domingo, 30 de abril de 2017

Marcel Duchamp: Arte y ajedrez

Por el profesor José Pecora
Marcel Duchamp (1887-1968) fue un importante pintor y escultor francés que se destacó en el siglo XX como artista de vanguardia y tuvo una importante influencia como precursor del movimiento pop. Se apasionó de tal manera con el ajedrez, que hasta abandonó transitoriamente el arte para dedicarse completamente a su práctica. 
El arte pop (Pop Art), al igual que la música pop, fue un importante movimiento artístico iniciado en Londres a mitad del siglo XX, luego difundido por Estados Unidos y el resto del mundo. Se caracterizó por el empleo de imágenes de la cultura popular, tomadas de ámbitos muy diversos como medios de comunicación, comics, películas de cine, etc., contrapuestas a la elitista cultura existente en las Bellas Artes.
Duchamp exaltó el valor de lo coyuntural, lo fugaz y lo contemporáneo y fue uno de los principales sostenedores de la creación artística como resultado de un puro ejercicio de la voluntad, sin necesidad estricta de formación, preparación o talento.

Nació en el seno de una familia de artistas, en una época muy rica en corrientes expresivas. Su abuelo fue un pintor que llegó a exhibir obras en la Exposición Universal de París de 1878. Su hermano mayor, Raymond, sería uno de los pocos escultores cubistas. Otro hermano, Gastón, alcanzó cierta fama como pintor de carteles en París en la misma época que Toulouse-Lautrec. Su hermana Suzanne también fue pintora y se casó con Jean Crotti, otro reconocido pintor.
Marcel Duchamp
Nos encontramos ante un hombre que, además de ser un artista innovador, fue un gran pensador y un apasionado del ajedrez. Como jugador profesional, este juego siempre estuvo presente en su vida desde ángulos bien diferentes: lo usó en sus obras pictóricas, en sus diseños del juego, en el campo filosófico donde aportó muchas ideas nuevas y en la visión como arte en sí mismo.
Marcel Duchamp pintó su primer cuadro, de estilo impresionista en 1902, el mismo año que aprendió a jugar al ajedrez. En 1904 se fue a vivir con sus hermanos a París, en Montmartre.
En 1910, pintó una escena familiar en Puteaux, barrio periférico de París, donde su hermano Raymond tenía una casa. La obra retrata a sus dos hermanos jugando al ajedrez en el jardín, junto a sus respectivas esposas.
 “La partida de Ajedrez” cuadro que recuerda el estilo de Paul Cezanne,
pintor que ejerció en su momento mucha influencia sobre él  
Practicó el cubismo, (cuyo máximo exponente fue Pablo Picasso) en su primera época, para convertirse después en uno de los precursores del dadaísmo y el surrealismo (movimientos artísticos de vanguardia surgidos como protesta durante la primera guerra mundial frente a los cánones estéticos dominantes). Aunque su periodo creativo fue relativamente corto (dejó que fueran otros los que desarrollaran sus ideas), se le considera un artista fundamental para comprendeer el arte posmoderno. Se dice que Duchamp fue un pintor que se hizo un lugar en ese mundo particular, tanto por lo que hizo como por lo que no hizo.
Pintor español Pablo Picasso, de fama mundial,  máximo exponente del cubismo,
Se puede ver la gran diferencia de estilo de Duchamp en sus obras de arte, comparando el cuadro antes mencionado, con “Los jugadores de ajedrez”, pintado en 1911.
“Los jugadores de ajedrez”, óleo de estilo cubista
En 1915, huyendo de la guerra en Europa, Duchamp se trasladó a New York y fue acogido por el matrimonio Arensberg, que con el tiempo se convertirían en sus protectores y primeros coleccionistas de su obra.
La casa de los Arensberg era el lugar normal para las tertulias donde se reunían los miembros más influyentes de la cultura moderna norteamericana. Durante esas veladas Duchamp, el habitual invitado de honor, solía buscar un rincón para jugar alguna partida con su anfitrión o con algún jugador fuerte allí presente. Cada vez le interesaban menos los debates sobre pintura o literatura y empezaba a despertarse en él una loca pasión por el juego. Fue en esta época cuando se hizo socio del famoso Marshall Chess Club de Nueva York.
Frente del Club Marshall de ajedrez de Nueva York
En 1918 los EE.UU. entraron en la Primera Guerra Mundial. Para evitar ser movilizado, Duchamp se trasladó a Argentina, un país neutral, donde estuvo seis meses jugando al ajedrez día tras día. Fue en Buenos Aires donde empezó a dedicarse al ajedrez en serio.
Es muy significativo que entrara en el mundo del ajedrez como artista. Afirmó que en este juego mora el arte, en el que describió tres niveles artísticos o estéticos. En el primero, el de las piezas y el tablero. En el segundo, el movimiento abstracto de las piezas a través del “espacio intelectual”. Y en el último, la expresión emocional que surge de su seno.
De acuerdo con esto, en 1918 diseñó un juego cuyas piezas él mismo torneó. Sólo el caballo, por su complejidad, fue encargado a un artesano.
Piezas diseñadas por Duchamp
También proyectó y mandó fabricar un juego de sellos de goma, que utilizó para dibujar los diagramas de sus habituales partidas por correspondencia y uno de bolsillo, muy útil para seguir partidas en un torneo.
Ajedrez de bolsillo diseñado por el artista
En 1925 creó el afiche del Campeonato de Francia.
 Al finalizar la primera guerra mundial, volvió a  Estados Unidos, donde tuvo poca actividad artística y en 1923 regresó a París, donde sobre todo se dedicó durante un largo período a jugar competitivamente al ajedrez. A su arribo a Europa, participó del torneo en Bruselas, en el cual terminó sexto.
Dejaba frecuentemente París durante semanas para participar en competencias. Jugó en la Riviera junto al equipo de Niza, y volvió a participar en el Torneo de Bruselas al año siguiente. Quedó cuarto. Le invitaron a formar parte del equipo que representaría a Francia en las primeras Olimpiadas de ajedrez, no oficiales, de 1924, en las cuales Francia se clasificó séptima. Poco más tarde fue nombrado campeón de la Alta Normandía al ganar el disputado en Ruan.
En el de Hyéres le concedieron el premio a la brillantez y en el International de Paris de 1930 jugó con los mejores ajedrecistas del planeta. Terminó último, pero hizo tablas con Savielly Tartakower y con George Koltanowsky. Participó en varias competiciones con el equipo nacional francés, capitaneado por Alexander Alekhine, campeón mundial, y perdió más partidas de las que ganó. Sin embargo, Edward Lasker lo consideró “un jugador muy sólido”. En 1933 participó fue su última presentación de envergadura en la ciudad de Folkestone, al sur de Inglaterra.
En 1944 organizó una exposición denominada “El imaginario ajedrez” donde se exhibieron entre otras cosas, diversos juegos diseñados por artistas de la época, como alternativa a las piezas tradicionales.
Juego diseñado por el artista surrealista Max Ernst
Duchamp posando con el juego de Max Ernst.
(Como curiosidad podemos apreciar que una torre blanca y las torres negras están mal colocadas, ya que deben ir en los extremos, no donde él puso los caballos y el tablero también está mal, ya que el extremo izquierdo siempre le corresponde a una casilla negra.)
Según Duchamp la principal virtud que tiene el ajedrez, que le otorga una gran belleza desde el punto de vista artístico es el movimiento de las piezas de manera abstracta en “el espacio de la mente”. Para él, jugar una partida de ajedrez es como diseñar algo o construir un mecanismo por el cual se vive una experiencia personal.  
En 1952, en una conferencia dada en la New York State Chess Asociation dijo: “Hoy me conformo con jugar. Todavía soy una víctima del ajedrez. Tiene toda la belleza del arte y mucho más. No puede ser comercializado. El ajedrez es más puro que el arte en su posición social. Las piezas del ajedrez son las mayúsculas del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos pensamientos, aun componiendo un diseño visual en el tablero, expresan su belleza de forma abstracta, como un poema. […] He llegado a la conclusión de que, si bien no todos los artistas son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez son artistas
En sus últimos años, se radicó definitivamente en Estados Unidos y adoptó la ciudadanía norteamericana en 1955.
A principios de los sesenta, Duchamp siguió con gran interés la progresión de Bobby Fischer, a quien ya había conocido cuando era un genio de doce años que jugaba en el Manhattan Chess Club. En 1967 lo acompañó al importante torneo en Montecarlo, donde Fischer se consagró campeón.
En 1963, el fotógrafo Julián Wasse tomó una foto que daría la vuelta al mundo. En la escena, Marcel Duchamp, un hombre mayor vestido de negro, está frente al tablero de ajedrez, muy concentrado, en una partida contra una joven completamente desnuda de piel muy blanca.
La fotografía se hizo en una sala del Pasadena Art Museum (California), con ocasión de la primera exposición retrospectiva que se le dedicó a Marcel Duchamp, apenas cinco años antes de su muerte. 

2 comentarios:

  1. Esta nota ademas de abarcar el ajedrez abarca el arte y la historia. De colección como siempre y la espera de un libro...
    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias

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