Osvaldo Riganti—
Desde Balcarce 50 se alienta la
conversión de los clubes en Sociedades Anónimas. O por lo menos que se instale
el negocio. Ello encuentra firme resistencia en los clubes, cuyos socios a través
de estructuras agrupacionales y asamblearias han manifestado un fuerte rechazo.
Pero hay sectores ligados al gobierno
que siguen alentando formas sutiles de representación que no estén reñidas con
el desembarco de los intereses que quieren instalarse.
Sin embargo, no les resulta fácil porque,
tal como adelantáramos desde estas columnas, las experiencias mundiales siguen
siendo desoladoras y los escándalos estallan. Ahora ha sido el club Valencia de
España el que experimenta los percances derivados de la pretendida panacea
privatista. “La gestión de Peter Lim no
cumple las expectativas y conduce al club a la peor crisis de sus 98 años de
historia” señala el “ABC” hispánico bajo el título “EL VALENCIA ASOMA AL
ABISMO”. “Puntuación de descenso […] y una situación financiera especialmente
grave” signan, al decir de la publicación, la caótica experiencia comandada por su accionista
mayoritario, el inversor singapurense Peter Lim.
En Inglaterra el Leeds United tras
acometer uno de los recurrentes ensayos privatistas debió vender su estadio. El
Wimbledon desapareció y pasó a la ciudad de Milton Kney con el nombre de Milton
Kenes Dons con nuevos colores y nuevo escudo. Esa y otras experiencias de
desnaturalización se dan en ese país y otros de Europa. Proliferan situaciones
similares. El Raners de Escocia quebró. En Italia, ya años ha, Fiorentina
acumuló una deuda de 50 millones de euros, debiendo vender a Batistuta y otras
estrellas con la esperanza de mantener al club. Descendió y desapareció hasta
que lo rescató el alcalde de Florencia Leonardo Domenici.
El Parma quebró y su presidente
Giampietro Manti fue detenido por la policía italiana luego de ser acusado
junto a otras 21 personas de presunto blanqueo de dinero.
Esos y otros casos son expuestos por
Patricio De Francesco en “Siempre River”, una publicación que viene desarrollando
una incesante prédica de defensa de las sociedades civiles y muestra de las
lacras de la oleada en pos de las S.A.
Ahora bien, se trata seguramente de buscar
el camino para que las sociedades civiles encuentren un manejo más ordenado y
eficiente que les evite sucumbir ante los cantos de sirena de quienes quieren
convertir al fútbol en tierra fértil para el negocio y el lucro. La crisis de
la AFA y tantos clubes es un tema caliente.
Por eso la actual aventura de la Casa
Rosada que, alegando “órdenes de la FIFA”, instaló una “Comisión Normalizadora”
con tintes de intervención lisa y llana, hace agua. En medio de graves
problemas que aquejan a la divisional,
el presidente de la Mesa Directiva de la Primera “B” Nacional, Daniel Ferreiro,
expresó en Radio Telam que el actual jefe de los “normalizadores” Armando Pérez
“entró por la ventana, sabe que está
ocupando un lugar que no le corresponde, que nadie lo quiere ni lo votó”.
Hay caminos colectivos como el del Foro
Social del Deporte que orientan su búsqueda por el lado de que el deporte sea
reconocido como un derecho social y se diseñe una política deportiva acorde con
las intenciones fundacionales de las sociedades civiles. “Veríamos con muy
buenos ojos que gente de River se sume al esfuerzo que estamos haciendo”, ha
manifestado recientemente el secretario de este foro Pablo Abbatangelo, de
extracción boquense. En el club de Núñez no existen pronunciamientos ni
institucionales ni agrupacionales de respaldo a tal emprendimiento del Foro
Social, más allá de que una Asamblea en que llevó la voz cantante el
representante de socios Sebastián Gagliardi consiguió el compromiso del
presidente D´Onofrio de expresar el firme rechazo a las S.A. en River y en el
fútbol argentino. Aparecen sí, experiencias como el Movimiento Osvaldo Riso,
que lleva el nombre de un desaparecido dirigente que dio gran impulso al Fútbol
Infantil en los “millonarios”, que hoy comandado por su hijo Hernán Riso
desarrolla un accionar de defensa de la identidad de la banda roja y establece
vasos comunicantes con las distintas
actividades de la entidad acudiendo en su apuntalamiento. Los hombres y
mujeres de este nucleamiento se proponen intervenir en las próximas elecciones
apoyando al candidato Antonio Caselli. En San Lorenzo asimismo pese al
categórico triunfo de la fórmula Lammens-Tinelli vienen apareciendo listas que
expresan un novedoso intento
participativo de la base societaria.
Esto mientas instituciones como Lanús
hace décadas que ejercieron un paulatino reordenamiento que llevó a la
institución del Sur desde andar por la “C” a fines de los 70 a los primeros
planos de las competencias locales e internacionales de estos tiempos, de la
mano de su consolidación en la faz deportiva y social.
Son caminos que parecen marcar que va ganando espacio –aunque en forma lenta– la persuasión de que la declamatoria de las sociedades civiles, si bien es loable, no basta y que hay que desterrar concepciones empresariales a ultranza, en pugna con los postulados básicos de las sociedades civiles.
Son caminos que parecen marcar que va ganando espacio –aunque en forma lenta– la persuasión de que la declamatoria de las sociedades civiles, si bien es loable, no basta y que hay que desterrar concepciones empresariales a ultranza, en pugna con los postulados básicos de las sociedades civiles.
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