio Serrat en los fragmentos del epígrafe, están en movimiento, irrumpen sin pedir permiso y exigen lo que les corresponde. A su vez, en el caso argentino, a los contingentes tradicionales se les suman los paridos por la crisis de 2001, un conjunto de organizaciones sociales y movimientos que fueron conformando un sector económico de trabajadores cada vez más compacto, compuesto por empresas recuperadas, cooperativas de trabajo, recicladores urbanos, agricultores familiares, etc. que ya constituyen una masa de varios millones, a quienes hasta ahora sólo prestaban atención las dos CTA, ciertos movimientos sociales y sectores de la Iglesia comprometidos con la Opción por los Pobres, pero no las CGT en sus diversas variantes, insolidariamente más preocupadas por el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que por el destino de sus compañeros de clase y de los más humildes en general. Entonces, por mérito propio, por presencia y acción, estos trabajadores ignorados por esas cúpulas fueron ocupando un espacio en la geografía social y económica nacional que ya nadie puede ignorar, incluida la nueva conducción de la CGT, que recientemente le cedió un salón para realizar una jornada de reflexión alrededor de las “Tres T” (Tierra, Techo y Trabajo) en la que participaron de modo conjunto los diversos movimientos que integran ese heterogéneo mundo, con el fin de debatir los temas que llevarán al próximo Encuentro Mundial de Movimientos Populares (EMMP). De esa reunión también participaron Juan Carlos Schmid y Héctor Daer, dos los triunviros, que tuvieron expresiones autocríticas sobre las conductas de sus predecesores cegetistas, según consigna Página/12 (25-09-2016): “Nuestra tarea es tender un puente con ellos”—dijo Schmid y Daer señaló que “Hemos dado un paso fundamental en entender que la CGT representa a todos los trabajadores”. Más vale tarde…siempre que las acciones posteriores muestren algo más que palabras de circunstancias.

Después de la concentración del 29 de abril

A esta altura del partido y a cinco meses de la inmensa concentración de trabajadores del 29 de abril en apoyo a la ley antidespidos, aprobada por el Parlamento y vetada por el Gobierno sin que en el interín la dirigencia cegetista impulsara la resistencia a la creciente ola de despidos, escudados en que era necesario priorizar la unificación de la CGT para tener más fuerza. Al fin la CGT unificó su cúpula, pero, ¿para qué?, si más allá del meteorismo verbal de un puñado de dirigentes que con ello quieren salvar la ropa, no tomó ni una sola iniciativa para frenar el creciente deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores y del pueblo en general: le hizo una verónica a la lucha nacional contra los tarifazos; se mantuvo al margen de la organización de la Marcha Federal convocada por ambas CTA y un conjunto de más de 120 organizaciones de trabajadores y otros sectores populares, incluidas varias regionales y sindicatos de la propia CGT, que actuaron por encima de sus distraídas y/o paralizadas conducciones nacionales.
Al fin el Congreso de la CGT se reunió y no tomó ninguna medida de lucha, pero repartió cargos para casi todos los gustos. Sólo se negaron a entrar en el nuevo Consejo Directivo los integrantes de la Corriente Federal, encabezada por el bancario Sergio Palazzo. De todos modos, el grado de conciencia consolidado por los trabajadores argentinos, que tienen convicciones y memoria, seguramente será capaz de recomponer fuerzas a pesar del rol que han jugado y aun juegan ciertos dirigentes que contribuyeron a confundir las ideas del campo popular y a la derrota frente a la ofensiva neoliberal.

La hibernación del paro, el futuro y los liderazgos

Al filo del cierre de esta nota se realizó la reunión convocada por el gobierno macrista entre un grupo de ministros y funcionarios por un lado, y los triunviros a quienes acompañaron otros dirigentes cegetistas por el otro, a la que cada uno concurrió, como es lógico, movido por sus propios objetivos:
- el gobierno, en busca de patear la pelota para adelante con promesas de “diálogo” y de formar comisiones de estudio o hacer alguna concesión menor, que no inquiete a los ricos, que no modifique su plan central ni rectifique los daños ya ocasionados por sus políticas.
- los triunviros cegetistas, al frente de la principal central y poco propensos al paro, fueron en busca de que el gobierno les conceda por lo menos algo que les permita levantarlo sin demasiado costo, para lo que realizaron un pedido minimalista, resumido en dos puntos: 1) bono de fin de año para trabajadores activos, jubilados, pensionados y beneficiarios de “planes sociales”, y 2) exención del pago de ganancias a la segunda cuota del aguinaldo. Sólo eso. De la reabrir las paritarias, de los despidos, de la apertura indiscriminada de importaciones que destruirá la industria, el trabajo nacional y el mercado interno, del tarifazo, nada, ni siquiera una mención.
Todo indica, con los ecos de la Marcha Federal aún presentes, que la reciente unificación cegetista será incapaz de cerrar el debate que cruza desde abajo a todo el movimiento obrero, sobre el rol que le corresponde jugar y sobre su propio futuro, donde, entre otras cosas, se empieza a clarificar lo que son sólo palabras en lugar de hechos concretos, entre los intentos de abrir una válvula de escape para aflojar la creciente presión y movilización que viene desde abajo y un real plan de lucha para detener el creciente deterioro nacional, recuperar lo perdido y revertir la dirección por la que hasta ahora se encamina el país, apoyado sólo en poderes multinacionales y en la cadena de mentiras y desinformación pública.
Si en un primer momento el estupor que provocó la derrota del campo popular le facilitó el trabajo a la derecha entreguista, esa situación ya se empezó a revertir y va alcanzando un escalón superior, donde el movimiento obrero organizado en sus distintas variantes, va encontrando en el debate y en la acción común sus fuentes de regeneración y depuración de estructuras, va precisando sus objetivos y política de alianzas, ante lo cual las maniobras dilatorias y las manganetas sólo pueden aspirar a un destino fugaz. Y haber llegado a ese punto no es poco, porque además de diferenciar la situación argentina de otras en nuestro vecindario, incidirá decisivamente en la construcción de los liderazgos políticos necesarios.
En cuanto a estos, excluido el de Perón que fue único, los operativos “clamor” que algunos círculos pudieron imaginar o pergeñar, tienen incierto destino porque los mismos no se decretan ni se heredan, se van construyendo y definiendo sobre la marcha, donde a nadie se le reserva el lugar por más antecedentes que tenga o se imagine, sino que se alcanzan o no por mérito propio en la actividad política y social cotidiana, donde a diario deben ser revalidados.
Por todo lo dicho, este escriba es optimista y piensa que se avecinan tiempos movidos, pero interesantes, donde esos pobres a los que alude Serrat, hace rato que no le piden disculpas al señor, que se han tomado en serio eso de los derechos y que están dispuestos a ejercerlos en toda su extensión y magnitud.

Fotos del acto de cierre de la Marcha Federal (02-09-2016)



















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