Mario Méndez—
Hará unos cuatro meses, promediando el mes de
abril, la muy querida y reconocida escritora Paula Bombara convocó a varios
amigos, colegas entre los que tengo la suerte de estar, a colaborar con una
campaña de Abuelas de Plaza de Mayo. El objetivo era ayudar a que se consolidara
un viejo anhelo: que el día 22 de octubre (día en que las Abuelas comenzaron su
lucha), declarado Día Nacional del Derecho a la Identidad , cambie su
estatus en las celebraciones escolares: que esta efeméride, que hoy por hoy no implica
una obligatoriedad para el tratamiento del tema en el ámbito escolar, se convirtiera en una fecha significativa en ese calendario
y fuera objeto de reflexión y trabajo.
En Abuelas, como es obvio, están convencidos de que pensar la
identidad desde las aulas, con nuestros futuros ciudadanos, para elaborar reflexiones
y actividades creativas, implicará un crecimiento de nuestra sociedad. Los
autores invitados por Paula opinamos lo mismo, sin duda. Incluso, me permito
agregar, nos preocupamos cuando escuchamos que, en algunas escuelas, a veces
hay resistencias para conmemorar el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
La convocatoria de Paula era un bello
desafío. En concreto, se trataba de escribir un pequeño
texto dirigido a los chicos, que podía ser una microficción, una poesía, una
crónica o lo que se nos ocurriera. Tenía, claro, que rondar el tema del Derecho
a la Identidad ,
aunque desde los equipos de Difusión y
Educación de Abuelas, nos aclaraban que no era necesario
que tomáramos como eje la restitución de la identidad de los nietos ni la lucha
de las Abuelas;
textualmente, nos decían que “nos
interesa que aborden este derecho en su sentido más amplio. Pueden ser un texto
del género y del tono que deseen, en clave de humor, de terror, de pregunta
retórica, lo que deseen. Cuanto más diversidad, más ampliamente estaremos
representando este derecho”.
Finalmente,
nos contaban que los textos
serían ilustrados por otro grupo de ilustradores amigos, también interesados y
preocupados con el tema, y que luego se subirían a la Web de Abuelas -www.abuelas.org.ar-
para que pudieran descargarse desde cualquier escuela, institución o
persona interesada. En este sentido, el material tendría tres formatos
diferentes: postales para que los docentes pudieran trabajar en las aulas; afiches
con el mismo fin pero que también pudieran servir para las carteleras de las
escuelas, y por qué no la habitación de algún niño o niña; y, finalmente, la
muestra, con las obras en su mayor tamaño, para exponer en cualquier espacio amplio.
Al principio, cuando comenzó la convocatoria, la
versión impresa, por una cuestión de costos, era una quimera. Hoy, a pocos días
de la presentación, ya no lo es: la Subsecretaría de Juventud, del Ministerio
de Desarrollo Social de la
Nación , imprimió dos muestras con los 12 textos ilustrados, y
editó 1.200 posters y 1.200 postales que ya están disponibles en la sede de
Abuelas. Por su parte, el Ministerio de Educación, a través del Plan Nacional
de Lectura, financiará dos pequeños libros, con seis de estas obras en cada uno,
que se distribuirán gratuitamente a través de los referentes del Plan en todo
el país.
Así que los convocados nos pusimos a escribir, y hubo un
ida y vuelta de preguntas, comentarios e intercambios de textos que nos
enriquecieron. Incluso, a la hora de pensar un título, tuvimos que opinar,
proponer y discutir hasta que al fin quedó “Ovillo de trazos”, que nos gustó a todos.
En pocos días los textos de Adela Basch, Silvia Schujer,
Franco Vaccarini, Ricardo Mariño, Andrea Ferrari, María Teresa Andruetto, Laura
Devetach, Iris Rivera, Laura Escudero, Liliana Bodoc, Paula Bombara y un
servidor, en forma de bellas postales, posters y banners, con ilustraciones de
Max Aguirre, Diego Moscato, Elissambura, Marcela Calderón, Viviana Bilotti,
Cristian Bernardini, Pablo Bernasconi, Poly Bernatene, Gabriela Burin, Alina
Sarli, Matías Trillo y Ximena García, serán presentados en sociedad.
La cita es el viernes 9 de octubre a las 12, en la Casa por la
Identidad del Espacio Memoria (ex Esma). La idea, que
los textos, las ilustraciones, la reflexión y el compromiso sigan recorriendo
nuestras aulas. Que la memoria y la lucha persistan.
Estamos todos invitados, todos convocados. Así nos lo dicen
las queridas Abuelas, en sus propias palabras:
“Los nietos y nietas que buscamos ya
son hombres y mujeres, muchos de ellos tienen hijos, nuestros bisnietos. Esos
niños también desconocen su verdadero origen. En este sentido, el trabajo en la
escuela cobra gran importancia, tanto para llegar a ellos como para garantizar
que nunca más un niño o niña sufra la violación de este derecho inalienable.
Las Abuelas convocamos a seguir trabajando colectivamente para seguir
promoviendo este derecho, porque mientras esté en duda la identidad de una
persona, está en duda la identidad de todos”.
El artículo Ovillo de trazos me gustó mucho por la claridad de la información, por acercarme la intensa labor de Abuelas y los escritores e ilustradores comprometidos con el proyecto. Por la alegría de saber que nuestro Ministerio de Educación está presente.
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