lunes, 31 de marzo de 2014

Palpitando el Mundial

Sebastián Jablonka--

Desde 1930, año del primer Mundial de Fútbol, los contextos sociales, culturales y económicos han cambiado radicalmente una y otra vez. Crisis económicas, guerras mundiales, han atravesado por completo esta competencia, la cual se ha vuelto año tras año más comercial y política. Sin ir más lejos, Uruguay fue elegido sede de la primera edición mundialista al ser, en ese entonces, reciente campeón olímpico y potencia futbolística, algo imposible de imaginar actualmente (salvo que haga dupla con Argentina, un proyecto para el 2030, centenario
del primer Mundial). Después de los próximos Juegos Olímpicos a realizarse en Brasil (Río 2016), la mayor cita deportiva serán los mundiales de fútbol Rusia 2018 y Qatar 2022. Países como Corea, Japón y Sudáfrica alojaron este torneo. Intuimos que el aspecto futbolístico fue dejado de lado para la elección de las sedes…e intuimos que los factores políticos y económicos fueron importantes para esa decisión...Intuimos.
Uno de los hitos trascendentales que potenció esta competencia y la transformó en un negocio multimillonario fue, sin lugar a dudas, el surgimiento de la televisión. El primer Mundial televisado fue el de Suiza 1954 y hasta ahora ha habido aproximadamente 28 mil millones de televidentes. El 30 de junio de 2002, un 20% de la población mundial estaba viendo la final de Corea-Japón que terminó ganando Brasil. Si bien la cifra fue menor en la de Sudáfrica 2010, para Brasil 2014 se espera un récord de audiencia, potenciado por el uso de los dispositivos portables, como celulares y tabletas a través de Internet.

Otro aspecto que tomó fuerza en las últimas ediciones fue el legado que dejara para cada país anfitrión. Sabida es la noticia del abandono que sufrieron los estadios sudafricanos post mundial. El poco interés por este deporte, sumado a la ubicación de los estadios, muchas veces en zonas alejadas de las ciudades, provocó que estos hayan quedado fuera de uso. Esto no sólo genera pérdidas económicas, sino que también es tomado como motivo de rechazo a la construcción de los nuevos, tanto en Brasil como en Rusia y Qatar. Las marchas multitudinarias ocurridas el año pasado en el país vecino dan cuenta del inconveniente que genera la inversión de miles de millones de dólares en infraestructura, que posiblemente no sea utilizada en el futuro (y hasta resulte innecesaria debido a la gran cantidad de estadios existentes) y en algunos casos ni se finalice, incluso en uno de los países más futboleros del planeta. El argumento de organizadores y funcionarios es que esta cita deportiva le proveerá al país ingresos que superarán con creces los costos ocasionados.

De interés nacional

La Segunda Guerra Mundial, el abandono de muchos países durante el proceso eliminatorio y el accidente de aviación ocurrido en 1949, que causó la muerte de una parte importante de los integrantes del plantel italiano, fueron las causas más destacadas para que los Mundiales de 1942 y 1946 se suspendieran y postergaran. Por eso, el segundo mundial realizado en tierras americanas se desarrolló en 1950, siendo Brasil el anfitrión (ya había presentado su candidatura para el de 1942 junto a la Argentina y la Alemania Nazi).

Trece selecciones intervinieron de esa competencia en la que nuestro país no participó. Goleadas brasileñas y uruguayas desembocaron en el partido decisivo. El 16 de julio de 1950 quedará en la historia como uno de los acontecimientos deportivos más emotivos del fútbol. El mítico Estadio Maracaná de Rio de Janeiro se colmó con más de 173 mil brasileños en lo que podía ser el primer título para su selección, el cual conseguiría con un empate ante la selección celeste. Sin embargo, la historia sería otra: pese a ponerse arriba en el marcador, Uruguay logró revertir el resultado que mantendría hasta el final del partido, provocando el enmudecimiento –literalmente- del estadio, a excepción de los futbolistas uruguayos. Este hecho, conocido como Maracanazo, no solo se utiliza como expresión futbolera, sino que es considerado uno de los más importantes en la historia uruguaya y es enseñado como tal en las escuelas del país. A partir de este hecho, la camiseta de la selección local dejó de ser blanca, para pasar a utilizar el tradicional verde-amarelo. A 64 años de aquel acontecimiento, la incertidumbre ronda sobre la posibilidad de que nuevamente Brasil se quede sin Copa del Mundo siendo país anfitrión y habiendo conseguido sus 5 trofeos fuera de casa.

De interés nacional II

Por motivos diametralmente opuestos, el Mundial de 1978 forma parte de la historia argentina. Al igual que Italia con el de 1934 y Alemania con los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, la dictadura cívico-militar encabezada por Jorge Rafael Videla aprovechó la cita deportiva para sus propósitos políticos.

En medio de las desapariciones, torturas y persecuciones se desarrolló una nueva edición mundialista que finalizó con la obtención del primer Mundial para el país y un Mario Kempes como figura y goleador. Sin embargo, queda en el inconsciente colectivo la mancha de su utilización para tapar los hechos más funestos y terribles de la historia argentina.

De interés nacional III

Para compensar un poco esa mancha en la historia del fútbol argentino, llegó México 1986. No solo el título obtenido el 29 de junio ante Alemania Federal por 3 a 2 queda en el recuerdo. Una semana antes se dio uno de los acontecimientos más llorados por los argentinos: en los pies de Diego Armando Maradona se realizó, tal vez, uno de los goles más bellos en la historia del fútbol mundial (considerado así por la misma FIFA) dejando atrás tanto inglés, como reza el relato del periodista Víctor Hugo Morales, embelleciendo todavía más el gol. Si a eso le sumamos el gol con la mano, que Maradona les hizo minutos antes, el partido puede considerarse EL partido más recordado en la historia argentina.

A días de una nueva edición del Mundial, todos los focos estarán puestos en Brasil, a la espera de lo que será un nuevo evento que reúne emociones e intereses, y que, por estos lados, tiene puesta las esperanzas en Lionel Messi, el as de espadas y el más grande futbolista actual, que buscará traer la tercera Copa Mundial a nuestro país.

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