sábado, 28 de febrero de 2015

Una ley que resguarda a los centros culturales

Osvaldo Riganti--
La política del Gobierno de la Ciudad ha suscitado no pocos cuestionamientos en materia cultural. Los centros culturales han sido particularmente afectados por ello. En sus diversas manifestaciones, en el trato a sus trabajadores.
El mes de junio de 2014 la situación tuvo características más preocupantes. El día 20 fue clausurada “Casa de la Cultura Compadres del Horizonte”, el 25 “Vuela el Pez”, el 28 “Centro Cultural Teresa Isabel”, el 29 “Casa Cultural Vicente Jara”. Ello dio lugar a una cadena de reacciones y reclamos, poniendo énfasis en lo que se consideró una persecución contra los espacios de cultura.

El periódico vecinal “Nuestro Barrio” dio cuenta de diversas acciones en la materia. Entre ellas la del Café de los Patriotas, situado en Nicasio Oroño y Cucha Cucha, que funciona como centro cultural autogestivo. Allí en medio de distintas manifestaciones tuvo lugar un debate con el apoyo de la CTA de Hugo Yasky y en el cual Diego Galíndez  -del Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura- abogó por una Ley Federal de las Culturas, enfatizando en que el interior debe dejar de ser “quiosco de Buenos Aires”. El gobierno porteño clausuró también el Café de los Patriotas, el 30 de junio. Pero sus responsables lograron levantar el cierre. Sin lograr eludir un perjuicio económico. El Gobierno de la Ciudad “interpuso a cambio una multa de 7.000 pesos” cuenta “Nuestro Barrio”.
En los primeros días de diciembre del año que pasó Cultura Unida (un frente que nuclea a distintas organizaciones vinculadas con el tema) congregó miles de personas frente a la Legislatura demandando una nueva ley para los centros culturales.
El 18 de diciembre la lucha tuvo su premio. Fue sancionada la Ley de Centros Culturales, que entre otras cosas reconoce la existencia de casas de artistas, centro barriales, culturales y clubes de cultura, implementa  las cuestiones legales inherentes a espacios independiente, regula la venta de libros , discos, bebida y alimentos, flexibiliza trámites de habilitación para estos centros, facilita la existencia de emprendimientos no lucrativos.
El proyecto incorpora la figura de “centros culturales” dentro del Código de Habilitación y cambia el Régimen de Planeamiento Urbano Local. Hasta el momento en la Ciudad de Buenos Ares no existía una figura normativa que respaldara a los centros culturales.

Se otorga así un marco regulatorio a los centros culturales en lo que configura un importante avance en la protección de los centros culturales, en lo que se espera constituya el telón para las penurias afrentadas.

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