lunes, 2 de julio de 2012

Acerca de homenajes y coincidencias macabras

Mauricio Epsztejn--

Zelmar Michelini
Afirmar que los nombres de muchas de las calles de la Ciudad de Buenos Aires reflejan la relación de fuerzas sociales y políticas local en la época en que se las bautizó o rebautizó, no es antojadiza. Incluso en los casos en que hubo cambios de nombre, durante bastante tiempo persistió y persiste en el lenguaje cotidiano la denominación anterior, sobre todo sucede entre los adultos mayores, por motivos que van desde la resistencia a cualquier cambio, hasta el desacuerdo con la visión histórica de quienes lo impulsan, que posiblemente incluya falta de información o coincidencia con los valores encarnados por el portador del nombre sustituido.

El sentido de homenajear a personas, acontecimientos históricos o fenómenos naturales con el nombre de calles, implica tratar de fijar en el imaginario colectivo los valores que aquellos representaron como si esos tuvieran alcance universal.

Sin embargo, la diversidad nombres, lejos de expresar amplitud de
miras muchas veces sólo refleja las tensiones no resueltas en la sociedad. Cuando sobre el país ejercieron su predominio cultural los detentadores del poder político y económico casi absoluto, ponerle a las calles el nombre de sus personajes entrañables es un intento por imponer ese modelo moral y cívico al resto de la sociedad.

En esta nota se va a hablar de la calle Venancio Flores, un general uruguayo que participó activamente en las luchas político militares de su país. Nacido en Trinidad un 18 de mayo de 1803 y asesinado en Montevideo el 19 de febrero de 1868, fue dos veces presidente del Uruguay.

¿Cuáles fueron sus méritos para que una calle de Buenos Aires le rinda homenaje y todavía se lo adeude a Zelmar Michelini, senador uruguayo secuestrado y asesinado en Buenos Aires en el marco del Plan Cóndor?

El general Venancio Flores fue un activo militante del Partido Colorado del Uruguay que durante su vida política conspiró y luchó hasta derrocar a los gobiernos de su país que se oponían a los designios de la clase dominante de Buenos Aires, que en alianza con los ingleses y dueña del puerto, contribuyó a destruir las incipientes industrias locales.

Cuando este general conquistó el poder en Uruguay, lo unió a la alianza que Inglaterra tejía junto al imperio luso-brasileño y al gobierno de Mitre en Argentina, para hacer la guerra que la historia conoce como la de la Triple Alianza, que devastó al Paraguay y le causó la muerte de, según diversos cálculos, entre el 50% y 85% de la población total y el 90% de los hombres adultos. Además le arrebataron 170.000 km2,el equivalente a casi dos veces y media la provincia de Entre Ríos, y por una deuda con Inglaterra de £ 200.000 le hicieron pagar £ 3.220.000.

Ese desastre que Paraguay todavía arrastra, en buena medida explica su persistente drama.

A este personaje es al que rinde homenaje la calle.

Macabra coincidencia


Ex Orletti- Espacio para la memoria
En el local que fuera taller mecánico ubicado sobre la calle General Venancio Flores 3519, casi Emilio Lamarca, de la ciudad de Buenos Aires, funcionó desde diciembre de 1975, bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón, Isabelita, un centro clandestino de detención, tortura y exterminio (CCDTyE), conocido como Automotores Orletti, operado al comienzo por la banda de Aníbal Gordon, que a través de la SIDE alternaba entre los delitos comunes de sus negocios privados con el terrorismo de estado y que a partir del golpe del 24 de marzo de 1976 se puso al servicio del Plan Cóndor, bajo el que las dictaduras del cono sur coordinaron la represión contra sus opositores políticos. Por allí pasaron centenares de hombres, mujeres y niños, la mayoría de los cuales permanecen desaparecidos, dentro de los que buena parte son uruguayos.

Una de las sobrevivientes es Margarita Michelini, hija del senador Zelmar Michelini, secuestrado en Buenos Aires el 18 de mayo de 1976 y asesinado pocos días después en la misma ciudad.

Zelmar Michelini, que inició su vida política en Uruguay a fines de la década del ´40 militando en el partido Colorado, lo abandonó en 1970 y en 1971 estuvo entre los fundadores del Frente Amplio que encabezó el general Liber Seregni. En 1973, por su resistencia al golpe de estado en Uruguay, debe exilarse en Buenos Aires, donde la conjunción de dictaduras lo asesina.

La memoria de Zelmar Michelini, todavía espera la calle de Buenos Aires que la honre con su nombre.

1 comentario:

  1. Está muy buena la nota, tiene muchos datos y es interesante. Gracias.

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