Osvaldo Riganti--
La política del Gobierno de la Ciudad ha suscitado
no pocos cuestionamientos en materia cultural. Los centros culturales han sido
particularmente afectados por ello. En sus diversas manifestaciones, en el
trato a sus trabajadores.
El mes de junio de 2014 la situación tuvo
características más preocupantes. El día 20 fue clausurada “Casa de la Cultura
Compadres del Horizonte”, el 25 “Vuela el Pez”, el 28 “Centro Cultural Teresa
Isabel”, el 29 “Casa Cultural Vicente Jara”. Ello dio lugar a una cadena de
reacciones y reclamos, poniendo énfasis en lo que se consideró una persecución
contra los espacios de cultura.
El periódico vecinal “Nuestro Barrio” dio cuenta de
diversas acciones en la materia. Entre ellas la del Café de los Patriotas,
situado en Nicasio Oroño y Cucha Cucha, que funciona como centro cultural
autogestivo. Allí en medio de distintas manifestaciones tuvo lugar un debate
con el apoyo de la CTA de Hugo Yasky y en el cual Diego Galíndez -del Frente de Artistas y Trabajadores de la
Cultura- abogó por una Ley Federal de las Culturas, enfatizando en que el
interior debe dejar de ser “quiosco de Buenos Aires”. El gobierno porteño
clausuró también el Café de los Patriotas, el 30 de junio. Pero sus
responsables lograron levantar el cierre. Sin lograr eludir un perjuicio
económico. El Gobierno de la Ciudad “interpuso a cambio una multa de 7.000
pesos” cuenta “Nuestro Barrio”.
En los primeros días de diciembre del año que pasó
Cultura Unida (un frente que nuclea a distintas organizaciones vinculadas con
el tema) congregó miles de personas frente a la Legislatura demandando una
nueva ley para los centros culturales.
El 18 de diciembre la lucha tuvo su premio. Fue sancionada
la Ley de Centros Culturales, que entre otras cosas reconoce la existencia de
casas de artistas, centro barriales, culturales y clubes de cultura,
implementa las cuestiones legales
inherentes a espacios independiente, regula la venta de libros , discos, bebida
y alimentos, flexibiliza trámites de habilitación para estos centros, facilita
la existencia de emprendimientos no lucrativos.
El proyecto incorpora la figura de “centros
culturales” dentro del Código de Habilitación y cambia el Régimen de
Planeamiento Urbano Local. Hasta el momento en la Ciudad de Buenos Ares no
existía una figura normativa que respaldara a los centros culturales.
Se otorga así un marco regulatorio a los centros
culturales en lo que configura un importante avance en la protección de los
centros culturales, en lo que se espera constituya el telón para las penurias
afrentadas.
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