domingo, 30 de junio de 2013

La música, el pensamiento e identidad

Ma. Mercedes Alemán—

Entrevista al cuarteto Aguavá, que interpreta música sudamericana y otros ritmos de un pueblo del que se sienten parte

 “Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas,
Ni sufres, ni gozas con tu pueblo,
No alcanzarás a traducirlo nunca.
Escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño,
Solo sin soledad...
Cantarás tu extravío lejos de la grey, pero tu grito
Será un grito solamente tuyo, que nadie podrá ya entender”
Atahualpa Yupanqui, El destino del canto
Felicitas, Nahuel, Florencia y José
Hace cuatro años se formó Aguavá, un cuarteto que se define como intérprete de música sudamericana, pero que amplía esa frontera geográfica para incluir aquellos ritmos donde encuentran arraigada la identidad de un pueblo del que se sienten parte. Formado por Felicitas Lecot (voz), Florencia Lecot (voz y flauta traversa), José Latasa (guitarra) y Nahuel Villegas Fuentes (percusión)   este cuarteto está preparando la grabación de su segundo disco. Sí, segundo en cuatro años de vida, una locura. Segundo en el que confirman y profundizan la exploración musical emprendida e impulsada, al parecer, por un cosquilleo de las venas.

En una casa en Muñiz, en una manzana que por ahora sobrevive al boom de la construcción de edificios, en un barrio donde se notan las rejas de las casas reforzadas ante el crecimiento de la ciudad. Esa manzana no tiene edificios pero cada vez son más los que se asoman. Una casa, un pequeño jardín delantero dividido de la vereda sólo por unas escaleritas. Tardecita de junio, ya es de noche. Adentro, en un cuarto/sala de ensayo que no logro entender si es chico o sólo se ve afectado por la cantidad de instrumentos, esperan los de Aguavá para hacer la entrevista. “José no está, tiene fiebre –aclara Felicitas– mayo y junio son meses difíciles para juntarse” Ofrecen un mate y empieza la charla.
¿Cómo viene la preparación del nuevo disco?
Florencia– Ya tenemos fechas de grabación en Casa Frida para septiembre. La idea es prepararlo bien en los ensayos para llegar a la grabación afilados y que salga lo más natural y preciso posible. Que mantenga el espíritu del vivo, pero la claridad del sonido de estudio.
  La forma de grabación es más profesional de lo que fue el primer disco, que lo grabamos en un  estudio más familiar y con otro método. Antes lo hacíamos por canción, ahora va todo por separado, bases, voces…
Felicitas– Además, la idea es llegar con los temas bien armados, porque es el registro que queda para siempre.
¿Qué caracteriza al disco o qué lo diferencia del anterior?
Fl–Al primero lo escuchás y es un disco lindo,  tranquilo que define la primer etapa de Aguavá y este ya tiene más fuerza, sigue siendo prolijo, pero  la intención  es más para arriba y tiene más temas nuestros que el primero.
Fe– Por empezar, tiene más temas. El primero tenía nueve y este va a tener doce u once y de esos, cinco o seis son de José. Todavía no está definido.
Nahuel–  Eso desde la estructura.A eso se le suma que trabajo a trabajo, disco a disco, año a año, nos pasa que trabajamos desde la tranquilidad. Con tranquilidad me refiero a que cada vez es más elegido  y uno se queda más tranquilo porque va diciendo “Esto es lo que quiero”. Queremos decir, “elegimos todo esto” o lo más que podamos. Y esa es la gran diferencia entre el primer disco y el que estamos por sacar.
¿Qué eligieron ahora, qué en el otro no pudieron?
N–Todo y al mismo tiempo nada. El primer disco pasó.
Fl– Eso es algo más de Nahuel –risas –. Con Feli veníamos cantando el repertorio del primer CD antes. Y después se formó Aguavá. En este CD Nahuel sí  participa más.
Fe–El punto de vista, igual, es el de hoy. Uno va creciendo y la mirada sobre lo que hizo y lo que hace, cambia. Se supone que uno va creciendo. Ojalá que pase con el segundo disco algo copado. A mí las repercusiones del primero me sorprendieron porque estaba muy crítica de algunas de las cosas
 Somos conscientes que en la grabación hay muchas cosas que se pierden. Agradezco que sea así y no al revés, que el disco suene bien y después, en vivo, seamos un desastre. En vivo hay veces que me emociona mucho lo que sale, me gusta lo que estamos haciendo. Eso es muy zarpado y con el CD no me pasa.
Fl– Elegimos mucho los arreglos, les prestamos mucha atención. Queremos quedar conformes. Si hay algo que no nos gusta arrancamos de nuevo. Es muy importante que nosotros estemos convencidos de un montón de cosas.
Fe– El primer CD lo hicimos como para darle forma a algo. Grabamos como para  enfrentar algo, para hacer difusión, para empezar a pararnos, pero nos interesaba más tocar en vivo y presentarnos.
N– Tiene que ver con un tema de estructura nuestro. Como dice Feli, mucha gente existe hace tiempo y graba mucho después. Nosotros decidimos grabar para tener un registro y sentir  interiormente que existimos.
¿Cómo eligen las canciones?
Fl– Tiene que ver con cierta identificación con la canción. Cuando nos parece que puede ir lo pasamos y probamos. Probamos mil canciones y con muchas no llegamos a nada.
Fe– Nos pasó con “Arauco tiene una pena”, de Violeta Parra. La probamos, le hicimos el arreglo genial, la cantamos en vivo y a la gente le gustó. Pero no la tocamos más.
¿Qué pasó?
Fe– Algo pasó que no pudimos seguir haciéndolo. ¡Pero no sabés lo que era! José y Nahuel habían hecho algo increíble. Había cosas vocales que nosotras no lográbamos resolver y la tuvimos que dejar. No la abandonamos para siempre, pero la dejamos por ahora.
Fl– creo que es cuestión de afinidad, de momento de la vida. Capaz  en dos meses volvemos a agarrar ese tema y nos copamos.
Empiezan a recordar canciones estacionadas y otras que los tienen entusiasmados. Cantan, se ríen, preguntan autores y siguen cantando y pasando el mate, intentando no volcarlo sobre la alfombra.
El nombre de la banda es Aguavá, y el apellido, Música sudamericana ¿A qué refiere ese Música sudamericana?
N– A los ritmos y estilos originarios sudamericanos. Nos referimos a la música folklórica sudamericana. Hecha y creada acá.
Fl–  Y que vienen trayendo historias del pueblo. Es difícil porque en un par de años, cosas que hoy no entran en la definición de folklore van a ser folklore. Spinetta va a ser folklore, en el sentido de la música que hace a la identidad de un pueblo.
¿Y en ustedes qué representa esa música? ¿Por qué la eligen?
Fl– Nosotros somos de lo urbano. En casa se escuchaba folklore y música clásica. Lo del folklore tiene que ver con mi mamá, viene de las sierras de córdoba, del interior del país. Creo que eso tiene mucho que ver, al menos con nosotras. Nacimos y crecimos con mucho afecto a eso y no así, de música más citadina como el tango. Nos gusta, pero no tenemos contacto.
Fe– No sé, es raro. No sé si viene de acá o de allá.  Lo mío fue tan básico como ver grupos que hacían lo que a mí me gustaba y se llamaban a sí mismos latinoamericanos. Partió de ahí y después el interés fue expandiéndose. Te empezás a meter o quizá era previo, no lo sabés. Encontrás historias muy diferentes pero con muchas semejanzas que te terminan hermanando. No sé qué. Canciones  que por un lado son muy poéticas como sobre un río, un árbol que no podés creer como lo describen, y después hay historias de vida que resultan más interesantes que hablar de una historia de amor que… no representa tanto.
Hay cosas que son más argentinas, que en general no se encontraban tanto en el ambiente en el que estaba o estábamos. En lo que es música, lo encuentro recién ahora. Creo que recién hace un año estoy muy convencida de todo lo que elijo hacer.
Fl– Siempre tuvimos contacto con gente humilde del conurbano. Gente del interior que vino a parar acá y en su vida está mucho más presente el folklore santiagueño por ejemplo. Y en el contacto con esa gente uno también encontraba la música como espacio de confluencia o comunión. El folklore que tiene mucha felicidad, pero habla mucho sobre la pobreza.
Fe–  Es un género que, hablando en general, dice mucho sobre la humildad y la sencillez. Esas cosas van de la mano con lo que uno elige.Tiene que ver con una forma de pensar. Lo que uno elige cantar no está separado de eso. Si fuese cantante de pop o Rock tendría otra formas, otra personalidad. Creo que la pasaría muy bien igual.
N– Uno encuentra cierto nivel de belleza y sensibilidad. Me parece que nos pasa, porque me pasó a mí, cuando te encontrás con el folklore te toca como venas. Cuando toco una chacarera o una zamba lo disfruto de otra manera. Me río. No puedo parar de reírme cuando toco en vivo y eso está bueno.
Uno empieza a registrar y son como verdades interiores. Es como mi verdad. Y eso que yo estoy descubriendo el folklore. No escucho folklore hace más de cuatro años.
Fe– Gracias a nosotras, decilo.
N– ¡Gracias a ustedes, sí! Yo me puse a tocar bombo y cajón cuando ellas me llamaron para tocar. Mi vida musical antes pasaba a pleno por el rock.–Corta y empieza cual relator de futbol cuando un equipo se acerca al área contraria– Hay una verdad interior que uno dice ¡sí! ¡sí! Y la estás tocando, vas para adelante y decís “funciona” No hay más explicación es eso. – Gol– ¡Es hermoso!

Pasadas casi dos horas de charla, las calles de Muñiz están desiertas y mientras las nuevas torres sostienen personas a metros y metros del suelo, los chicos que estaban en la casa de la esquina y un afiebrado, buscan en la tierra la punta de sus raíces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar, compartir y opinar