A un lustro del cambio de un nombre que homenajeaba a Aramburu
Osvaldo Riganti—
Plaza del Angel Gris |
Con los años fue un baldío. Hasta que en 1980, en medio de la euforia procesista y de una etapa de implantación de plazas por parte del intendente Cacciatore fue inaugurada en el mes de setiembre la Plaza Aramburu, evocando a uno de los jefes de la Revolución Libertadora.
Con el advenimiento de la democracia comenzaron a proliferar las expresiones de disgusto por la asignación del nombre de tamaño personaje.
En 1990 el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que convocaba una consulta vecinal para cambiar el nombre de la plaza. Pero el intendente Carlos Grosso
-entonces alineado con Carlos Menem (hoy integrante -según una publicación en "Noticias" de 2012- de la mesa del PRO) vetó la disposición. Grosso mantuvo el nombre de Aramburu alegando que ese terreno había sido donado por la familia del militar ultimado por los "Montoneros" para que llevara su nombre.
Durante la gestión como intendente de Fernando de la Rúa se activó la Asociación Amigos de Plaza Aramburu, con la cual el después presidente trabajó coordinadamente. Con la aparición de la Asamblea Barrial 20 de diciembre se acentuaron los reclamos contra ese nombre. Inclusive desapareció el busto que pretendía eternizar al personaje. Los carteles indicadores del nombre de la plaza fueron cambiados con aerosoles y pincelazos. Se le asignaba el nombre "Plaza 20 de diciembre de 2001" exaltando las jornadas que epilogaron con la caida del presidente radical, poniendo término a un cuarto de siglo de hegemonía neoliberal.
La diputada del FPV Alicia Bello presentó un proyecto para eliminar el nombre de Plaza Aramburu, recordando que la ley prohibe que espacios públicos lleven el nombre de represores. La norma fue aprobada sin que se registre oposición alguna.
Desde el 24 de setiembre de 2009 la Legislatura asignó el nombre "Del Angel Gris" en homenaje al personaje de Alejandro Dolina. Culminó así una larga lucha de vecinos que durante años reclamaron que fuera retirado el nombre de quien fue protagonista de una de las etapas más negras de la historia argentina,la Revolución Libertadora, pródiga en persecuciones y fusilamientos. Avalaron los pasos dados el vecindario de Flores en general, historiadores y familiares de las víctimas de los fusilamientos de junio de 1956, entre ellas Soledad Valle, nieta del general inmolado durante la dictadura de Aramburu y Rojas.
Uno de los impulsores de la ley fue el historiador Emilio Ribera, que durante la audiencia pública respaldó el cambio y censuró al "innombrable, ya que recuerda a un hombre insensible capaz de asesinar a sus compañeros". Jorge Costales, hijo del capitán que llevó su mismo nombre y empuñó las armas para derribar la tiranía instalada en 1955, corriendo la misma suerte que el general Valle, manifestó a "Diario 26": "Esta plaza es un lugar de esparcimiento y ahora los niños que allí vayan van a saber que no se llama más como un general asesino que cometió las mayores atrocidades".La diputada Alicia Bello expresó al mismo medio que "esta ley hay que enmarcala en un homenaje a la libertad y la democracia". Manifestó que la denominación que se implantó obedeció a "Iniciativas de varias asociaciones barriales, teniendo en cuenta que el libro de Alejandro Dolina desarrolla su relato en el barrio de Flores y refleja la idiosincracia del lubar y su gente".
En "Página 12" del 25 de setiembre de ese año, Luis Bilancieri -miembro de la agrupación La Marechal del barrio de Flores- señaló que en un momento se quiso llamarla Felipe Vallese (el militante peronista desaparecido en la década del 60) "pero ya había un tramo en la calle Canalejas".
Hoy el nombre de Plaza Aramburu es tan sólo un ingrato recuerdo. Y el del "Angel Gris" refleja mejores inspiraciones.
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