sábado, 31 de mayo de 2014

¿Quién es mejor, la máquina o el hombre?

Prof. José Pecora—

Kasparov vs. Deep Blue
Con el avance de la tecnología y básicamente de la informática, hace ya unos treinta años aproximadamente que se empezó a plantear como cosa posible, que las máquinas en actividades en las que estaba involucrado el pensamiento para la resolución de problemas como el ajedrez, podían superar al hombre.
La inteligencia artificial superando a la inteligencia natural.

La cuestión de si la máquina vence al hombre o si el hombre es mejor que las máquinas en cuestiones de tareas de tipo rutinario, fue zanjada desde el comienzo mismo de la aparición de las dispositivos mecánicos, y finalizó rápidamente con el triunfo de las maquinas. El mundo tuvo un gran avance con la aparición de las mismas con el comienzo de la denominada revolución industrial.

Por Revolución Industrial se entiende el proceso de transformación económico, social y tecnológico que se inició en la segunda mitad del siglo XVII en Gran Bretaña y que se extendió por varias décadas por una buena parte de Europa occidental y Estados Unidos, finalizando hacia 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la humanidad desde la prehistoria,[] que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura artesanal y el comercio a una economía de carácter urbana, industrializada y mecanizada.

A partir de ese momento se inició una transformación que acabaría con siglos de trabajo manual y el uso de la tracción animal, siendo esto substituido por maquinaria para la fabricación industrial de bienes  y productos de todo tipo. También se empezó a  transportar mercancías y pasajeros por medios mecánicos, ya sea por agua o por tierra.



James Watt ingeniero escocés, cuya máquina de vapor, fue fundamental para el desarrollo de la Revolución Industrial. El siguiente hito fue la invención del motor de combustión interna.

O sea que desde ese momento, se incrementó notablemente la producción de bienes y servicios, que bajaron marcadamente su costo y éstos quedaron al alcance de muchísima más gente, que pudo disfrutarlos. Todo éste fenómeno, hizo que la mayoría de las personas se trasladaran a los centros urbanos, que crecieron notablemente.

El hombre consciente de sus limitaciones, no se puso a competir contra las máquinas, sino que se sirvió de ellas para su beneficio. No se puso a correr contra un automóvil, para ver quién era mejor, sino que se subió a él.

Para ponerle un poco de humor a la nota, reproduciremos lo que “dijo” la yegua al respecto de la revolución industrial: por más bueno que sea el automóvil nunca va a poder reemplazar en sus tareas al caballo.

Pero en el aspecto intelectual, el hombre se sentía invencible, ya que las maquinarias eran creadas por él y éstas “no pensaban”.

En el siglo XX, se produjo una nueva revolución tecnológica, con la aparición entre otras cosas de las computadoras, que también causaron (y causan) grandes modificaciones en el estilo de vida del ser humano.

Pero hasta no hace mucho tiempo, el hombre todavía tenía el “orgullo” de vencer a éste tipo de máquinas en juegos complejos como el ajedrez, ya que los ordenadores en sus comienzos, no eran muy potentes y no disponían de programas eficaces.

Sin embargo, en la década de los noventa del siglo pasado, los fabricantes de las computadoras IBM, decidieron que ya estaban en condiciones de derrotar al hombre y desafiaron al entonces campeón mundial, Garry Kasparov, a un match a seis partidas, con el objeto de demostrar  la supremacía de los ordenadores sobre el ser humano, también en ese campo.

Para ello, en 1996, IBM creó una supercomputadora conocida como Deep Blue, y el campeón fue retado a un match a 6 partidas que se jugarían en condiciones lo más cercanas posibles a las de un encuentro por torneo.
Deep Blue era un monstruo en el procesamiento de datos. Buena parte de la fortaleza de la computadora derivaba de su gran potencia de cálculo, que para la época de la partida, se clasificaba entre las 300 supercomputadoras más poderosas del mundo. Deep Blue era capaz de evaluar alrededor de 200 millones de posiciones por segundo, permitiendo búsquedas típicas en un rango de entre 13 y 15 jugadas por movimiento.

Además, varios grandes maestros participaron en la evolución de las funciones de evaluación de Deep Blue. Miguel Illescas, John Fedorowicz y Nick de Firmian trabajaron con el libro de aperturas, mientras que Joel Benjamin ayudó a que Deep Blue aumentara su "conocimiento" del ajedrez mejorando sus parámetros de evaluación. Finalmente, se utilizaron bases de datos de tablas para permitir que la computadora tuviera acceso a un juego perfecto en finales de cinco piezas y en algunos finales de seis piezas.

Antes del encuentro, que se disputó en la ciudad de Filadelfia, Kasparov era considerado favorito, en gran parte porque una computadora nunca había derrotado a un campeón mundial de ajedrez con controles normales de tiempo. Sin embargo, algunas opiniones cambiaron después de la primera partida, cuando Deep Blue asombró al mundo al ganarle al  campeón con las piezas blancas en 37 movimientos.

No obstante, Kasparov se recuperó rápidamente en la segunda partida y logró que  después de 73 movimientos, los operadores de Deep Blue abandonaran en un finalsin esperanzas.

Ahora había un empate 1-1 y estaba claro que cualquiera de los oponentes podía ganar. En las siguientes dos partidas, Kasparov y Deep Blue jugaron de una manera bastante parecida, pues ambas terminaron en tablas, por lo que el encuentro se puso 2-2 con dos partidas por jugar.

La quinta partida marcaría un punto crítico en el duelo. Kasparov  optó por un juego tranquilo y  Deep Blue tenía todas las oportunidades de terminar la partida en tablas, pero el  equipo que la manejaba, declinó una oferta de tablas de Kasparov en el movimiento 23. Por desgracia para la máquina, las cosas salieron mal después del ofrecimiento, y Kasparov logró la victoria tras 47 movimientos (esta fue la única victoria que se produjo con piezas negras en todo el encuentro).

Esta victoria significaba que Kasparov sólo debía empatar la última partida para ganar el duelo, mientras que Deep Blue necesitaba ganar el juego final para alcanzar un empate. Kasparov, sin embargo, triunfó en el último juego de forma convincente, superando por completo a la máquina y finalizando el match  4-2 a su favor.

IBM no tardó demasiado en solicitar la posibilidad de una revancha, la cual quedó concertada para el año siguiente en la ciudad de Nueva York.

Pero en esta ocasión algo había cambiado, IBM había hecho un gran esfuerzo económico y publicitario, y los programadores de Deep Blue habían trabajado sin descanso. Deep Blue II era mucho más avanzada tecnológicamente que su predecesora y además se había cuidado mucho su preparación teórica.

Esta nueva versión era 4 veces más potente que la anterior.  Estaba formada por dos bloques macizos de más de 2 metros de altura y pesaba una tonelada y media.
Deep Blue
La expectativa era muy superior a la del año anterior y las partidas fueron seguidas a lo largo de todo el planeta. Kasparov partía como gran favorito y lo confirmó venciendo en la primera partida. La computadora le devolvería el golpe con rapidez, apuntándose la segunda partida; lo asombroso de esta segunda jornada fue que, una vez finalizada la partida, se le comunicó a Kasparov que el programa Fritz 4.0 había encontrado una variante en la que hubiera conseguido tablas con facilidad (por jaque perpetuo). Kasparov no daba crédito a lo que le acababan de contar y abandonó la sala enfurecido, encerrándose en la habitación del hotel... hay que decir que Deep Blue tampoco encontró esa variante, ya que de lo contrario no hubiese entrado nunca en esa línea.

Los tres siguientes encuentros finalizaron en tablas y en los tres Kasparov llegó a tener alguna ventaja, pero Deep Blue se defendió con precisión y supo frenar las acometidas del ruso. Como era de esperar, Kasparov tuvo más problemas de tiempo que su rival en todas las rondas, algo que también condicionó su juego.

Llegaron empatados a la última partida, en la cual inexplicablemente Kasparov  cometió graves errores y cayó derrotado en 19 movimientos.

Para mi algo raro sucedió en ese último encuentro, ya que al día siguiente las acciones de IBM subieron un 15 %. No tengo pruebas definitivas para decir que Kasparov fue a menos,  pero el error que cometió en dicha partida no corresponde a un jugador de su talla. Justamente en mis clases, curiosamente unos días antes que dicho error se produjera, explicando a mis alumnos la variante que casualmente se produjo luego en la partida, comenté un movimiento que  era un grave error y justo fue lo que hizo Kasparov.

O sea que cometió un error en una posición sencilla y muy conocida, por lo que mis sospechas tienen bastante fundamento.

Para redondear un poco el tema, podemos ver un video de la época con la opinión del gran maestro Oscar Panno, en una conferencia dada por él en la Biblioteca Nacional.


Desde esos años, la tecnología continuó avanzando a pasos agigantados y en la actualidad los programas de las computadoras son fuertísimos y yo creo que cada vez se hace más dificultoso para el hombre derrotar a la máquina. No sólo ha avanzado mucho la informática, sino que también lo ha hecho la robótica, con lo cual, la máquina que juega sola, se ha vuelto una realidad, en vez de ser un engaño como lo fue en su momento El Turco (para una mayor información, ver la nota publicada en unoytres en mayo de 2013)

Como prueba de lo dicho, podemos ver un video en el que se aprecia al ex campeón mundial Vladimir Kramnik jugando contra un robot creado por los rusos.


Como conclusión podemos decir que el ajedrez  va  a seguir existiendo  a pesar de que las máquinas le ganen  al hombre, ya que lo importante no es “competir contra el auto móvil, sino que hay que subirse a él” y en éste caso el ser humano debe utilizar a las máquinas como elementos auxiliares para aprender  y mejorar su juego y no para tratar de vencerlas.

3 comentarios:

  1. Siempre y cuando el progreso de la tecnología, no sea usado para hacer trampas (partidas de ajedrez por internet) a no ser que seas Kasparov...jajajajaja

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  2. Entonces, con la supremacía de las computadoras, el mejor ajedrez no requiere imaginación ni creatividad, solo cálculo...

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  3. que tal profe. Como ud dice no hay pruebas para demostrar q a Kasparov le pasaron algun sobre por debajo de la mesa. Por otro lado no tiene gracia jugar con alguien (computadora) que no tiene emociones. Es muy frio y aburrido. No hay como jugar con un semejante. Saludos

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