viernes, 30 de enero de 2015

Un cordel

Cristhian Luis Mujica Alcántara*
Hoy de mañana venía llegando a mi casa, y en el camino me encontré lo que nadie se ha encontrado, una cuerda, ¡sí!, un cordel grueso como para amarrar las cargas de los camiones. Lo novedoso era que esta soga colgaba del cielo y tocaba apenas la calle; apenas la vi, la tomé y empecé a mirar, sólo vi cuerda y cielo, cielo y cuerda, nada la sujetaba allá arriba.
El sol recién comenzaba a asomar por los andes y algunas personas se dirigían a sus trabajos, así fue como poco a poco, muchos hombres y algunas damas se quedaron conmigo, ante el asombro general de mi descubrimiento.
Nadie creía lo que veía, tomaban la cuerda, tiraban de ella, miraban y miraban hacia arriba, —¿qué diablos? —, se decían muchos.
Pensaba que estaba soñando, como venía de mi trabajo de guardia nocturno, se me ocurría que ya estaba durmiendo en casa, pero evidentemente no era así. Eran muchas ya las personas, entre ellos algunos conocidos del barrio, yo estaba aferrado a la soga, pensaba en mi novia, en la fama y fantaseaba rodeado de conversaciones, de risas, de sonajera de teléfonos móviles y de preguntas, una de éstas últimas me despertó —joven ¿qué ha pasado aquí? —un carabinero, me miraba y me tocaba el hombro.

Le conté y ellos —"los pacos", los policías —, miraban y miraban, se sacaban sus gorras y no lograban convencerse; al final les dije —esto es mejor que un ovni —ya lo creo que contestaron "los verdes", los policías...........................................pasó la muda, el silencio nos envolvió a todos, perros incluidos, mis manos no soltaban la cuerda y mi boca rompió el silencio —¿por qué no  me ayudan a tirar de ella? Todos trataron de jalar hacia abajo, pero en realidad sólo los tres carabineros y yo tirábamos, hasta que empezamos a bajar la cuerda, y cedía y cedía, no dejaba de caer cuerda. Jalábamos y jalábamos, cientos de personas hacían fuerza contra el cielo, ¿quién caería primero?
Al fin algo pudo verse, volaba tan alto y era verde. Bromistas hay en todos lados, pero este se pasó, era un volantín, un cometa, un papalote con globos y en un papel adherido decía:" por más que tires y empeño le pongas, estás equivocado."·


*Soy chileno, de la comuna Quilpué, estudié filosofía en la universidad Playa Ancha y hago clases particulares de historia, matemáticas, ajedrez y filosofía.

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