Osvaldo Riganti—
Pacto de San José de Flores |
A fin de refirmar su autoridad Urquiza firmó el 6 de abril d e 1852 con las provincias adictas los Protocolos de Palermo, que disponían cancelar el encargo de las relaciones exteriores al gobernador de Buenos Aires, depositándolo en Urquiza y convocar a la Comisión Representativa del Pacto Federal para arribar a una Constitución escrita.
La idea de Urquiza de sofocar las pasiones chocaba con el espíritu revoltoso de algunos unitarios, que a su vez le enrostraban sobornar a sus partidarios. Juan Manuel Beruti expresó en "Memorias curiosas" que aquel mandó 23 millones de pesos y los distribuyó “con nuestro dinero que robó”, cargando las tintas en lo que "quedaría en el bolsillo del ladrón entrerriano Urquiza…
se fue podrido en dinero", Pero el general victorioso en Caseros puso en marcha su proyecto político e invitó a los gobernadores de las provincias para que concurrieran a San Nicolás con el fin de establecer las bases de la organización nacional. El Acuerdo de San Nicolás se firmó el 31 de mayo de 1852. Constaba de 19 artículos y uno adicional. Se otorgaba a Urquiza el cargo de Director Provisorio de la Nación.
El Acuerdo ahondó las divisiones y la Legislatura de Buenos Aires lo rechazó. Hubo enfrentamientos con las fuerzas de Buenos Aires hasta que una sublevación estallada en la noche del 10 al 11 de setiembre de 1852 instaló a Alsina como autoridad revolucionaria y depuso a Vicente F. López. Uno de los integrantes del gabinete era Mitre.
El 1º de Mayo de 1853, aniversario del pronunciamiento de Urquiza, se sancionó la Constitución con un preámbulo y 107 artículos, que establecía la forma de gobierno representativa, republicana y federal con un presidente elegido por 6 años y sin derecho a reelección.
Durante su separación y más allá de conflictividades políticas, Buenos Aires mostró un importante desarrollo económico. El 1º de febrero de 1855 se inició la construcción de un puerto. En 1857, con la ayuda del aparato oficial, el partido liberal ("pandilleros", porque eran un pequeño grupo que se imponía con su pandilla de matones a sueldo) se impuso al reformista ("chupandinos", afectos a las fiestas populares), volviendo a ser elegido Valentín Alsina, que encabezaba la tendencia más localista. En esa época Mitre lanzaba su idea de constituir una República del Plata, demostrando su separatismo.
El asesinato del general Nazario Benavidez en San Juan, adicto a Urquiza, agravó mucho las cosas. El Congreso Nacional autorizó a Urquiza a lograr la unión por medios pacíficos o "por la guerra"y lo nombró Capitán General de las Fuerzas de Mar y Tierra, mientras que Mitre era el General en Jefe de los porteños. Urquiza al frente de la Confederación invadió Buenos Aires y el 23 de octubre de 1857 venció a Mitre en la batalla de Cepeda. El vencedor avanzó hasta San José de Flores desde donde exigió y logró la renuncia de Valentín Alsina que fue sustituido por Felipe Llavallol (presidente del Senado).
El 11 de noviembre de 1859 se firmó el pacto de San José de Flores, también conocido como de Unión Nacional.
La Ciudad-Estado se vio obligada a aceptar todo: incorporación a la Confederación, acatamiento a sus autoridades, entrega de la Aduana, prohibición de mantener relaciones diplomáticas. Sólo se le otorgó el derecho a sugerir algunas reformas a la Constitución, que fue jurada en Plaza de Mayo del 21 de octubre de 1860. Urquiza mostró afán reunificador. Dejó sin efecto la federalización de Buenos Aires, dispuesta por la Constitución en su artículo 5. La Aduana quedó en manos de la Confederación pero se le garantizaban beneficios a Buenos Aires. El general paraguayo Solano López realizó gestiones para arribar al pacto, que incluía una amplia amnistía para los participantes de las disensiones pasadas. El pacto fue firmado obviamente entre la Confederación y la Ciudad-Estado, representada por Llavallol, el 11 de noviembre de 1859.
Urquiza se retiró a Santa Fe con todas sus tropas. Mitre quedó dueño del puerto y fue elegido gobernador de Buenos Aires. El entrerriano concebía su papel como "Padre de la Patria, colocándose sobre las pequeñeces políticas. Mitre lo llegó a llamar el "Washington de América del Sur". Pero urdiría un nuevo enfrentamiento poco después en Pavón y se adueñaría del país. El mitrismo degolló jefes montoneros. Los ferrocarriles ingleses se extienden por nuestras tierras. El "Chacho" fue degollado. De todos modos Félix Luna en "Breve Historia de los Argentinos" consideró que se atenuaron las "guerras civiles que antes de 1860 fueron atroces”. Era su opinión que la sociedad iría "cambiando, evolucionando, se creaban instituciones nuevas que servían para atemperar las guerras brutales”.
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