Aquel gran equipo de 1960, que pese a no terminar ganando el campeonato puso de pie al barrio de La Paternal
Osvaldo Riganti--
 |
Argentino Juniors |
La irrupción de quien fue el mayor astro de su historia, Diego Armando Maradona le confirió identidad a Argentinos Juniors durante estas décadas, al margen de que su paso no fuera tan prolongado, ya que un lustro después de su primera incursión en la primera de los "bichos" volaba en una alfombra de dólares hacia Boca Juniors primero y el fútbol europeo después, tras una crisis económica desatada en Boca, que como derivación de una compleja operación inicial determinó que el club conducido en esos momentos por Próspero Consoli volviera a negociarlo en otras latitudes.
Paradójicamente los momentos de mayor esplendor tuvieron lugar en el Argentinos Juniors post-Maradona.
Ángel Labruna lo había tomado a su cargo a fines de 1982, peleando con un incómodo promedio de descenso. Pero quien fue denominado "Eterno" en su trayectoria como jugador y luego alumbró grandes equipos como DT, armó rápidamente un cuadro que tuvo un despegue vigoroso. En el torneo de 1983 eliminó nada menos que al club que tanta gloria le brindó como jugador y como técnico —River Plate —, y luego fue eliminado ajustadamente por Boca. El logro no paró allí: llegó al año siguiente a la cima de América y a la máxima instancia mundial en Tokio ante el Juventus, resignando sus chances recién con posterioridad al tiempo reglamentario, árbitros mediante, por la ejecución de penales que favorecieron al cuadro en que por entonces rayaba a gran altura Michel Platini, en la misma posición en que brilló un cuarto de siglo atrás Enrique Omar Sívori. Batista y Borghi —con el acople de otros elementos de fuste — configuraron las presencias futbolísticas de más alto vuelo en aquel recordado ciclo. El celebrado "Bichi" Borghi, dirigió hace unos años al último campeón del club de la calle Boyacá.
Pero el barrio de La Paternal se puso de pie varias décadas atrás. Fue con una formación que dio mucho que hablar en 1960, en tiempos no muy habituales para que un cuadro de los denominados "chicos" se erigiera en animador de un torneo.
Argentinos Juniors había vuelto al círculo superior un lustro antes y a dos años de su retorno realizaba la hazaña de vencer al River casi invencible de Carrizo, Rossi, Labruna, etc. quitándole el invicto de varias fechas, con un categórico 4 a 1, en un campeonato que le venía resultando un cómodo "galope".
En aquel 1960 Argentinos pudo plasmar una formación que conmocionó a la barriada. Fue la época que Boca Juniors y River Plate se lanzaron a la política del "fútbol espectáculo", con contrataciones significativas y costosas, que provocaron en un principio gran arrastre, aunque los resultados no fueron muy satisfactorios en definitiva. En ese marco, la transferencia de Pederzoli —su figura del momento —a River le permitió a Argentinos Juniors embolsar una considerable suma de dinero y potenciar al mismo tiempo su estructura futbolística, con elementos que el club de Núñez dio como parte de pago y tuvieron una actuación muy destacada en aquella alineación. Tales los casos de los defensores Valentino y Malazzo y el centromedio Ramacciotti, que actuó con gran suceso. Moreno, Valentino y Ditro: Saiz, Ramacciotti y Malazzo; Canceco, Pando, Carceo, Hugo González y Sciarra formaron aquel histórico equipo. Que tenía su punto más fuerte en esa línea delantera, sin figuras rutilantes, pero con un nivel futbolístico considerable y una singular contundencia.