Mauricio Epstejn—
Hoy por hoy
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La nueva Alianza Cambiemos |
Se puede afirmar, sin temor a errarle demasiado, que durante
buena parte de la década cuyo fin se puede datar entre fines de 2015 y
comienzos del 2016, los infaltables debates en familia o con amigos en las
puertas del verano, giraban en torno a cómo y dónde pasar las vacaciones. Un
tema que en la actualidad no ocupa el mismo lugar y no porque hasta ese momento
el país viviera exento de tensiones y conflictos, sino por el carácter y la
agudeza de los mismos, que no habían llegado al nivel que tienen hoy, en que para
muchos casos literalmente el dilema pasa por la supervivencia, como se manifiesta
con fuerza creciente a partir de mediados del año pasado, cuando se comenzaron a
sentir con intensidad los efectos de las políticas que de entrada aplicó la gobernante
Alianza Cambiemos, efectos que hasta ese momento fueron amortiguados y absorbidos
por el colchón recibido como parte de la “pesada herencia” del gobierno
anterior, y que aún conserva, aunque cada día más escuálido, buena parte de los
trabajadores, sectores medios y pequeños y medianos empresarios, pero que ya
consumieron en su totalidad los más postergados en la escala económico-social.