Osvaldo Riganti—
La Gazeta de Buenos Aires fue un periódico
escrito en Buenos Aires entre 1810 y 1821 con el objetivo inicial de publicitar
los actos de gobierno de la Primera Junta. Inicialmente fue redactada por
Mariano Moreno, con la ayuda del sacerdote Manuel Alberti y Manuel Belgrano.
Fue fundada el 28 de junio de 1810 por la
Primera Junta de Gobierno mediante un decreto que señalaba que "el pueblo
tiene derecho a saber la conducta de sus representantes": Su primer número
apareció el 7 de ese mes, fecha elegida luego como el Día del Periodista. Publicaba
resoluciones oficiales, decretos y otros documentos oficiales. Ofrecía noticias
de actualidad tanto del extranjero como locales y contenía los ideales del
gobierno. . En sus páginas quedaron testimonios de los inicios de nuestra
revolución.
Mariano Moreno tuvo participación
importante en los hechos de la Revolución de Mayo y como secretario de la
primera Junta. Fue ideólogo de la misma, conforme ideales de la época.
Su madre se hallaba emparentada con la alta
burguesía porteña del Virreinato del Río de la Plata Merced a sus contactos con
el ámbito literario, tras terminar sus estudios secundarios en el Colegio San
Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires), donde finalizó sus estudios
con título de honor, consiguió contactos dentro del ámbito literario gracias a
los cuales pudo continuar sus estudios en la Universidad de Chuquisaca. Se
embebió de los libros de Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros pensadores
europeos de la época.
Dedicó varios años a traducir "El
contrato social". Sólo lo editó en 1810 en "La Gaceta", con un
prólogo de su autoría en que se lee que conduciría a "mudar de tiranos sin
destruir la tiranía" si ocurriera que "los pueblos no se ilustran”. En
el prólogo a la traducción de "El contrato social" declaró su
admiración por el ideólogo francés definiéndolo como quizás el primer hombre
que "puso en clara luz los derechos de los pueblos".
En 1802 visitó Potosí. Vio la persecución
del indio despojado, perseguido por corregidores y encomenderos, rodeado de
grandes riquezas
Entre 1803y 1804 realizo sus prácticas
profesionales en el estudio de Agustín Gascón, oficiando como abogado defensor
de 1805. El retorno de Mariano Moreno a Buenos Aires estaba relacionado con su
enfrentamiento con el poder chuquisaqueño. Su permanencia en Buenos Aires se
tornaba insegura.
Durante las invasiones inglesas escribió un
diario donde tomaba nota de los acontecimientos que sucedían. Su propósito era
que sus compatriotas conocieran en el futuro por qué circunstancias tal
acontecimiento había tenido lugar.
En 1807 la Audiencia prohibió la
circulación del "periódico "La Estrella del Sur” tanto en inglés como
en castellano y encargó a Moreno la redacción de artículos que refutaran sus
posiciones. Moreno se negó porque aunque rechazaba la dominación inglesa,
estaba de acuerdo con algunas críticas que se formulaban al gobierno español.
Por sus vínculos con el alcalde Martín de
Alzaga fue asesor del Cabildo de la Ciudad. Acompañó a Martín de Alzaga en la
asonada que pretendía reemplazar el 1o de enero de 1809 al virrey Liniers.
Fueron derrotados por el coronel Saavedra al mando del Regimiento de Patricios.
Moreno fue abogado defensor de Alzaga en el juicio que se le siguió.
A instancias de un grupo de estancieros
deseoso de defensa de la apertura económica publicó su Representación de los
Hacendados. Promovía el libre comercio, atacaba los privilegios de los
monopolistas y defendía el interés exportador de los ganaderos.
Participó en las reuniones secretas previas
a la revolución de mayo de 1810. Había expresado su posición públicamente,
contra los españoles realistas y Liniers. Tampoco estaba de acuerdo con los
criollos monárquicos que querían coronar en estas tierras a la infanta Carlota,
regente del Brasil. Encarnaba el sector juvenil y republicano del partido
patriota. Sustentó la constitución de una Junta de Gobierno autónoma que
enarbolando la sumisión a Fernando VII respetase la voluntad popular. Ocupó el
cargo de secretario. Fue autor de la proclama del 28 de mayo anunciando a los
pueblos del interior y a los gobiernos del mundo la instalación de la Junta.
Convocaba a representantes de las demás ciudades a incorporarse. En "La
Gazeta" casi todas las semanas escribía notas de gobierno. Publicó un
decreto de prensa según el cual se podía publicar allí cualquier cosa que no
ofendiera a la moral pública ni atacara a la revolución ni al gobierno.
Defendió la política económica de la Juta,
librecambista en aras de una apertura comercial que aumentara los ingresos públicos
y que Inglaterra podía ser conveniente mantener una relación amistosa porque se
necesitaba algún aliado poderoso frente a España. Advertía de todos modos en
"La Gaceta": "El extranjero no viene a nuestro país a trabajar
en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse.
Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su cotización, aceptemos
las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos
reparta. Pero miremos sus consejos con la mayor reserva" sin seguir el
camino de "aquellos pueblos inocentes, que se dejaron envolver en cadenas
en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y
abalorios".
Ante un movimiento contrarrevolucionario en
Córdoba dirigido por el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha y el ex virrey
de Liniers, la Primera Junta organizó un ejército al mando del jefe del
Regimiento de Arribeños. Francisco Ortiz de Ocampo, que llevaba la orden de
fusilar a los líderes contrarrevolucionarios. Ocampo derrotó a las fuerzas
sublevadas y a pedido de los habitantes de Córdoba -que quería salvar sus
vidas- los envió prisioneros a Buenos Aires en vez de ejecutarlos. Temiendo que
allí Liniers hiciera prevalecer su popularidad ordenó a fusilar en el acto a los
prisioneros, advirtiendo que si existían dilaciones iría él "si fuese
necesario". Fueron fusilados, excepto Rodrigo de Orellana por su condición
de obispo.
Ayudó la expedición auxiliadora primera al
Alto Perú de Ocampo y Castelli.
Se le atribuye un documento conocido como
"Plan de Operaciones" que plantea acciones en defensa de la
independencia. A tales fines promueve la cesión de la isla Martín García a la
corona británica. Aconseja delación, fusilamiento sistemático de opositores a
los fines de la revolución.
Dicho Plan tendría una fundamentación
notoria en el Paraguay que llegó a ser una potencia de Sudamérica. Con una
fuerte producción algodonera, 800 mil hectáreas cultivadas, no tenía mendigos, hambrientos
ni ladrones. La instrumentación de la Guerra de la Triple Alianza demolería la
estructura soberana de la tierra guaraní.
Moreno tuvo posiciones controvertidas en el
seno de la Junta durante un banquete en festejo por la batalla de Suipacha. Un centinela
que no lo reconoció le impidió entrar al cuartel donde se festejaba el triunfo.
Esa misma noche el oficial Atanasio Duarte, en estado de ebriedad ofreció a
Saavedra una corona de azúcar y brindó por él llamándolo "el primer rey y
emperador de América".
En conocimiento de ello lanzó el "Decreto
de Supresión de honores" por el cual se suprimía el ceremonial reservado
para el presidente de la Junta. Duarte fue desterrado, presionando mucho él a
tal fin. Saavedra para evitar mayores problemas firmó el decreto sin
observaciones.
A fines de 1811 llegaron a la Capital los
diputados del interior convocados. La tesis de Moreno era reunirlos en el
Congreso. Los diputados acaudillados por el cordobés Funes observaron que una
Junta puramente porteña gobernaría al país. Saavedra logró imponer la Junta
Grande, con apoyo de la mayoría. Moreno, contrario a un ejecutivo colegiado
grande, renunció. Solicitó y obtuvo una misión ante las cortes del Brasil y
Gran Bretaña, para gestionar el apoyo a nuestra independencia.
Se conjetura acerca de una maniobra de
Saavedra para alejar a Moreno, estratega de la revolución. Lo sacó del centro
de los acontecimientos.
Falleció en alta mar la madrugada del 4 de
marzo de 1811, a bordo de la goleta inglesa "Fame", en viaje a Gran Bretaña.
Su cuerpo fue envuelto en una bandera inglesa y arrojado al mar, cerca de la
isla de Santa Catalina
Murió debido a una convulsión producida por
una sobredosis de un medicamento administrado por el capitán del buque
tejiéndose distintas interpretaciones al respecto. Algunos conjeturaron su envenenamiento
por el capitán del buque y hasta que fue una orden de Saavedra. Pero Saavedra
siempre fue un hombre alejado de este tipo de acciones.
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