sábado, 28 de febrero de 2015

84º aniversario del fusilamiento del anarquista Severino Di Giovanni

Osvaldo Riganti--
El anarquismo es un sistema político y filosófico basado en la idea de una sociedad sin gobierno. Pregona la libertad del hombre, el libre acuerdo entre semejantes y la organización de un sistema en que no deben existir clases, intereses privados ni leyes coercitivas. Apunta a asegurar la producción y el abastecimiento sin explotar al hombre.
El crimen político que se alza contra la tiranía es presentado por el anarquismo como un acto justo sin condena moral. Ha ido muy lejos en el desprecio de la vida humana, pero también tienen fundamentaciones políticas, religiosas y sociales que subyacen en su concepción. No se pueden negar sus bases filosóficas y científicas ni sus distintas corrientes con diversidad de métodos.

En nuestro país uno de sus más destacados exponentes fue Severo Di Giovanni, llegado a Buenos Aires en 1923, procedente de Italia. Vino huyendo del fascismo. Casado, con 4 hijos, después de la muerte de sus padres, cuando tenía 19 años se volcó a esta acción. Estudió magisterio. Era partidario de la acción directa contra el Estado y el capitalismo. Obrero tipógrafo y autodidacta, sacaba el diario “Culmine” en italiano para difundir la teoría libertaria contra el fascismo.
Sostenía el anarquismo expropiador, para apoyar la lucha de los sindicatos autónomos, la ayuda económica a los presos sociales y políticos del sistema capitalista y el financiamiento de periódicos para difundir el ideario anarquista, como “La Protesta”. Sostenía allí: “Desde que se comprobó que la propiedad es un robo, no hay más ladrones aquí que los propietarios”. 
Como respuesta a las ejecución en Estados Unidos de dos inmigrantes italianos y militantes anarquistas, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, hizo explotar el 24 de diciembre de 1927 bombas en el Banco City y en el Banco Boston, con un saldo de 2 muertos y 23 heridos. Las víctimas eran trabajadores bancarios, transeúntes y clientes. Teniendo noticias de que el cónsul italiano iba a estar en el nuevo edificio del consulado, en la calle Quintana 475, junto al nuevo embajador italiano Martín Franclin, el 23 de mayo de 1928 colocó una bomba que destruyó casi completamente el consulado,  matando a 9 personas e hiriendo a otras 34. El mismo día Di Giovanni fue a la Boca con el propósito de volar la farmacia de Benjamín Mastronardi, presidente del Comité Fascista de la Boca, en Almirante Brown 899. Colocó un poderoso artefacto explosivo que fue desactivado por el pequeño hijo del farmacéutico Dante Mastronardi, al que le llamó la atención el maletín en que estaba la bomba, por lo que le quitó la manija y el detonador. Pudo ser una tragedia. Di Giovanni también colocó una bomba en Avenida La Plata 351, que demolió la casa que tenía en Caballito César Alfetra, miembro de la policía secreta de Mussolini, a quien los exiliados italianos habían descubierto y denunciado por sus torturas.
En diciembre de 1928 el presidente norteamericano Herbert Hoover visitó la Argentina. Los hombres de Di Giovanni planeaban volar el tren en que viajaba como represalia por el crimen de Sacco y Vanzetti. Pero las fuerzas de seguridad estaban sobre aviso y detuvieron a su compañero Alberto Scarfó poco antes de colocar el explosivo en las vías. Di Giovanni no pudo ser capturado pero fue declarado  enemigo público número 1”. Bajó su nivel de exposición y activó la publicación del periódico “Culmine” desde la clandestinidad.
Desde allí fue un implacable crítico del régimen tiránico de Uriburu y fue detenido por sus esbirros el 31 de enero de 1931. Se despidió de su familia y fue ejecutado en el patio de la penitenciaría de Las Heras al día siguiente, ante varios testigos, entre ellos el escritor Roberto Arlt, que reflejó el episodio en un artículo.

Este febrero se han cumplido 84 años del episodio.

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